RESUMEN:¿Qué es el aborto inducido? ¿el aborto inducido es incompatible con la práctica del veganismo? ¿a partir de qué momento del embarazo el embrión adquiere una conciencia? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.
El veganismo es una práctica que no se basa en la idea de que se debe respetar la vida (biocentrismo), sino que se basa en la idea de que se debe respetar a los demás, entendiendo que esos demás son conciencias (sensocentrismo). El aborto inducido es practicar la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) matando al embrión o feto. Según la ciencia de la neurobiología, el feto humano es incapaz de tener sensaciones conscientes y, por tanto, de experimentar dolor antes de la semana 22-24. No obstante, es necesario establecer algún márgen de seguridad para garantizar que al practicar un aborto inducido no estemos matando a alguien. En teoría, antes de la semana 22 el feto no tiene una conciencia, razón por la cual no puede sentir ni tener intereses, por lo tanto no es alguien a quien podamos perjudicar. Una vez que el feto adquiere una conciencia, matarle es éticamente incorrecto y por lo tanto es, a priori, incompatible con el veganismo.
Palabras clave: antropocentrismo, aborto inducido, embriogénesis, fecundación, feto, neurobiología, proelección, provida
El veganismo es una práctica que no se basa en la idea de que se debe respetar la vida (biocentrismo), sino que se basa en la idea de que se debe respetar a los demás, entendiendo que esos demás son conciencias (sensocentrismo). El aborto inducido es practicar la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) matando al embrión o feto. Según la ciencia de la neurobiología, el feto humano es incapaz de tener sensaciones conscientes y, por tanto, de experimentar dolor antes de la semana 22-24. No obstante, es necesario establecer algún márgen de seguridad para garantizar que al practicar un aborto inducido no estemos matando a alguien. En teoría, antes de la semana 22 el feto no tiene una conciencia, razón por la cual no puede sentir ni tener intereses, por lo tanto no es alguien a quien podamos perjudicar. Una vez que el feto adquiere una conciencia, matarle es éticamente incorrecto y por lo tanto es, a priori, incompatible con el veganismo.
Palabras clave: antropocentrismo, aborto inducido, embriogénesis, fecundación, feto, neurobiología, proelección, provida
En lo referente al embarazo, un aborto es la interrupción y finalización prematura del embarazo. El aborto espontáneo o aborto natural es aquel que no es provocado intencionalmente. El aborto inducido es practicar la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) matando al embrión o feto.
A quienes se oponen al aborto inducido se les llama antiabortistas, pero por marketing se hacen llamar "provida", aunque realmente sólo defienden la vida humana porque su "ética" se basa en el antropocentrismo. Los antiabortistas generalmente se oponen a matar embriones humanos desde el mismo momento en el que se produce la fecundación pues argumentan que no se debe matar a humanos plenamente diferenciados[1].
Quienes defienden el aborto inducido son abortistas, que también por marketing se hacen llamar "proelección" o defensores del "aborto libre". Los abortistas parecen estar a favor del aborto inducido en cualquier caso, pues hablan del “derecho a abortar” de la mujer, lo cual incluiría matar a fetos momentos antes de que nacieran. Nunca se les escucha hablar de los derechos del feto.
Erróneamente, el debate sobre aborto inducido suele plantearse como el enfrentamiento entre antiabortistas y abortistas, pero la realidad es que existe un posicionamiento intermedio que considera que el aborto inducido es éticamente correcto si el embrión no tiene una conciencia, pero no después.
Algunos antiabortistas dicen que como "los veganos se oponen a matar vida o seres vivos" entonces matar un embrión humano es contradictorio con la práctica del veganismo.
Formulamos de forma más clara el argumento que utilizan dichas personas. Las premisas y la conclusión serían las siguientes:
Cierto, matar a un embrión es matar a una vida, independientemente de que el embrión sea humano o no humano. Igualmente matar a una lechuga también es matar una vida.
El veganismo es una práctica que no se basa en la idea de que se debe respetar la vida (biocentrismo)[2], sino que se basa en la idea de que se debe respetar a los demás, entendiendo que esos demás son conciencias (sensocentrismo)[3]. Una conciencia es alguien que puede sentir y que tiene intereses respecto a lo que siente.
Respecto a la cuestión del aborto inducido, quien practica el veganismo debe preguntarse en qué momento de su desarrollo el embrión adquiere una conciencia; sólo antes de dicho momento el aborto inducido es éticamente correcto y podemos hablar del derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo, pero una vez que el embrión adquiere una conciencia es éticamente incorrecto matarle. A continuación vamos a investigar en qué momento de su desarrollo el embrión humano adquiere una conciencia.
Según la neurobiología actual, los fetos humanos no comienzan a sentir hasta el tercer trimestre de la gestación (a la semana 22-24 del embarazo) cuando se han formado, morfológica y funcionalmente, las estructuras necesarias para que existan sensaciones conscientes, incluyendo entre éstas el dolor. Para saber en qué momento adquiere una conciencia el feto también hay que tener en cuenta que no todos los ritmos de desarrollo embrionario son exactos, por lo cual es necesario establecer un márgen de seguridad para garantizar que al practicar un aborto inducido no estemos matando a alguien.
- En 2005, se publicó el artículo "La formación de la persona durante el desarrollo intrauterino, desde el punto de vista de la neurobiología", de Ricardo Tapia, que concluye que el feto humano es incapaz de tener sensaciones conscientes y, por tanto, de experimentar dolor antes de la semana 22-24:[4]
Para evitar embarazos indeseados y para estar protegidos ante enfermedades de transmisión sexual se deben usar métodos anticonceptivos. Si el embarazo indeseado ya se ha producido y se tiene la intención de abortar entonces lo mejor es hacerlo lo antes posible para no dejar que el embarazo se acerque al plazo en el que surja la duda sobre si estamos o no estamos matando a alguien.
No se puede llegar a la conclusión de que el aborto inducido es contradictorio con la práctica del veganismo porque el veganismo no se basa en el respeto a la vida, sino en el respeto a otras conciencias y el embrión humano no adquiere conciencia hasta la semana 22-24. Por lo tanto es aborto inducido es éticamente correcto y compatible con la práctica del veganismo si se realiza antes de que el embrión adquiera una conciencia, no después.
En la práctica pueden darse situaciones complejas en las que se plantea el dilema de si matar o no matar a un embrión que tiene conciencia. En dichos casos un vegano deontologista se opondrá y elegirá "no hacer nada" eligiendo que el embarazo siga adelante, en cambio un vegano consecuencialista puede estimar que en algunos casos es menos malo elegir matar el feto para:
a) salvar la vida de la madre, cuando la continuación del embarazo o el parto significan un riesgo grave para su vida. Podría considerarse "defensa propia", quedando justificado extraer de nuestro cuerpo a quien amenaza nuestra vida;
b) reducir el número de fetos en embarazos múltiples hasta un número que haga el riesgo aceptable para la salud de la madre;
c) salvar la salud física o mental de la madre, cuando éstas están amenazadas por el embarazo o por el parto;
d) evitar el nacimiento de un niño con una enfermedad congénita o genética grave que es fatal o que le condena a padecimientos o discapacidades muy graves.

Quienes defienden el aborto inducido son abortistas, que también por marketing se hacen llamar "proelección" o defensores del "aborto libre". Los abortistas parecen estar a favor del aborto inducido en cualquier caso, pues hablan del “derecho a abortar” de la mujer, lo cual incluiría matar a fetos momentos antes de que nacieran. Nunca se les escucha hablar de los derechos del feto.
Erróneamente, el debate sobre aborto inducido suele plantearse como el enfrentamiento entre antiabortistas y abortistas, pero la realidad es que existe un posicionamiento intermedio que considera que el aborto inducido es éticamente correcto si el embrión no tiene una conciencia, pero no después.
Algunos antiabortistas dicen que como "los veganos se oponen a matar vida o seres vivos" entonces matar un embrión humano es contradictorio con la práctica del veganismo.
Formulamos de forma más clara el argumento que utilizan dichas personas. Las premisas y la conclusión serían las siguientes:
ARGUMENTO: el aborto inducido es contradictorio con el veganismo
(P1) El aborto inducido mata una vida.
(P2) Los veganos deben respetar la vida.
(C) El aborto inducido es contradictorio con la práctica del veganismo.
(P1) El aborto inducido mata una vida.
(P2) Los veganos deben respetar la vida.
(C) El aborto inducido es contradictorio con la práctica del veganismo.
A continuación vamos a mostrar cómo puede rebatirse este argumento.
PREMISA (P1): El aborto inducido mata una vida
Cierto, matar a un embrión es matar a una vida, independientemente de que el embrión sea humano o no humano. Igualmente matar a una lechuga también es matar una vida.
PREMISA (P2): Los veganos deben respetar la vida
El veganismo es una práctica que no se basa en la idea de que se debe respetar la vida (biocentrismo)[2], sino que se basa en la idea de que se debe respetar a los demás, entendiendo que esos demás son conciencias (sensocentrismo)[3]. Una conciencia es alguien que puede sentir y que tiene intereses respecto a lo que siente.
Respecto a la cuestión del aborto inducido, quien practica el veganismo debe preguntarse en qué momento de su desarrollo el embrión adquiere una conciencia; sólo antes de dicho momento el aborto inducido es éticamente correcto y podemos hablar del derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo, pero una vez que el embrión adquiere una conciencia es éticamente incorrecto matarle. A continuación vamos a investigar en qué momento de su desarrollo el embrión humano adquiere una conciencia.
Según la neurobiología actual, los fetos humanos no comienzan a sentir hasta el tercer trimestre de la gestación (a la semana 22-24 del embarazo) cuando se han formado, morfológica y funcionalmente, las estructuras necesarias para que existan sensaciones conscientes, incluyendo entre éstas el dolor. Para saber en qué momento adquiere una conciencia el feto también hay que tener en cuenta que no todos los ritmos de desarrollo embrionario son exactos, por lo cual es necesario establecer un márgen de seguridad para garantizar que al practicar un aborto inducido no estemos matando a alguien.
- En 2005, se publicó el artículo "La formación de la persona durante el desarrollo intrauterino, desde el punto de vista de la neurobiología", de Ricardo Tapia, que concluye que el feto humano es incapaz de tener sensaciones conscientes y, por tanto, de experimentar dolor antes de la semana 22-24:[4]
"Los primeros receptores cutáneos se empiezan a formar entre las semanas 8 y 10 de la gestación, y desde la octava semana pueden producirse reflejos espinales. Sin embargo, las neuronas sensoriales de los ganglios de las raíces dorsales (vías aferentes a la médula espinal), que responden a los estímulos nociceptivos (dañinos o dolorosos), no aparecen sino hasta la semana 19. Esto, además, no es suficiente para la percepción consciente del dolor, ya que ésta no puede ocurrir mientras no se establezcan las vías nerviosas y las sinapsis (conexiones funcionales entre las neuronas) entre la médula espinal y el tálamo (un núcleo neuronal situado en el diencéfalo o parte más primitiva, en el interior de la masa cerebral donde se procesan todas las sensaciones), y entre el tálamo y la corteza cerebral. Estas conexiones no pueden formarse todavía porque, hasta las semanas 12‐13 no hay aún corteza cerebral, sino apenas la llamada placa cortical que le dará origen. A esta placa llegan las vías nerviosas desde el tálamo (conexiones tálamo‐corticales), pero esto ocurre hasta las semanas 23‐27 de la gestación. En este período tiene lugar no sólo la multiplicación de las neuronas, sino también su migración entre las distintas capas de la corteza. Por esta razón, la capacidad de respuesta eléctrica de la corteza a estímulos sensoriales se alcanza hasta la semana 29, y la actividad eléctrica de la corteza cerebral característica de un estado despierto (diferente del sueño), identificada mediante el electroencefalograma, no se detecta sino hasta la semana 30 de la gestación (Refs. 4‐14). En cuanto a los movimientos reflejos y contracciones faciales en respuesta a estímulos, éstos no ocurren sino hasta las semanas 28‐30, y no parecen ser signos de percepción de sensaciones o de dolor puesto que también se observan en fetos anencefálicos (Refs. 15 y 16).
Todos estos estudios han establecido sin lugar a dudas que el feto humano es incapaz de tener sensaciones conscientes y por tanto de experimentar dolor antes de la semana 22-24. Esta es la conclusión a la que llegaron los autores de la referencia 4, basados en un análisis de más de 2000 trabajos científicos publicados hasta junio de 2005. Probablemente no es una coincidencia que es justamente hasta las semanas 22-24 cuando el producto puede ser viable fuera del útero (aunque con muchas dificultades). Es claro entonces que, si hasta este tiempo de la gestación el feto no puede tener percepciones, por carencia de las estructuras, las conexiones y funciones nerviosas necesarias, mucho menos es capaz de sufrir o de gozar". Ricardo Tapia, "La formación de la persona durante el desarrollo intrauterino, desde el punto de vista de la neurobiología", 2005.
Para evitar embarazos indeseados y para estar protegidos ante enfermedades de transmisión sexual se deben usar métodos anticonceptivos. Si el embarazo indeseado ya se ha producido y se tiene la intención de abortar entonces lo mejor es hacerlo lo antes posible para no dejar que el embarazo se acerque al plazo en el que surja la duda sobre si estamos o no estamos matando a alguien.
CONCLUSIÓN (C): El aborto inducido es contradictorio con la práctica del veganismo
No se puede llegar a la conclusión de que el aborto inducido es contradictorio con la práctica del veganismo porque el veganismo no se basa en el respeto a la vida, sino en el respeto a otras conciencias y el embrión humano no adquiere conciencia hasta la semana 22-24. Por lo tanto es aborto inducido es éticamente correcto y compatible con la práctica del veganismo si se realiza antes de que el embrión adquiera una conciencia, no después.
En la práctica pueden darse situaciones complejas en las que se plantea el dilema de si matar o no matar a un embrión que tiene conciencia. En dichos casos un vegano deontologista se opondrá y elegirá "no hacer nada" eligiendo que el embarazo siga adelante, en cambio un vegano consecuencialista puede estimar que en algunos casos es menos malo elegir matar el feto para:
a) salvar la vida de la madre, cuando la continuación del embarazo o el parto significan un riesgo grave para su vida. Podría considerarse "defensa propia", quedando justificado extraer de nuestro cuerpo a quien amenaza nuestra vida;
b) reducir el número de fetos en embarazos múltiples hasta un número que haga el riesgo aceptable para la salud de la madre;
c) salvar la salud física o mental de la madre, cuando éstas están amenazadas por el embarazo o por el parto;
d) evitar el nacimiento de un niño con una enfermedad congénita o genética grave que es fatal o que le condena a padecimientos o discapacidades muy graves.