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Los carnívoros (Jeff McMahan, septiembre 2010)

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Jeff McMahan es profesor de filosofía en la Rutgers University y colaborador de investigación visitante en el Center for Human Values de la Universidad de Princeton. Es autor de numerosos trabajos sobre ética y filosofía política, incluidos “The Ethics of Killing: Problems at the Margins of Life” (“La ética del asesinato: problemas en los márgenes de la vida”) y “Killing in War” (“Matar en la guerra”). En septiembre de 2010,  The New York Times publicó su artículo “The Meat Eaters” en el que aborda cuestiones éticas sobre el problema de la depredación.[1]

Varios internautas escribieron comentarios al artículo, lo que llevó a Jeff McMahan a responderlos en el artículo “Predators: A Response” (“Depredadores: una respuesta”).

Nota: La publicación de este artículo en RespuestasVeganas.Org no implica necesariamente que compartamos todas y cada una de las cuestiones expresadas por el mismo; sin embargo, consideramos interesante su publicación por la aportación que puede hacer a la causa del movimiento por los Derechos Animales (derecho a la salud/vida).



Visto desde la distancia, el mundo natural presenta a menudo una visión de sublime y majestuosa placidez. Pero bajo el follaje y, oculta a esa visión distante, una enorme e incesante matanza ruge. Donde quiera que haya vida animal, los depredadores están acechando, persiguiendo, capturando, matando y devorando a su presa. El sufrimiento agonizante y la muerte violenta son omnipresentes y continuos. Esta carnicería oculta sirve como base para el pesimismo filosófico de Schopenhauer, quien sostenía que “una prueba simple de la afirmación de que el placer es mayor que el dolor en el mundo… es comparar las sensaciones de un animal que está devorando a otro con los de ese animal que está siendo devorado”.

El sufrimiento continuo, incalculable, de los animales es también un elemento importante pero en gran parte descuidado en el tradicional “problema del mal” teológico (el problema de reconciliar la existencia del mal con la existencia de un dios benevolente, omnipotente). El sufrimiento de animales es particularmente desafiante porque no es susceptible a las explicaciones paliativas conocidas del sufrimiento humano. Se asume que los animales no tienen libre albedrío, y que, de esta manera, son incapaces de de elegir el mal o merecer sufrirlo. También se asume que no tienen almas inmortales; por lo tanto, no puede haber esperanza de que serán compensadas por su sufrimiento en una vida celestial después de la muerte. Ni parece que sean visiblemente elevados o ennoblecidos por el sufrimiento final que soportan en las fauces del depredador. Los teólogos han tenido suficientes problemas explicando a la multitud por qué un dios cariñoso les permite sufrir. Pero sus trabajos no terminarán incluso si son finalmente capaces de justificar los caminos de Dios al hombre, puesto que Dios debe responder también ante los animales.

Si yo hubiera estado en la posición de diseñar y crear un mundo, habría intentado organizarlo de manera que todos los individuos conscientes fueran capaces de sobrevivir sin atormentar y matar a otros individuos conscientes. Confío en que la mayoría del resto de personas habría hecho lo mismo. Desde luego que esta y otras ideas relacionadas han sido consideradas desde que los seres humanos empezaron a reflexionar sobre la aterradora naturaleza de su Mundo (por ejemplo, cuando el profeta Isaías, al escribir en el siglo VIII a. C., esbozó algunos elementos de su utópica visión). Empezó con el abandono popular de la guerra: “Volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra”. Pero los seres humanos no serían los únicos en cambiar, sino que los animales se unirían a nosotros en el veganismo universal: “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja”. (Isaías 2:4 y 11:6-7)

Por supuesto, Isaías estaba mirando al futuro más que enredarse en fantasías caprichosas sobre hacer un trabajo mejor que la Creación, y nosotros deberíamos hacer lo mismo. Deberíamos empezar abandonando nuestra propia participación en la masiva orgía de depredación y alimentación sobre el débil.

Nuestra propia forma de depredación es, por supuesto, más refinada que la del resto de carnívoros, quienes deben capturar a su presa despezadándola mientras esta lucha por escapar. En su lugar, empleamos a profesionales para criar a nuestra presa en cautividad y preparar sus cuerpos para nosotros tras un velo de decoro, para que nuestra sensibilidad esté libre del reconocimiento de que también somos depredadores, de dientes si no garras enrojecidos (aunque algunos de nosotros, por razones que nunca he comprendido, se molestan en pintar sus garras ancestrales de un color sanguinario). La realidad tras el velo es, sin embargo, mucho peor que la del mundo natural. Nuestras grandas industriales, que suministran la mayoría de la carne y los huevos consumidos en las sociedades desarrolladas, infligen una vida de miseria y tormento sobre nuestra presa, en contraste con la relativamente breve agonía soportada por las víctimas de los depredadores en la naturaleza. Desde la perspectiva moral, no hay nada que se pueda decir de manera plausible en defensa de esta práctica.  Al tener derecho a considerar por nosotros mismos, como seres civilizados, debemos, como el león moralmente reformado de Isaías, comer paja como el buey o, al menos, el equivalente moral de la paja.

¿Pero deberíamos ir más lejos? Supón que pudiéramos organizar la extinción gradual de las especies carnívoras, reemplazándolas por herbívoras. O supón que pudiéramos intervenir genéticamente, para que las especies actualmente carnívoras evolucionaran gradualmente a herbívoras, realizando así la profecía de Isaías. Si pudiéramos traer el fin de la depredación por uno u otro de estos medios con un pequeño coste para nosotros mismos, ¿deberíamos hacerlo? Por supuesto, reconozco que sería imprudente intentar dichos cambios dado el estado actual de nuestros conocimientos científicos. Nuestra ignorancia de las ramificaciones potenciales de las intervenciones en el mundo natural permanece profunda. Los esfuerzos por eliminar ciertas especies y crear nuevas tendrían muchos efectos imprevisibles y potencialmente catastróficos.

Quizá uno de los escenarios más benignos es que la acción para reducir la depredación crearía un distopía maltusiana en el mundo animal, con tasas de nacimiento más altas entre los herbívoros, superpoblados, y recursos insuficientes para sostener las poblaciones más grandes. En lugar de ser matados rápidamente por depredadores, los miembros de las especies que una vez fueron presas morirían lenta y dolorosamente, y en un número mayor, de inanición y enfermedad. Pero nuestros implacables esfuerzos por incrementar la riqueza y el poder individual están ya produciendo cambios masivos y precipitados en el mundo natural. Muchos miles de especies animales han sido o están siendo llevados a la extinción como consecuencia indirecta de nuestras actividades. Sabiendo esto, hemos estado muy poco dispuestos hasta ahora a ni siquiera moderar nuestra rapacidad para mitigar estos efectos. Sin embargo, si nos dispusiéramos a ejercitar la moderación, es concebible que pudiéramos hacerlo de una manera más selectiva, favoreciendo la supervivencia de algunas especies sobre otras. La cuestión que entonces podría surgir es si modificar nuestras actividades de forma que favorezcamos la supervivencia de herbívoros sobre las especies carnívoras. Como mínimo, deberíamos ser claros en avanzar en los valores que deberían guiar dichas elecciones si surgieran, o si nuestro conocimiento científico avanza a un punto en el cual pudiéramos elegir eliminar, alterar o reemplazar ciertas especies con un alto grado de confianza en nuestras predicciones sobre los efectos a corto y largo plazo de nuestra acción. Más que continuar chocando con el mundo natural con imprudente indiferencia, deberíamos prepararnos ahora para ser capaces de actuar de manera prudente y deliberada cuando nuestra gama de posibilidades se expanda finalmente.

La sugerencia de considerar si debemos y cómo debemos ejercer el control sobre las perspectivas de las diferentes especies animales, quizá seleccionando eventualmente algunas para la extinción y otras para la supervivencia según nuestros morales, golpeará indudablemente a la mayoría de la gente como un ejemplo de hibris potencialmente trágica, de arrogancia a escala cósmica.  La acusación más probablemente oída es que sería “jugar a ser Dios”, usurpando de manera impía prerrogativas que pertenecen a la deidad en exclusiva. Este ha sido un estribillo familiar en muchos ejemplos donde devotos de una u otra religión han buscado obstruir intentos de mitigar el sufrimiento humano, por ejemplo, introduciendo nuevas medicinas o prácticas médicas, permitiendo o incluso facilitando el suicidio, legalizando una práctica obligada de eutanasia, etc. Así que sería sorprendente que esta afirmación no fuera traída al servicio de oponerse asimismo a la reducción del sufrimiento entre animales. Pero hay, al menos, dos buenas respuestas a ella.

Una es que critica una acción deliberada y moralmente motivada en particular, mientras que implícitamente sanciona la acción moralmente neutral que previsiblemente tiene los mismos efectos mientras estos no se prevén.  Se juega a ser Dios, por ejemplo, si se administra una inyección letal a un paciente por su propia petición para que acabe su agonía, pero no si se le da un analgésico muy inefectivo solamente para mitigar la agonía, sabiendo que lo matará como efecto secundario. Pero es difícil creer que alguna deidad que tenga respeto por sí misma quedara impresionada por la distinción. Si la primera acción usurpa prerrogativas divinas, la segunda también.

La segunda respuesta de la acusación de jugar a ser Dios es simple y decisiva. Es que no hay deidad cuyas prerrogativas podamos usurpar. En la medida en que estos asuntos le conciernen a cualquiera, nos importan solo a nosotros. Dado que es demasiado tarde para prevenir que la acción humana afecte a las posibilidades de supervivencia de muchas especies animales, deberíamos guiar y controlar los efectos de nuestra acción hasta el punto que podamos para dar lugar al resultado moralmente mejor, o menos malo, de los posibles.

Otra objeción igualmente no persuasiva a la sugerencia de que deberíamos eliminar el carnivorismo si pudiéramos hacerlo sin un gran trastorno ecológico es que iría “contra la Naturaleza”. Este eslogan tiene también una larga historia de despliegue en cruzadas para asegurar que las culturas humanas permanezcan primitivas. Y, al igual que la apelación a la soberanía de una deidad, presupone también una metafísica indefendible. La Naturaleza no es un agente con propósitos, y mucho menos un agente sabio. No hay razón para suponer que una especie tiene santidad especial simplemente porque surgió en el proceso natural de evolución.

Muchas personas creen que lo que sucede entre animales en la naturaleza no es nuestra responsabilidad, y, efectivamente, lo que hacen entre sí mismos no es de nuestra incumbencia.  Tienen sus propias formas de vida, bastante diferentes de las nuestras, y no tenemos derecho a inmiscuirnos en ellas ni de imponer nuestros valores antropocéntricos sobre ellos.

Hay un elemento de verdad en este punto de vista: que nuestra razón moral para prevenir el daño del cual no seríamos responsables es más débil que nuestra razón en no causar daño. Nuestro deber principal con respecto a los animales es, por lo tanto, dejar de atormentarlos y matarlos como un medio para satisfacer nuestro deseo en degustar determinados sabores o en decorar nuestros cuerpos de cierta manera. Pero si el sufrimiento es malo para los animales cuando nosotros lo causamos, es también malo para ellos cuando otros animales lo causan. No es un prejuicio humano que el sufrimiento es malo para aquellos que lo experimentan, ni el esfuerzo por prevenir el sufrimiento de los animales salvajes es un intento moralista de vigilar el comportamiento de otros animales. Incluso si no estamos moralmente obligados a prevenir el sufrimiento entre animales en la naturaleza del cual no seamos responsables, tenemos un motivo moral para prevenirlo, al igual que tenemos un motivo moral general para prevenir el sufrimiento entre los seres humanos que es independiente tanto de la causa del sufrimiento como de nuestra relación con las víctimas. La principal fuerza de la permisibilidad de actuar bajo nuestra razón para prevenir el sufrimiento es que nuestra acción no debería producir efectos negativos peores que aquellos que deberíamos prevenir.

Esa es la cuestión central en relación con si deberíamos intentar eliminar el carnivorismo.  Dado que la eliminación del carnivorismo requeriría la extinción de las especies carnívoras, o, al menos, su alteración genética radical, que podría ser equivalente a la extinción, bien podría ser que las pérdidas de valor fueran mayores que los supuestos beneficios. No solamente todas o la mayoría de especies animales son de algún valor instrumental, sino que es también discutible que todas las especies tengan un valor intrínseco. Como Ronald Dworkin ha observado, “tendemos a tratar a las distintas especies animales (aunque no a los individuos animales) como algo sagrado. Pensamos que es muy importante, y supone una considerable gasto económico, proteger de la destrucción a especies amenazadas”. Cuando Dworkin dice que las especies animales son sagradas, quiere decir que su existencia es buena de una manera que no necesita ser buena para nadie; ni es buena en el sentido de que sería mejor que hubiera más especies, de manera que tendríamos razones para crear nuevas si pudiéramos. “Pocas personas,” observa, “creen que el mundo sería peor si siempre hubiera habido menos especies de aves, y pocos pensarían que es importante diseñar nuevas especies de aves si fuera posible. Lo que creemos que es importante no es que haya un número particular de especies, sino que una especie de las que ahora existen no sea extinguida por nosotros”.

El valor intrínseco de la especie individual es, así, bastante distinto del valor de la diversidad de especies.  Parece también derivarse de las afirmaciones de Dworkin que la pérdida incluida en la extinción de una especie existente no puede ser compensada de manera plena o quizá ni siquiera parcial por la llegada al mundo de una nueva especie.

La cuestión básica, entonces, parece ser un conflicto entre valores: la prevención del sufrimiento y la preservación de especies animales. Está relativamente aceptado que el sufrimiento es intrínsecamente malo para quienes lo experimentan, incluso si ocasionalmente es también bueno de manera instrumental para ellos, cuando tiene los efectos purificadores y redentores que los personajes de Dostoyevski ansían tan a menudo. Y está aceptado que la extinción de una especie animal es intrínsecamente mala por lo general. Es malo para los miembros individuales que mueren y malo para otros individuos y especies que dependen de la existencia de la especie para su propio bienestar o supervivencia. Pero la extinción de una especie animal no es necesariamente mala para sus miembros individuales. (Si se me permite caer en la ciencia-ficción, supón que un químico que indujera la esterilidad pero también extendiera su longevidad pudiera ser introducido en su provisión de comida.)  Y la extinción de una especie carnívora podría ser instrumentalmente buena para todos aquellos animales que, de otra manera, habrían sido su presa.  Ese simple hecho es precisamente el que plantea la cuestión de si sería bueno que las especies carnívoras se extinguieran.

El conflicto, por lo tanto, debe estar entre prevenir el sufrimiento y respetar el presunto carácter sagrado (o, como yo diría, el valor impersonal) de las especies carnívoras. De nuevo, la afirmación de que el sufrimiento es malo para aquellos que lo experimentan, y, por lo tanto, debería en general ser prevenido cuando fuera posible no puede ser seriamente puesta en duda. Pero la idea de que las especies animales individuales tienen valor en sí mismas es menos obvia. ¿Qué son las especies, después de todo? Según Darwin, “no son más que combinaciones artificiales hechas por conveniencia”.  Son colecciones de individuos distinguidos por biólogos a lo largo del tiempo sin un punto claro de división, y algunas veces se separa incluso entre individuos contemporáneos, como en el caso de las especies anillo. No hay un criterio universalmente acordado para su individualización. En la práctica, el criterio invocado más comúnmente es la capacidad de cruzarse, pero sabemos bien que es imperfecto y que supone intransitividades de clasificación cuando se aplica a especies anillo. Ni ha sido explicado de manera satisfactoria por qué un tipo especial de valor debería ser inherente a una colección de individuos simplemente en virtud de su capacidad de producir crías fértiles. Si es bueno, como pienso que es, que la vida animal debería continuar, entonces es instrumentalmente bueno que algunos animales puedan reproducirse con otros. Pero no veo motivos para suponer que los burros, como grupo, tengan un valor impersonal de que las mulas carezcan.

Incluso si las especies animales tuvieran valor impersonal, no se derivaría que sean irreemplazables. Desde que los animales aparecieron primero en la Tierra, un número indefinido de especies se han extinguido mientras ha surgido un número indefinido de nuevas especies. Si la aparición de nuevas especies no pudiera compensar la extinción de otras, y si la Tierra no pudiera sostener de manera simultánea a todas las especies que han existido, parece que habría sido mejor que las primeras especies nunca se hubieran extinguido, con la consecuencia de que las últimas nunca habrían existido. Pero es probable que pocos de nosotros, con la gran estima que tenemos de nuestra propia especie, abracemos esa implicación.

Por lo que aquí es donde el tema va más lejos. Sería bueno prevenir el enorme sufrimiento y las incontables muertes violentas causadas por la depredación. Hay, por lo tanto, una razón para pensar que sería instrumentalmente bueno que las especies animales depredadoras se extinguieran y fueran reemplazadas por nuevas especies herbívoras, siempre que esto pueda ocurrir sin un trastorno ecológico que suponga más daño del que se prevenga con el fin de la depredación.  La afirmación de que las especies animales existentes son sagradas o irreemplazables está subvertida por la irrelevancia moral del criterio para individualizar las especies animales. Estoy inclinado, por lo tanto, a asumir la conclusión herética de que tenemos motivos para desear la extinción de todas las especies carnívoras, y espero el destino habitual de los herejes dado que este artículo está abierto a comentarios.




Depredadores: una respuesta (Jeff McMahan, septiembre 2010)

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Jeff McMahan es profesor de filosofía en la Universidad de Rutgers y colaborador honorífico del Center for Human Values en la Universidad de Princeton. Es autor de varios trabajos sobre ética y filosofía política, incluidos “The Ethics of Killing: Problems at the Margins of Life” (“La ética del asesinato: problemas en los márgenes de la vida”) y “Killing in War” (“Matar en la guerra”). Después de que The New York Times publicara su artículo “The Meat Eaters” (“Los carnívoros”) en el que abordaba cuestiones éticas sobre el problema de la depredación[1], McMahan respondió a algunos comentarios mediante el siguiente artículo titulado “Predators: A Response”  (“Depredadores: una respuesta”).

Nota: La publicación de este artículo en RespuestasVeganas.Org no implica necesariamente que compartamos todas y cada una de las cuestiones expresadas por el mismo; sin embargo, consideramos interesante su publicación por la aportación que puede hacer a la causa del movimiento por los Derechos Animales (derecho a la salud/vida).



Hay algunas respuestas a los argumentos de mi publicación que se repiten con una frecuencia sorprendente a lo largo de los comentarios. Las siguientes cuatro objeciones, listadas en orden de su frecuencia relativa de aparición, son las más comunes.

1. Si los depredadores fueran a desaparecer de una cierta región, las poblaciones herbívoras en ese área se expandirían rápidamente, reduciendo la vegetación comestible, y, de ese modo, provocando finalmente más muertes entre los herbívoros por inanición o enfermedad que la que de otro modo sería producida por depredadores. Y la inanición y enfermedad normalmente suponen más sufrimiento que ser despachado rápidamente por un depredador.
2. ¿Deberían los seres humanos ser los primeros en desaparecer?
3. ¿Qué hay del sufrimiento de las plantas?
4. ¿Qué hay de las bacterias, virus e insectos?

Mi propia respuesta se centrará principalmente en la primera de estas objeciones y en las maneras en que el argumento podría continuar después de que la objeción haya sido indicada.

En los párrafos sexto, séptimo y octavo de mi artículo original, anticipé la primera objeción. Escribí: Supón que pudiéramos organizar la extinción gradual de las especies carnívoras, reemplazándolas por herbívoras. O supón que pudiéramos intervenir genéticamente, para que las especies actualmente carnívoras evolucionaran gradualmente a herbívoras, realizando así la profecía de Isaías. Si pudiéramos traer el fin de la depredación por uno u otro de estos medios con un pequeño coste para nosotros mismos, ¿deberíamos hacerlo?

Por supuesto, reconozco que sería imprudente intentar dichos cambios dado el estado actual de nuestros conocimientos científicos. Nuestra ignorancia de las ramificaciones potenciales de las intervenciones en el mundo natural permanece profunda. Los esfuerzos por eliminar ciertas especies y crear nuevas tendrían muchos efectos imprevisibles y potencialmente catastróficos.

Quizá uno de los escenarios más benignos es que la acción para reducir la depredación crearía un distopía maltusiana en el mundo animal, con tasas de nacimiento más altas entre los herbívoros, superpoblados, y recursos insuficientes para sostener las poblaciones más grandes. En lugar de ser matados rápidamente por depredadores, los miembros de las especies que una vez fueron presas morirían lenta y dolorosamente, y en un número mayor, de inanición y enfermedad. Después de presentar la objeción, volví a ella seis veces en el curso de las 1.900 palabras restantes del artículo. Esas referencias acentúan típicamente que mi argumento toma una forma condicional, esto es, mi argumento tiene implicaciones prácticas solo si pudiéramos tener un alto grado de confianza en que los problemas del tipo que identifiqué podrían ser evitados. Pero se presenta esta misma objeción repetidas veces en los comentarios, normalmente con lamentos sobre mi terrible ignorancia en biología y ecología, como si no fuera consciente de que hay una refutación obvia y devastadora de todo lo que había dicho. Volveré a este hecho sobre la naturaleza del comentario al final de esta respuesta.

Entre aquellos comentaristas que realmente leyeron el artículo, y, por lo tanto, eran conscientes de que había reconocido la objeción, unos pocos llevaron el argumento un paso más lejos. Comprendieron que mi argumento era condicional, pero afirmaron que la condición relevante nunca podría ser obtenida. Sostuvieron que nunca seremos capaces de eliminar la depredación sin producir una disrupción ecológica catastrófica y, por lo tanto, incluso más sufrimiento de que podríamos haber prevenido. Si tienen razón, mi artículo quizás presenta un interesante experimento mental que podría habernos llevado a reflexionar sobre nuestros valores (aunque no lo hizo), pero está en esencia vacío de significado práctico. Estos lectores fueron demasiado educados como para señalar que su predicción también pone a Isaías a una luz bastante decepcionante en su rol como profeta.

Sin embargo, mi asunción en el artículo era que nuestra comprensión de las ciencias biológicas y ecológicas bien podría avanzar más allá de lo que hoy consideramos posible. Esto ha ocurrido repetidamente en la historia de la ciencia, como cuando Rutherford, el primero en separar el átomo, dijo en 1933 que todo el que pensara que la separación del átomo podría ser una fuente de poder estaba diciendo “sandeces”. Dado que no podemos tener la certeza de que nunca seremos capaces de reducir o eliminar la depredación sin desastrosos efectos secundarios, es importante pensar con antelación sobre cómo podríamos de manera prudente emplear un poder de intervención más refinado si fuéramos capaces de adquirirlo.

Parece, además, que mi argumento tiene alguna relevancia para las elecciones que debemos hacer incluso ahora. Hay algunas especies de grandes animales depredadores, como el tigre siberiano, que están actualmente en peligro de extinción. Si no hacemos nada para preservarlo, el tigre siberiano como especie podría extinguirse pronto. El número de tigres siberianos extintos ha sido bajo durante un tiempo considerable. Cualquier disrupción ecológica ocasionada por su cantidad menguante ha ocurrido en gran parte o está ya ocurriendo. Si su número en la naturaleza declina de varios cientos a cero, el impacto de su desaparición en la ecología de la región será casi insignificante. Supón, sin embargo, que pudiéramos repoblar su amplio hábitat anterior con tantos tigres siberianos como había durante el período en el cual crecieron en gran número, y que esa población pudiera ser sostenida de manera indefinida. Eso supondría que los animales herbívoros en el área repoblada extensiva vivirían de nuevo, y por un tiempo indefinido, con miedo, y que un número incalculable moriría con terror y agonía mientras fuera devorado por un tigre. En un caso como este, podemos en efecto enfrentarnos al tipo de dilema sobre el que llamé la atención en mi artículo, en el cual hay un conflicto entre el valor de preservar especies existentes y el valor de prevenir el sufrimiento y la muerte prematura de una enorme cantidad de animales.

Muchos de los comentaristas dijeron, en efecto: “Deja a la naturaleza sola; el curso de los eventos en el mundo natural será mejor sin intervención humana”. Dado que los esfuerzos por repoblar su hábitat original con grandes cantidades de tigres siberianos podría requerir una intervención masiva en la naturaleza, este punto de vista anti-intervencionista podría implicar en sí mismo que deberíamos permitir que el tigre siberiano se extinga. Pero supón que los tigres siberianos restauraran finalmente por sí solos su anterior número si los seres humanos simplemente los dejaran solos. Supongo que la mayoría de la gente encontraría eso deseable. ¿Pero es así porque nuestros prejuicios humanos nos ciegan ante la importancia del sufrimiento animal? Los tigres siberianos no son, de hecho, particularmente agresivos hacia los seres humanos, pero pongamos por caso que lo fueran. Y supón que hubiera grandes cantidades de personas pobres viviendo en condiciones primitivas y vulnerables en las áreas donde los tigres siberianos podrían resurgir, por lo que muchas de estas personas estarían amenazadas de mutilación y muerte si los tigres no se extinguieran o no se los mantuviera en cautividad. ¿Aún dirías “deja a la naturaleza sola, deja que los tigres redoblen sus anteriores hábitats”? ¿Y si tú fueras una de las personas en la región, por lo que tus hijos o nietos podrían estar entre las víctimas? ¿Y cuál sería tu reacción si alguien abogara por la proliferación de tigres al señalar que sin tigres para mantener la población humana bajo control, tú y los otros criaríais de manera incontinente y sobrecultivaríais la tierra, por lo que finalmente tu población tendría que ser controlada por el hambre y la epidemia? Podrían decir que es mejor dejar que la naturaleza haga el trabajo de diezmar a la multitud humana en tu región por medio del tigre siberiano. ¿Estarías de acuerdo?

De hecho, no podemos dejar a la naturaleza sola. Somos partes de ella, tanto como cualquier otro animal. De manera más importante, no podemos ayudar sino tener un impacto masivo y omnipresente en el mundo natural dada nuestra cantidad. Las prácticas agrícolas necesarias para nuestra supervivencia constituyen una invasión continua y la ocupación de tierras habitadas previamente por otros. Una sugerencia explícita de mi artículo era que sería mejor intentar controlar nuestro impacto en el mundo natural de una manera decidida, guiada por la inteligencia y los valores morales, incluyendo el valor del sufrimiento decreciente, más que continuar permitiendo que la manera en que afectamos al mundo natural, incluyendo la extinción de especies, esté determinada por la inadvertencia ciega (como, por ejemplo, en el caso de muchas extinciones de especies animales que serán producidas por el cambio climático global).

Algunos comentaristas apuntaron de manera interesante que incluso si los depredadores se extinguieran en una determinada área sin catástrofe ambiental, nuevos depredadores evolucionarían finalmente allí para llenar el nicho ecológico que habría sido dejado vacante, restaurando por lo tanto todo el lúgubre ciclo. Pero incluso si esto fuera a ocurrir, la evaluación de las especies puede llevar un largo tiempo, y un largo intervalo sin depredación podría ser un bien importante, al igual que la prevención de una guerra puede ser un gran bien incluso si no hace nada por prevenir otras guerras en el futuro. De manera más importante, no es precisamente plausible suponer que podríamos tener la capacidad de eliminar una especie depredadora de un área pero careceríamos de la capacidad, incluso en un futuro lejano cuando nuestros expertos científicos habrían avanzado incluso más lejos, de prevenir el surgimiento de una nueva especie depredadora.

Considera las otras tres repuestas que aparecen de manera repetida en los comentarios. Algunos lectores sugirieron que mi argumento implica que deberíamos esperar conseguir la extinción de la especie humana carnívora, la especie que produce mucho más sufrimiento a otros animales que cualquier otra especie. La mayoría tomó eso como una reducción al absurdo de mi argumento, pero unos pocos parecían pensar que deshacerse de los seres humanos sería una buena idea. Para aquellos que desean continuar con esta cuestión, recomiendo la contribución de Peter Singer a The Stone (“Should This Be the Last Generation?”, 6 de junio de 2010). Mi propia respuesta puede ser bastante breve. Los seres humanos no son carnívoros en sentido relevante, sino omnívoros, y en la mayoría de casos pueden elegir vivir sin atormentar y matar a otros animales, una opción que no es una posibilidad biológica para genuinos carnívoros. Mi propio punto de vista es que la extinción de los seres humanos sería el peor evento que posiblemente podría ocurrir, aunque no argumentaré a favor del mismo aquí.

¿Qué hay del sufrimiento de las plantas? De nuevo una breve respuesta: las plantas no sufren, aunque responden a estímulos de manera que algunos han confundido con una respuesta al dolor. Lo que fue más escandoloso de la repetida invocación al sufrimiento de las plantas es que no dio lugar a reflexiones sobre lo que serían las implicaciones morales de que las plantas sufrieran. El gesto de los comentaristas hacia el alegado sufrimiento de las plantas no parecía más que un movimiento retórico en su ataque a mi argumento. Pero si alguien se convenciera, como algunos de los comentaristas parecen estar convencidos, de que las plantas son conscientes, sienten dolor y experimentan sufrimiento, eso debería lugar a la reconsideración seria de la permisibilidad de incontables prácticas que siempre hemos asumido como benignas. Si realmente creyeras que las plantas sufren, ¿continuarías pensando que es perfectamente aceptable cortar el césped?

Finalmente, mi respuesta a los recurrentes cuestionamientos al respecto de microbios e insectos es análoga a las que ofrecí a las solicitudes de las personas sobre las plantas. Como las plantas, los microbios no sufren. No pienso que sepamos todavía si muchos tipos de insectos lo hacen. Si, en condiciones controladas, alguien quita la pata o ala de una mosca mientras se está alimentando o limpiando, esta llevará a cabo su actividad como si nada hubiera sucedido. Pero supón que los insectos realmente sufrieran, quizá de manera muy intensa. ¿No debería eso provocar serias reflexiones morales más que ser utilizado como un mero punto de debate?

Antes señalé que, de lejos, la objeción más común a mi artículo era que yo ignoraba las consecuencias probables de la eliminación o incluso la mera reducción de la depredación. Si tienes paciencia, revisa los primeros 152 comentarios a mi artículo. Encontrarás esta objeción señalada en 28 de ellos, es decir, en cerca del 20 por ciento. Dado que explícitamente indiqué y traté esa objeción, y más tarde volví a ella seis veces, parece claro que muchos, y probablemente la mayoría, de los lectores del artículo dieron solamente una rápida mirada antes de abalanzarse sobre el teclado para echarme una buena bronca. Pero al menos aquellos que replicaron a la objeción que yo había señalado merecen crédito por decir algo de sustancia. Lo que es particularmente descorazonador es que sus comentarios están enormemente superados por aquellos que no hicieron referencia a mis argumentos y no mencionaron en ningún momento algo sustancial, sino que, en lugar de eso, consisten enteramente en insultos e invectiva. Si tomas tus propias convicciones morales en serio, la manera de responder a un cuestionamiento de ellas es tener la seguridad de que comprendes el cuestionamiento, y entonces intentar refutar los argumentos por ello. Si no puedes responder al cuestionamiento excepto burlándote de quien las cuestiona, ¿cómo puedes mantener la confianza en tus propias creencias?



Entrevista a un matarife de pollos (ALA, invierno 2002/2003)

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Alternativa por la Liberación Animal (ALA) fue la organización vegana pionera en España. La siguiente entrevista a un matarife de pollos fué publicada en el «Boletín Informativo de ALA - Invierno 2002/2003».

Nota: La publicación de esta entrevista en RespuestasVeganas.Org no implica necesariamente que compartamos todas y cada una de las cuestiones expresadas por la misma; sin embargo, consideramos interesante su publicación por la aportación que puede hacer a la causa del movimiento por los Derechos Animales (derecho a la salud/vida).



Estamos con Patxi, que estuvo más de dos años trabajando en un matadero de aves, nos va a contar un poco su experiencia... ¿Hace cuánto que estuviste allí?

Estuve hace alrededor de cinco años, trabajando dos años seguidos, en un matadero de pollos de Mungía (Bizkaia). El proceso allí era que llegaba el pollo que venía en camiones, hasta que salía despiezado en bandejas para el consumo.

¿Cómo empezaste a trabajar?

Empecé a trabajar por mediación de un amigo, y como había falta de trabajo me incorporé a la cadena.

Antes, nos has comentado que lo que más te aterrorizó fue el transporte. ¿Cómo venían las aves?

Vienen en camiones, en jaulas, en cada camión vienen de dos mil quinientos a tres mil pollos, vienen unos encima de otros con las plumas, con las patas, las alas fuera. Vienen de Huesca y de otros sitios. Tienen un largo viaje, y con el frío que hace muchos vienen congelados, muertos, o en condiciones penosas.

La gente que está allí ¿piensa en el sufrimiento de esos animales y en su capacidad de sentir dolor, o simplemente piensa en hacer su trabajo?

Es hacer su trabajo, monótono y autómata, el mismo trabajo ocho horas.

Has dicho que perdían mucho peso desde que se les sacaba de la granja hasta que llegaban allí. ¿Cómo se hace ese proceso?

Desde que llegan, lo primero que se hace es sacarlos de las jaulas y se establece un proceso en cadena, hay dos o tres personas colgando contínuamente pollos.

¿Y cómo se les cuelga?

Se coge de la pata o de donde agarres, porque cuando se coge un pollo se coge sin mirar, igual coges del cuello que de las patas y se le cuelga boca abajo y de ahí pasa a una bañera donde le das descargas, es una bañera con dos cables y pasa la corriente, se usa para atontar al pollo.

¿Se quedan aturdidas o suelen quedar varias sin aturdir? ¿Se hace coherentemente o es por velocidad?

Eso es la velocidad. Ahí no puedes parar, hay que matar tantos pollos, la cadena de producción no puede parar.

No se tiene en consideración lo que el pollo esté pasando, lo único que cuenta es el no perder dinero, ¿no?

No perder dinero, y no dejar un gancho sin colgar.

Una vez que se ha aplicado esa descarga a las aves, ¿qué pasa después?

Luego se le desangran, que es introducir un cuchillo por la boca y sacárselo por el cuello. Es la forma más rápida para que se desangre, y luego de ahí pasa a seis o siete metros a las peladoras.

¿Y qué son? ¿Máquinas?

Sí. Las peladoras son máquinas con agua caliente, también se les llama escaldadoras, con agua caliente y con cepillos para desplumarlos lo más rápido posible.

¿Ha pasado alguna vez que algún animal ha llegado vivo a la escaldadora?

Hombre, desde que el matarife le intenta desangrar, hasta la peladora hay un espacio de ocho o diez metros, con lo que calculando la cantidad de sangre que pueda llegar a perder supongo que más de uno llegará allá vivo.

Se sabe que su deficiente alimentación hace que los huesos sean quebradizos y débiles. ¿Has podido comprobarlo en tu experiencia como matarife?

Sí, sí, los huesos se rompen con mucha facilidad.

Antes has comentado que las aves no pueden casi andar.

Sí, cuando abres una jaula se quedan quietos, estáticos, no sé, tienen unas patas muy débiles para el cuerpo que tienen.

Sí, esto es porque han vivido en jaulas donde no se han podido mover y no tienen masa muscular. ¿Luego se les despluma?

Sí, se les despluma porque es lo que va a ver el cliente, por lo tanto eso interesa más de cara al público. Interesa más el aspecto exterior que cómo ha estado tratado, cómo ha estado cuidado, su alimentación, vende mucho más por la vista.

Y decías que había diferencia entre las gallinas que venían de granja y las gallinas que venían de criadero.

Los de caserío tienen algo mejor sus condiciones, no en jaulas individuales, pero jaulas más grandes y menos pollos, son mucho más espabilados, en el momento que abres una jaula, el instinto de supervivencia del pollo es de salir corriendo. Los pollos de naves industriales se quedan parados, se quedan clavados en el suelo, abres una jaula y se quedan quietos. Sin embargo, en ambos casos la muerte que les espera es igual de horrible.

¿Cuánto tiempo de vida tienen esas aves cuando llegan al matadero?

Pueden tener una media de veinticinco días, tienen muy poco tiempo de vida, lo que hacen es comer, comer continuamente, los tienen a base de piensos y lo que interesa es que el pollo engorde y engorde, nada más.

¿Sabes si se le da algún tipo de medicamento, antibióticos o algo?

No, eso desconozco. Yo he estado en el matadero, de criadero no conozco nada.

Y cuando se les ha desplumado. ¿Qué proceso sigue luego?

Después de desplumar hay que sacarles las tripas, que se dejan en un recipiente, y eso luego se lo llevan. Llega una gente y se lleva lo que son las tripas, los intestinos...

Comentabas antes que hacían bloques con la sangre...

Sí, la sangre se recoge toda y se cuece.

¿Y sabes a dónde va destinado esto?

No, para la sangre venía una persona, no sé si de parte de una empresa, una furgoneta sin rotular y no sé a donde iría. Y con las tripas pasaba lo mismo, eso se llevaba todos los días sino el olor que desprende eso...

Y después de todo lo que han pasado estos seres, durante la venta al público no se ve ese sufrimiento, no hay sangre...

Lo que se ve es lo bonito, las bandejas con los plásticos que le da brillo, con las etiquetas. Lo que queda oculto es el proceso que ha llevado, su transporte, el trato que se les ha dado, el sacrificio... el trato es de mercancía, son tratados como mera mercancía, materia prima para el negocio.

¿Recuerdas el número de aves exterminadas cada día?

Cada camión podía tener de dos mil quinientas a tres mil aves y cada día se podían llegar a matar dos camiones, incluso tres. Te estoy hablando de hace cinco años, imagino que las cosas tal y como está el consumo no habrá ido a menos, puede haber ido a más. Cada vez hay más consumo.

¿Qué horario de trabajo tenías?

Los camiones llegaban alrededor de las cinco de la mañana, y nosotros empezábamos a las seis, de seis a dos continuamente matando. Se podía estar matando hasta las doce y media y luego pasaba todo el mundo a hacer las bandejas, a despiezar el pollo y a hacer bandejas, a pesarlas, a etiquetarlas.

Se dice que los pollos pierden peso al llegar al matadero comparado con antes de salir del criadero.

Eso es, se les paga por kilo, entonces dependiendo del peso que pierdan se pagará más o menos.

¿Cobrabas por pieza matada o por hora trabajada?

Nosotros por sueldo. Al ser el tema de cadena, ésta no puede parar nunca, no puede haber un gancho libre, por lo tanto se trabaja muy estresado y te puede llegar a crear varios tipos de traumas.

Ahora ya no comes carne de pollo, ¿es por lo que has visto que pasa allí?

Sí, yo dejé de comer pollo en el momento que salí voluntariamente de allí, más que nada, por el tipo de situación que vi, cómo los trataban y todo. Llegué a tener pesadillas por las noches. El ruido es angustioso, el ruido de tres mil pollos piando continuamente... Te llega a entrar profundamente en la cabeza.

¿Conoces a más gente que le haya pasado algo parecido? ¿Que hayan dejado de trabajar por ese motivo?

Sí, hay más gente que acaba con el tema del estrés. Es un estrés contínuo, no te lo quitas de la cabeza.

El hecho de ver morir todos los días a miles y miles de animales, de ver como están, imagino que tiene que ser bastante duro para una persona mínimamente sensible.

Sí, se hace muy duro. Es muy agobiante y muy estresante. Es un contínuo piar y el tema de tratarles como a objetos, se les cuelga, porque no puedes dejar un gancho libre, por lo tanto le puedes coger de cualquier sitio; del cuello, de las patas, de las alas, de donde sea.

¿Se podría llegar a romperles algo al colgarles?

Sí, por el tema que hemos comentado antes de los huesos, que son totalmente débiles, no tienen fuerza, ni masa muscular. Coges y le rompes una pata como quien rompe un cigarro.

Y con el tiempo ¿Se pierde la sensibilidad hacia este tema? Una vez trabajando allí, ¿llegas a acostumbrarte o se te hace cada vez más duro?

No, acostumbrarse no creo que se acostumbre nadie, simplemente que hay gente que por necesidad tiene que hacer ese trabajo. También hay mucha gente sensible. Yo por ejemplo dije que no y terminé marchándome de esa empresa.

¿Dónde acaban estos pollos?

Mayoritariamente cuando yo estaba allí se empaquetaba todo para Eroski, que era a quien le proveíamos. Se llevaban tanto despiezados como los pollos enteros, precintados en bandejas, empaquetados y todo. También cuando era temporada de cerveceras se les mandaban allí.

Y de pollos criados al aire libre, ¿se mataban muchos o eran una minoría?

Eran una minoría... Además me acuerdo que eran los jueves y los viernes, pero no llegaban a los ciento cincuenta o doscientos.

¿Era diferente la trayectoria de esos pollos?

Sí, se les ponía más bonitos, en las patas unas cosas doradas para que la gente los vea. Ellos mismos se estaban descubriendo, porque están dando favor a los pollos de caserío.

En este trabajo, ¿explotan también a las personas?

También explotan al humano. Es un trabajo mal pagado para el tema del estrés. Lo haces porque no hay más.

¿Te arrepientes de haber estado trabajando en eso? 

En este momento ya es un tema pasado, pero he tenido una temporada muy mala. He llegado hasta a tener pesadillas por las noches, atormentado sobre todo por el tema del ruido de los animales, el "pí, pí, pí...", el oír piar y el verlos colgados.

¿Piensas que a estos animales se les trata como si fuesen mercancías, simples recursos o como animales vivos capaces de sentir?

Son totalmente mercancía, y del tema de la alimentación imagino que dejará bastante que desear. Si un pollo de esos puede llegar a pesar dos kilos y tiene veinticinco días la alimentación debe de ser a base de transgénicos, hormonas y a base de un montón de cosas para que coja peso. Lo que interesa es el beneficio.

Más que pollos machos se matan pollos hembra, ¿no?

Sí, por lo que oí. Lo que pasa es que no se distinguen. A los machos los suelen triturar para hacer piensos, porque no son útiles para el consumo humano y tampoco ponen huevos. A estos animales se les tira vivos a la trituradora cuando no tienen ni días.

¿Alguna última reflexión?

A raíz de lo que ví en el matadero he dejado de consumir pollo y cualquier otro tipo de carne, porque me dejó bastante marcado el tema del trato, de cómo los cuidan, el transporte, cómo llegan y el tema de la alimentación que están recibiendo, porque luego al comerlos recibes la misma alimentación que han recibido ellos. Además vemos que son pura mercancía, al tenerlos en jaulas donde nunca han visto el sol, poca vitamina nos pueden aportar. Toda esa adrenalina que es provocada por el miedo que sienten estos animales a la hora de morir llega al humano al comerlo.

Los animales de abasto tienen la misma capacidad de sentir dolor que los animales de compañía. ¿Qué opinión te merecen quienes se escandalizan cuando ven maltratar a un gato o a un perro y se muestran insensibles ante el sufrimiento de otros animales?

Pues a esa gente les diría que se tiraran trabajando una temporada, y que vieran más que cómo se les cuida, cómo se les descuida. Yo creo que más de uno dejaría de comer tanto pollo u otro tipo de animales.

Estoy seguro que si mucha gente tuviera que matar con sus propias manos, despellejar y destripar al animal dejarían de comérselo. Estamos acostumbrados a que nos llegue en la bandeja de poliestireno expandido, muy bonito, sólo hay que echarlo a la sartén. La gente ha perdido totalmente la sensibilidad hacia lo que es un animal, lo que representa, la vida que tiene.

Lo que el público ve, es lo que el comerciante quiere enseñarle, la parte bonita del producto, bien envasado, bien precintado y con muchos colorines, pero detrás de todo eso está el drama de cada animal y de cada cadáver.

Muchísimas gracias Patxi. La verdad, es difícil encontrar una persona que realmente haya vivido esto y tenga el valor de explicarlo.



Derecho al honor y antropocentrismo (Daniel Dorado, noviembre 2017)

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Daniel Dorado es Presidente de la Sección de Derecho Animal del Colegio de Abogados de Madrid, profesor asociado de la Universidad Carlos III de Madrid y miembro de la fundación Ética Animal. El siguiente artículo de Daniel Dorado fue publicado el 24 de noviembre de 2017 en abogacia.es

Nota: La publicación de esta entrevista en RespuestasVeganas.Org no implica necesariamente que compartamos todas y cada una de las cuestiones expresadas por la misma; sin embargo, consideramos interesante su publicación por la aportación que puede hacer a la causa del movimiento por los Derechos Animales (derecho a la salud/vida).



El pasado 6 de noviembre de 2017 el Juzgado de Primera Instancia 1 de Sepúlveda dictaba sentencia en la que estimaba la demanda interpuesta por la viuda y los padres del torero fallecido Víctor Barrio contra Datxu Peris. En la misma, contra la que cabe recurso, se declaraba lo siguiente:

- Que el contenido publicado en Facebook por Datxu Peris “constituye una intromisión ilegítima del derecho al honor” de Víctor Barrio.
- Que la demandada debe retirar de su página en Facebook “todo aquel mensaje que constituya una intromisión ilegítima al honor” de Víctor Barrio.
- Que debe “publicar a su costa la Sentencia en los mismos medios en los que divulgó el mensaje”.
- Que debe abonar 7.000 euros a los familiares de Víctor Barrio “en concepto de daños morales y perjuicios”, así como el pago de las costas.


Los hechos se remontan al 9 julio de 2016. El torero Víctor Barrio moría en una corrida a consecuencia de una cornada del toro “Lorenzo”, que se defendía frente a los ataques sufridos. Un día después Datxu Peris publicaba en su página de Facebook un texto en valenciano, siendo esta la traducción:

“Podemos tratar de ver el aspecto positivo de las noticias para no sufrir tanto… Ya ha dejado de matar.

El negativo, entre otros, claramente, es que a lo largo de su carrera ha matado mucho. Muchos de mi equipo, que como digo siempre, es el de los oprimidos, los que siempre pierden porque tienen a todos los opresores en contra, porque tienen el partido amañado. Ahora los opresores han tenido una baja, una víctima más, un peón de su sistema, y me pregunto, como muchos, cuantas bajas más de este equipo harán falta para que los gobiernos centrales, generalistas, diputaciones y ayuntamientos dejen de subvencionar estas prácticas con olor a sadismo.

No puedo sentirlo por el asesino que ha muerto más que por todos los cadáveres que ha dejado a su paso mientras vivió. No solo de toros adultos a lo largo de su carrera (según las estadísticas de su página oficial, ha acabado con 258 vidas desde 2008) sino también de novillos a lo largo de su aprendizaje en escuelas taurinas, en las cuales podemos encontrar niños que acaban normalizando situaciones como esta: ‘un alumno asestó hasta 14 estocadas al animal antes de que cayera al suelo, donde fue apuntillado y aún vivo y boqueando, tratando de tomar los últimos alientos de vida, fue arrastrado al matadero”.

La muerte de Víctor Barrio suscitó comentarios similares por parte de otros activistas, indignados ante el hecho de que sea legal una práctica que provoca el sufrimiento y la muerte de toros, caballos y otros animales. Sin embargo, solamente las manifestaciones de Datxu Peris tuvieron repercusión mediática, siendo el más que posible motivo que es concejal en el municipio valenciano de Catarroja. La mayoría de medios tergiversó y manipuló sus palabras, afirmando que se había alegrado de esta muerte, o que había frivolizado con este hecho, cuando una lectura atenta muestra que nada de ello se puede deducir de sus afirmaciones. Especialmente lamentable fue la entrevista realizada en el programa de radio Herrera en COPE, en la cual el periodista intentó desacreditar la posición de Datxu Peris contraria a la tauromaquia con estas palabras: “¿A matar solamente toros, o a matar más cosas [sic]? ¿O a matar los pollos que te comes?”. Cuando ella respondió que es vegana, Carlos Herrera respondió: “Ahora, para que todos seamos como tú, que todos nos comamos el pepino crudo…” (un comentario con claras connotaciones sexuales).

Varios familiares de Víctor Barrio decidieron interponer una demanda de protección de derecho al honor, intimidad y propia imagen contra Datxu Peris, que fue estimada de manera íntegra. El siguiente es un extracto de la sentencia:

“Y es que Dña. Datxu Peris manifestó lo positivo de la muerte del torero y es que ha dejado de matar. No se alcanza a comprender lo que existe de positivo en el fallecimiento de un ser humano. No es cuestión de juzgar posiciones legítimas de sensibilidad sobre la tauromaquia, la caza o cualquier otra actividad que cause daño a un animal pero no se puede equiparar ni dar igual valor a la vida del ser humano que a la de un animal. Sencillamente porque lo que aquí nos ocupa y debemos aplicar, el derecho, no lo equipara.

Se expresa además en términos de asesino. Asesinar se define como matar a alguien con alevosía, ensañamiento o por una recompensa. La presencia del término ‘alguien’ remite indudablemente a una persona pues este pronombre sólo se puede referir a seres humanos. Nuestro Código Penal castiga como reo de asesinato al que ‘matare a otro’ entendiendo que este otro es un ser humano. Cuando la demandada califica de asesino a un torero, persona en ejercicio de una profesión como actividad lícita y regulada, no hace sino emplear erróneamente y de forma peyorativa la calificación de asesino provocando con ello una intromisión en el honor del fallecido.

Esta incorrecta asimilación entre derechos de la persona y derechos de los animales parece fundamentar las opiniones vertidas en la publicación […]”

Podemos preguntarnos: ¿los animales de una especie diferente a la humana son “alguien”? Desde luego, no parecen ser “algo”, como un libro, una mesa u otro objeto. Es más, comparten con los seres humanos una característica como es la capacidad de sufrir y disfrutar. Es precisamente este el motivo por el cual deberíamos tener en consideración sus intereses, y no el hecho de que pertenezcan a cierta especie o determinado ecosistema. Este es el fondo del asunto, y la razón por la que Datxu Peris es condenada. Ella defendió tener en consideración igualitaria los intereses de animales de especies diferentes, y, al hacerlo, está rompiendo el tabú antropocentrista vigente en nuestra sociedad.

Nuestra relación con los animales resulta extraña. Al mismo tiempo que se habla de “derechos para los animales”, los animales sufren y son matados en perreras, plazas de toros, granjas, mataderos y otros lugares, todo ello de forma legal. Pero también parece extraña nuestra relación con los defensores de los animales. Estos activistas son felicitados cuando tratan cuestiones como el endurecimiento de las penas en caso de maltrato animal, o denuncian prácticas ilegales, como las peleas de perros. Los medios de comunicación los entrevistan en sus programas, donde son tratados de manera exquisita.

Ahora bien, cuando estos activistas ponen el foco claramente en el prejuicio antropocentrista, la reacción es muy diferente. Hacerlo tiene un precio. En el caso de Datxu Peris, 7.000 euros, además de ser víctima de una campaña de manipulación mediática en su contra llevada a cabo por la práctica totalidad de medios de comunicación.



El 14 de noviembre de 2017, eldiario.es publicó un artículo de Víctor Crespo titulado «El derecho a la libertad de expresión: ¿se puede equiparar un ser humano y un toro?». En dicho artículo se profundiza la crítica a la multa de 7.000 euros a la que fue condenada Datxu Peris.


Genocidio de peces por las obras en el Lago de la Casa de Campo

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A partir del 18 de diciembre de 2017 y al menos hasta agosto de 2018, se realizarán obras de remodelación del muro perimetral y de los desagües del Lago de la Casa de Campo de Madrid. Estas obras van a suponer el genocidio de los 14.000 peces que se estima que viven en los 165.000 metros cúbicos de agua que este lago contiene.

Los peces de especies autóctonas que se pudieran encontrar en el lago se trasladarán al río Manzanares, pero según un estudio realizado por el Ayuntamiento de Madrid, la práctica totalidad de peces son: carpa común y royal (Cyprinus carpio), carpines (Carassius auratus), percasoles (Lepomis gibbosus) y gambusias (Gambusia affinis), todos ellos catalogados como «especies invasoras» por la «Ley de Especies Exóticas Invasoras». Según dicha ley, quienes pertenezcan a especies invasoras deben ser asesinados. Por ello, los defensores de los Derechos Animales exigimos que se anulen la «Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad» y también el «Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras». Y no sólo eso, sino que exigimos que se reconozca el derecho a la salud/vida de todos los seres sintientes. Es paradójico que esta «Ley de Especies Exóticas Invasoras» la hayan creado individuos de la especie animal más invasora que existe: la especie humana antropocentrista[1], que desde África ha invadido todos los lugares de la Tierra, y que destruye todo y asesina.

Fernando Martínez-Vidal, portavoz de Medio Ambiente del Partido Popular (PP) en el Ayuntamiento de Madrid, con la demagogia taurina que caracteriza a dicho partido y hablando en términos de toneladas en lugar de en términos de individuos, criticó las obras del Lago de la Casa de Campo diciendo lo siguiente: «qué obsesión tienen ustedes con acabar con las corridas de toros, una cuestión puramente ideológica, y con qué facilidad acaban con 6 toneladas de peces. No sé si alguien estos días le cantará estos días "pero mira como mueren los peces en el río"». Inés Sabanés, delegada de Medio Ambiente y Movilidad por Ahora Madrid, el partido que gobierna en el Ayuntamiento de Madrid, le replicaba diciéndole que la normativa sobre las «especies exóticas invasoras» la marcan la Comunidad de Madrid y el Estado, ambas en manos del PP.

Es cierto que los ayuntamientos no tienen competencias en la aplicación de la «Ley de Especies Exóticas Invasoras» y que por tanto dicha ley les exige matar a quienes hayan sido capturados y se encuentren en la lista negra de especies que ésta contiene. Por lo tanto, según esta ley, es ilegal que el Ayuntamiento de Madrid traslade a los peces del lago a diferentes recintos (o a un nuevo lago) donde podrían ser esterilizados. También parece que es ilegal trasladar a los peces fuera de España. Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid, en manos del partido político Ahora Madrid, podría haber evitado el genocidio de los 14.000 peces de una de estas dos maneras:

A) No realizando las obras.
B) Realizando las obras de alguna otra manera (sin sacar a los peces del lago), lo cual no sé si es técnicamente posible en este caso.

En lugar de esto, responsables del Ayuntamiento de Madrid, del partido Ahora Madrid, han decidido realizar las obras. Toda esta innecesaria crueldad no ocurriría si el Partido Animalista PACMA gobernase en el Ayuntamiento de Madrid. PACMA ha sido el único partido político que se ha opuesto al exterminio de peces en el lago de la Casa de Campo, así como se opone a la pesca de estos animales. Lo racional y ético es que se anulen/paralicen las obras hasta que se encuentre una solución para la salud y la vida de estos 14.000 peces. Es difícil que esto suceda en una sociedad antropocentrista y egoísta, por eso es importante que cada vez se unan más personas a la causa.

En los genocidios que se cometen contra los peces a bordo de barcos pesqueros y en otros lugares, es habitual que no se usen medios para reducir el dolor y sufrimiento que estos sienten.[2] La novedad en el genocidio de los peces del Lago de la Casa de Campo es que, aunque la normativa no obliga a ello, el Ayuntamiento de Madrid reconoce que los peces sienten dolor y sufren (supone «un paso adelante»), razón por la cual les aplicará la Ley de Protección Animal para especies domésticas, con el fin de reducir el dolor y el sufrimiento que estos peces van a sentir cuando les maten. Primero, los peces serán aturdidos mediante pesca eléctrica produciendo un campo de corriente eléctrica dentro del agua que hace que los peces entren en un tipo de parálisis que facilita su captura mediante redes. Después de eso serán asesinados con aceite de clavo de olor (Syzygium aromaticum), que destaca por su alto contenido en eugenol.

Quienes queremos seguir viviendo nos oponemos a que nos maten, aunque nos maten sin sufrimiento. Matar a quien tiene interés en seguir viviendo es un hecho éticamente incorrecto y de bastante gravedad, independientemente de que a la víctima se la mate sin causarla sufrimiento (difícil de conseguir). Evidentemente, si nos matan sin sufrimiento es menos malo, pero sigue siendo algo que defendemos que no debe suceder y que así está presente en la Regla de Oro de la Ética: «A priori, los intereses no deben ser frustrados.»[3]


Lago de la Casa de Campo (Madrid) (Link)



MALTRATO: Granjas de sangre de yeguas embarazadas

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Quien dice que «los humanos deben ser respetados porque son humanos»[1] no está dando ninguna razón, está defendiendo una ética hueca, pues ya sabemos que «los humanos son humanos», «los blancos son blancos» y los «hombres son hombres». La razón por la que los humanos deben ser respetados es porque cada uno de ellos tiene una conciencia[2] gracias a la cual siente y tiene intereses que deben ser éticamente considerados[3]. Quienes no son humanos deben ser respetados exactamente por esta misma razón. Discriminar a alguien porque es una determinada especie es especismo[4]. El especismo es una discriminación arbitraria que sigue el mismo patrón que siguen todas las discriminaciones arbitrarias, como lo son el racismo, el sexismo, etc.

En este artículo muestro otro maltrato que implica el consumo de carne: la extracción de sangre a yeguas preñadas para aumentar la fecundación de cerdas, vacas, etc. Cuando compras carne y otros productos de origen animal estás financiando este maltrato.



PRODUCCIÓN DE LA HORMONA GONADOTROFINA CORIÓNICA EQUINA (eCG)

Los caballos (Equus ferus caballus) son animales que son maltratados en las sociedades humanas de múltiples maneras. A la hembra de caballo se la llama yegua. Comer carne y otros productos de origen animal no sólo maltrata a esos animales en sí, sino que también tiene otras víctimas: las yeguas. A continuación describo un maltrato poco conocido.

1. Introducción a la industria de sangre de yeguas preñadas

Cada año decenas de miles de yeguas son maltratadas en Argentina y en Uruguay para extraerles su sangre. De esta sangre se obtiene la hormona gonadotrofina coriónica equina (eCG), anteriormente conocida como gonadotropina sérica de yegua gestante (PMSG).

La hormona eCG es una glicoproteina que se distingue de otras hormonas glicoproteícas en el hecho de que posee actividad folículo estimulante (FSH) y actividad luteinizante (LH) que permanecen cuando es administrada a la mayoría de animales domésticos. Como la hormona eCG es alta en carbohidratos tiene una vida prolongada con una sola dosis. La eCG acelera la pubertad, reduce el anestro postparto, produce superovulación (partos  múltiples) y mejora de la fertilidad. La eCG causa crecimiento folicular en las hembras y estimula la secreción de estrógenos que favorecen la ovulación.



Este sangriento negocio lleva existiendo desde los años 80. Está oculto y organizado por unas pocas personas. Por ejemplo, la eCG es el principio activo de los fármacos NOVORMON 5000OVUSYN y DUOGESTAL, vendidos por la empresa Syntex S.A. a granjas de Sudamérica. En el caso de estos dos últimos fármacos, además contienen la hormona Gonadotropina Coriónica humana (hCG) que se obtiene de la orina de mujeres embarazadas o por medio de modificación genética. La hormona eCG también es exportada desde Argentina y Uruguay hacia Japón y la Unión Europea (UE). En la UE, las farmacéuticas europeas IDT Biologika y MSD Animal Health (Merck) compran la eCG. Ignacio Videla Dorna, veterinario y gerente de Syntex S.A. Argentina, es uno de los tantos empresarios que se llenan los bolsillos de dinero a costa del sufrimiento y matanza de caballos y de otros animales. Syntex está integrada en el consorcio internacional ProLeche formado por cinco empresas unidas para hacer propaganda a favor del consumo de leche y para afrontar los problemas del sector: SyntexDeLavalBoehringerGepsa y reproductores de Uruguay.

2. Violación de las yeguas

Se extrae el semen a caballos directamente o mediante una hembra artificial. Las yeguas son preñadas mediante inseminación artificial. Les introducen el brazo por la vagina junto con un catéter que inyecta el semen. A los cuatro meses se las hará abortar, y se las embarazará de nuevo. Tras muchos embarazos dejan de poder quedarse embarazadas y son enviadas al matadero.

3. Extracción de grandes cantidades de sangre de las yeguas preñadas

El embarazo de las yeguas dura entre 11 y 12 meses. Entre los días 37 a 42 de embarazo, la sangre de las yeguas comienza a producir la hormona gonadotropina coriónica equina (eCG), con un pico alrededor de los 60 a 80 días, después de lo cual la cantidad de eCG comienza a disminuir, desapareciendo alrededor de los 120 a 150 días de embarazo. Durante esos cuatro meses y sin importar su estado de salud, a las yeguas les extraen por la vena yugular 10 litros de sangre dos veces a la semana (a veces a diario), lo cual les daña y debilita. Cada vez que las yeguas se quedan embarazadas las maltratan de esta manera, hasta que éstas colapsan debido a la anemia. Cuando a los explotadores no les sirven las envían a mataderos argentinos aprobados por la UE, por ejemplo Lamar y Clay, y su carne se vende en la UE y Suiza para el consumo humano.

4. Abortos inducidos hasta la muerte

Una vez pasado el período de extracción de sangre, introducen la mano por el útero de la yegua para romperle la placenta y provocarle un aborto. Tras esta brutal interrupción inducida de la gestación, hay yeguas que pueden volver a ser preñadas, otras sobreviven dos o tres años antes de morir por anemia o causas adyacentes al aborto y, aquellas que no pueden volver a reproducirse, son abandonadas o enviadas a mataderos aprobados por la Unión Europea.














5. Inyección de la hormona eCG en cerdas y en otros animales

Las yeguas no son las únicas víctimas de este negocio. La hormona eCG es utilizada por las empresas de la carne para optimizar los procesos de inseminación artificial y de transferencia de embriones especialmente en cerdas, pero también en vacas, ovejas y cabras explotadas por su carne y por su leche. Después de finalizar un tratamiento de sincronización de la ovulación con progesterona (o progestágenos sintéticos) y con estradiol, estos animales pueden entrar nuevamente en celo y entonces se les inyecta la hormona eCG para forzarles la ovulación. Como consecuencia de esto, las violaciones mediante inseminación artificial producen más embarazos. Esto permite inseminar a todas las hembras al mismo tiempo, planificar los nacimientos, reducir el intervalo entre dos gestaciones y así aumentar la rentabilidad económica las empresas cárnicas. Esta práctica se lleva a cabo a pesar de que hasta el veinte por ciento de los lechones mueren directamente después del nacimiento, ya que la madre no tiene suficientes pezones para alimentarlos a todos.

La hormona eCG también es usada para experimentar con animales en laboratorios. En este vídeo se muestran cuatro crías nacidas en un sólo parto, 3 hembras y 1 macho; esto ocurrió por la inducción de ovulación múltiple mediante la inyección de la hormona eCG en un experimento para una tesis de licenciatura. La hormona eCG también es usada como complemento para ovinos, caprinos y bovinos destinados a la producción de carne.

INVESTIGACIONES SOBRE LAS GRANJAS DE SANGRE

- En 2017, las organizaciones Animal Welfare Foundation (AWF) y Tierschutzbund Zürich, en cooperación con la organización For The Animals Uruguay, volvieron a investigar el negocio de las granjas de sangre de yeguas preñadas en EEUU, Argentina y en Uruguay.

Report "The blood business" of Animal Welfare Foundation and Tierschutzbund Zürich (Link)

- En 2015, durante una importante investigación sobre la carne de caballo, la organización Animals Angels, Inc. (AA) y su socio europeo Tierschutzbund Zürich/Animal Welfare Foundation (TSB/AWF), descubrieron el cruel negocio de las granjas de sangre de yeguas preñadas en EEUU, Argentina y en Uruguay. Aquí podéis leer el informe: «The Trade with Horse Blood and Pregnant Mare Serum Gonadotropin (PMSG) in the United States, Argentina and Uruguay». Durante meses, se reunieron con trabajadores de granjas de sangre y con jefes de los departamentos gubernamentales. Hablaron con veterinarios, encontraron documentos de aduanas e instalaron una cámara en una granja de sangre.


Bloodfarms in Uruguay and Argentina (2015) (Link)

¡ACTÚA!

- Informa a otros compartiendo este artículo y los vídeos.
- Firma en AVAAZ esta petición contra el comercio de sangre de yegua preñada:
https://secure.avaaz.org/campaign/es/horse_blood_loc/
- Expresa tu rechazo al maltrato y denúncialo.
- Sé sensocentrista (respeto a los demás seres sintientes) y ponlo en práctica mediante el veganismo.
- Únete al movimiento por los Derechos Animales (derecho a la salud/vida).


Granjas de Sangre de yeguas preñadas (Link)




ARGUMENTO: "Los humanos no son animales, fueron creados por Dios"

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RESUMEN:¿Los humanos son animales? ¿los humanos fueron creados por un supuesto «dios» o son el resultado de una evolución biológica por selección natural? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí voy a responder.

La ciencia nos ha mostrado que los humanos son animales mamíferos de la especie Homo Sapiens que han llegado a ser lo que son mediante la evolución biológica por selección natural durante el transcurso de millones de años.

Palabras clave: animales, creacionismo, evolución biológica, humanos

La Realidad está compuesta por Lógica (A=A) y por materia/energía[1] que está en continua evolución. El paso de lo inerte a lo vivo se llama abiogénesis. En cambio, el aumento de la complejidad de lo vivo se llama evolución biológica y es lo que voy a tratar en este artículo.

Algunas personas, influenciadas por creencias religiosas, dicen que «los humanos no son animales». Creen que un supuesto «dios» creó «por arte de magia» a un hombre y a una mujer (Adán y Eva) en un «Paraíso» vegano (Génesis 1:29-31) junto con todas las especies de bacterias, plantas, hongos, animales (dinosaurios incluidos) que han existido. De esta manera dicen que no existe una relación biológica entre humanos y animales. Por esta razón muchos creyentes dicen que «los humanos no son animales». En el lenguaje queda reflejada esta creencia mediante el uso de la palabra «animales» para referirse sólo a los animales no humanos o como insulto. Esta idea se llama creacionismo, y más recientemente ha sido llamada «diseño inteligente». Los creacionistas políticamente más activos y conocidos son los protestantes y viven principalmente en el régimen de EEUU. También se defiende el creacionismo en la religión católica romana, en el judaísmo, etc. Por ejemplo, el 3 de abril de 2011, el Papa Benedicto XVI decía lo siguiente en la homilía de la Vidilia Pascual en la basílica de San Pedro del Vaticano[1]: «Si el hombre fuese solamente un producto casual de la evolución en algún lugar al margen del universo, su vida estaría privada de sentido o sería incluso una molestia de la naturaleza. Pero no es así: la Razón estaba en el principio, la Razón creadora, divina». Afortunadamente, la Realidad sobre el origen de los humanos y de otras especies animales fue descubierta por el científico Charles Darwin (1809-1882) y explicada en 1859 en su libro «On the Origin of Species» (El Origen de las Especies). Darwin descubrió que los seres vivos cambian mediante una evolución biológica (unas especies evolucionan creando nuevas especies) y que este cambio biológico se produce por medio de la selección natural (reproducción de los más adaptados al medio). Gracias a Darwin se ha podido descubrir el árbol de la evolución biológica desde la aparición de la primera forma de vida: todos los seres vivos tenemos un antepasado común. Por ello, los humanos son animales pertenecientes al Reino Animal, que concretamente pertenecen a la especie Homo sapiens.



Redes 92: Los orígenes de las especies - evolución (Link)


The God Delusion (La Ilusión de Dios) (subtitulos en español) (Link)

- En 2012 se publicó en Proceedings of the National Academy of Sciences un artículo titulado "Experimental evolution of multicellularity", del biólogo evolutivo Michael Travisano y sus colegas. En un laboratorio consiguieron en 60 días que se produjera un salto evolutivo que en condiciones no artificiales habría llevado miles de millones de años, logrando por primera vez que un ser unicelular genéticamente simple (la levadura) evolucionase a un ser multicelular con características de seres multicelulares: atisbos de especialización de las células, división del trabajo, colaboración entre las células y paso por distintas etapas de la vida (juventud y madurez). Según los autores, lo primordial para que se produzca la evolución es la presión del entorno, no la complejidad de los genes. Para demostrarlo, dejaron crecer la levadura en un frasco rico en nutrientes. Cada día, los agitaban y se quedaban solamente con aquellos grupúsculos que se quedasen flotando formando “grumos” y descartaban el grueso de células individuales del fondo. Tras dos meses, esos grupúsculos ya no se separaban: habían evolucionado para formar uniones indivisibles. Y lo más asombroso: las células han “descubierto” un mecanismo de reproducción que no permite la separación del “hijo” hasta que no se encuentra ya bien formado. (Fuente: ciencia-explicada.com)


Hechos que sustentan la Teoría de la Evolución (con subtítulos)
Parte 1/6 - 2/6 - 3/6 - 4/6 - 5/6 - 6/6

Algunas personas dicen que «los humanos han evolucionado del chimpancé». Sin embargo es una idea errada común afirmar que algunas especies modernas son descendientes de otras especies modernas, por ejemplo que los humanos son descendientes de los chimpancés. En vez de eso, lo que ocurre es que especies modernas estrechamente relacionadas evolucionaron de un ancestro común que no es ni uno ni el otro. Los humanos no evolucionaron del chimpancé, sino que ambos evolucionaron a partir de un animal que tenía características más primitivas que humanos y que chimpancés. Durante más de 150 años, la comunidad científica ha realizado cada prueba imaginable para examinar la evolución y la descendencia común, y ni siquiera una de ellas ha fallado en validar que toda la vida en la Tierra viene de un ancestro común, por ello todos los seres vivos están relacionados genealógica y genéticamente entre sí.

Algunos creacionistas dicen que «el azar no puede generar tanta complejidad». A veces los creacionistas ponen como ejemplo la complejidad del ojo. Éste es otro de los errores de los creacionistas: afirmar que la teoría de la evolución se basa simplemente en el azar. El libro «The Blind Watch Maker» («El Relojero Ciego») de Dawkins, escrito en 1987, explica un poco los malentendidos de los creacionistas, y los mecanismos que sigue la evolución biológica más allá del azar.


Richard Dawkins y la evolución del ojo en el programa de ciencia Bang Goes the Theory (Link)

Algunos creacionistas afirman que «los seres vivos tienen diseños perfectos, sólo explicables por el diseño de un dios». Sin embargo, los seres vivos no son perfectos. La evolución biológica deja atrás órganos que dejaron de utilizarse. Los restos de dichos órganos están aún presente en seres vivos, son llamados «órganos vestigiales». Es lo que se conoce como microevolución. Uno de los cambios microevolutivos que más evidencia dan de la evolución son los órganos vestigiales. Darwin también puso en evidencia las huellas que ha dejado la evolución en los órganos vestigiales, como las alas en aves que ya no vuelan. Esos órganos que ya no funcionan son ejemplos maravillosos y llamativos de que se ha producido un cambio. Por otro lado, hoy sabemos que no sólo hay órganos, sino también genes vestigiales: los llamados seudogenes, que tienen apariencia de genes normales pero ya ni siquiera se transcriben. Se podrían comparar con los fragmentos de programas y archivos que permanecen en el disco duro de nuestro ordenador, aunque ya no son accesibles[7]. Por ejemplo, hay muchas especies animales que viven en ambientes de total oscuridad y poseen ojos no funcionales, es decir sus ojos son estructuras vestigiales. Estas especies ciegas evolucionaron a partir de especies que tenían ojos funcionales, pero al colonizar ambientes oscuros la selección natural favoreció en algún momento a un mutante que desarrollaba ojos no funcionales, pues en un ambiente totalmente oscuro es más conveniente invertir la energía gastada en este órgano en otras estructuras, y así pasó esta variante a la población. Otras especies, como las iguanas, tienen un tercer ojo llamado "ojo parietal", un órgano vestigial que sólo detecta la luz, la oscuridad y el movimiento. Las especies con ojos vestigiales no apoyan para nada la hipótesis del "diseño inteligente", pues ¿para qué colocaría un diseñador ojos a una especie cavernícola que no los necesita como el pez Astyanax mexicanus?. Las cavernas del mundo poseen varias especies de peces, salamandras y grillos con ojos que atestiguan el origen a partir de otras especies (evolución) y no una creación planificada[8]. Otro ejemplo son los arcos branquiales o arcos faríngeos. Los arcos branquiales son estructuras, preponderantemente mesodérmicas, a modo de hendiduras, situadas a ambos lados de la faringe, que se originan durante el desarrollo embrionario de los animales del filo Cordados. Pueden permanecer en el individuo adulto, como en el caso de las lampreas, o sólo ser plenamente funcionales en estado embrionario, como en el caso humano; sin embargo, en éste último existen reminiscencias, como la trompa de Eustaquio y otras partes del oído, que conforman el canal auditivo.

Algunos creacionistas dicen que «el planeta Tierra fue creado por un dios hace unos 6000 años».Así responden los geólogos y palentólogos a los argumentos creacionistas[4]: «Los argumentos principales de los creacionistas "científicos" hacen referencia a la corta edad de la tierra, que sería de tan solo unos 6.000 años de antigüedad, haciendo caso omiso de los métodos de datación radiométricos. Además, los restos fósiles serían muy recientes y los hombres habrían coexistido con los dinosaurios. Los fósiles son atribuidos al Diluvio universal, negando los principios más básicos y elementales de la Geología: actualismo, superposición de los estratos, etc., con lo cual todos los fósiles serían prácticamente de la misma edad. Asimismo, niegan todo aspecto geológico o palentológico que pueda estar en contradicción con la Biblia y que apoye la teoría de la evolución. Especial énfasis ponen en negar el valor de los fósiles para documentar la teoría de la evolución. Así atacan los resultados paleontológicos referentes a la existencia de los fósiles intermedios, tales como el Archaeopteryx y los homínidos primitivos, negando que existan formas intermedias. Sacan fuera de contexto el debate entre gradualistas y saltacionistas, ignorando que ninguno de los grupos cuestiona la teoría de la evolución, sino que simplemente discuten aspectos del mecanismo evolutivo. Y utilizan las pequeñas diferencias de los científicos para apoyar sus sensacionales afirmaciones. Ahora bien, a lo largo de este siglo se han descubierto numerosos fósiles que permiten reconstruir muchas lineas filogenéticas, y en lo que respecta a la filogenia humana en las ultimas décadas han aparecido muchos fósiles que permiten detallar como ha sido la evolución hasta llegar al Homo sapiens. Todo lo cual permite afirmar que los fósiles son el documento fáctico de la evolución. Pero, paradójicamente, ahora los antievolucionistas insisten en que los fósiles son uno de los principales problemas para la evolución».






ARGUMENTO: “Las palabras 'sintiente', 'vegano' y 'especismo' no existen en el diccionario”

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RESUMEN:¿Dónde se crean las palabras, en el diccionario o en la calle? ¿La palabra «sintiente» está incluida en el Diccionario de la RAE? ¿La palabra «vegano» está incluida en el DRAE? ¿La palabra «especismo» está incluida en el DRAE? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

Las nuevas palabras se crean en la calle y si su uso se extiende socialmente entonces los académicos de la RAE las incorporan al diccionario. Por lo tanto todos los diccionarios están desactualizados respecto a las nuevas palabras. Además, las palabras «sintiente» y «vegano» están incluidas en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE).

Palabras clave: diccionaro, DRAE, RAE

Algunas personas dicen que si una palabra no está incluida en el diccionario de la RAE entonces para hablar de manera correcta no debemos utilizarla. Por lo tanto, según este argumento, son los académicos de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) quienes crean y deben crear las palabras, y después la sociedad la que las usa y debe usar. Este argumento es erróneo porque sucede al revés: las nuevas palabras se crean en la calle y si su uso se extiende socialmente entonces los académicos de la RAE las incorporan al diccionario. Por lo tanto todos los diccionarios están desactualizados respecto a las nuevas palabras. Además, los diccionarios los escriben personas que tienen una determinada ideología ético-política y que viven en una determinada sociedad, que en el caso de los miembros de la RAE no es sensocentrista, que yo sepa. Dicha ideología influye en las definiciones que dan a las palabras que añaden.

Las palabras «sintiente» y «sintiencia» son ampliamente utilizadas en el lenguaje científico. También son usadas como sinónimos las palabras «sentiencia» («sentience» en inglés), sensitividad («sensitivity» en inglés), «mente» y la expresión «capacidad de sentir». Estos son sólo algunos ejemplos del uso de estas palabras por científicos reconocidos:


Algunas personas que reconocen que las nuevas palabras las crea la sociedad, dicen que «la palabra 'sintiente' no está incluida en el diccionario de la Real Academia Española (RAE)». En lugar de la expresión «ser sintiente» dicen que debemos usar las expresiones «animal sensible», «animal con capacidad para sentir» o «animal que siente». La palabra «sintiente» está reconocida en el diccionario de lengua inglesa como «sentience». Aunque el uso aún no es habitual, el adjetivo «sintiente» (con capacidad para sentir) aparece en la cuarta acepción de la entrada «sentir» del Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia Española (RAE):

sentir(se).

1. ‘Experimentar [una sensación]’, ‘percibir [algo] por los sentidos, especialmente por el oído o el tacto’, ‘percibir(se) en un determinado estado o situación’ y ‘lamentar’. Verbo irregular: v. conjugación modelo (→ apéndice 1, n.º 53).

2. En todas las acepciones indicadas, es transitivo. Es incorrecto anteponer de al complemento directo (→ dequeísmo, 1b): Sentí de que podía hacer algo.

3. Como otros verbos de percepción, plantea problemas a la hora de seleccionar las formas de los pronombres átonos de tercera persona cuando va seguido de un infinitivo (→ leísmo, 4c).

4. Pertenece a la familia de este verbo el adjetivo sentiente (‘que siente’), forma que deriva directamente del latín sentiens, -entis (participio de presente de sentire) y es la preferida en el uso culto: «La energía estimular solo es potencialmente estimulante; para que de hecho estimule precisa del otro término de la relación, el organismo sentiente» (Pinillos Psicología [Esp. 1975]). No obstante, la variación vocálica que el verbo sentir presenta en su raíz —sentimos, sintió— ha favorecido la creación de la variante sintiente, también válida: «Ponen especial énfasis en no dañar a ningún ser sintiente» (Calle Yoga [Esp. 1990]).




Algunas personas que reconocen que las nuevas palabras las crea la sociedad, dicen que «la palabra 'vegano' no está incluida en el diccionario de la Real Academia Española (RAE)». Las palabras «vegano, na» y «veganismo», fueron incorporadas a la XXIII edición del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) en el año 2014.


Aunque tardaron unos meses en añadir la palabra «vegano, na» a la versión online del DRAE, ya está online:

Algunas personas que reconocen que las nuevas palabras las crea la sociedad, dicen que «la palabra 'especismo' no está incluida en el Diccionario de la Real Academia Española (RAE)». Sin embargo, la RAE incorporó la palabra «especismo» al Diccionario en diciembre de 2017. La incorporación de la palabra «especismo» al diccionario fue solicitada en mayo de 2017 por la organización «¿Serás su Voz?», indicando que el significado de dicha palabra es: «Discriminación de un individuo en base a la especie a la que pertenece», siendo una definición más precisa la siguiente: «Discriminación arbitraria hacia quienes pertenecen a una determinada especie».[1] La RAE, haciendo uso de ideas absurdas como lo son la «inferioridad general» y la «superioridad general»[2] y sin documentarse en páginas especializadas en Ética, le puso a «especismo» los siguientes significados: «Discriminación de los animales por considerarlos especies inferiores» y «Creencia según la cual el ser humano es superior al resto de los animales, y por ello puede utilizarlos en beneficio propio», una chapuza.






Diferencia entre libertades y derechos

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En las sociedades liberales/capitalistas es habitual el uso de la falacia de la libertad por parte de manipuladores y de manipulados. La falacia de la libertad cambia el significado de la palabra «libertad» que es «todo lo que alguien puede hacer» por «todo lo que alguien puede hacer, excepto violar MIS normas», para de esta manera imponer las propias normas a otros sin fundamentarlas racionalmente.[1] La defensa de «las libertades» forma parte de dicha falacia.


A continuación explico la diferencia entre libertades y derechos.

Las libertades

La Realidad es que los seres sintientes tenemos libertad[2] para hacer cualquier cosa que sea físicamente posible, es decir, las libertades están limitadas por las leyes de la Física.[3] Por ejemplo, aunque tengamos el interés de atravesar un muro de acero desnudos, no tenemos la libertad de hacerlo porque físicamente no podemos hacerlo. Por lo tanto las libertades son los intereses que pueden ser físicamente satisfechos, son las cosas que podemos hacer.

De todas las libertades que existen, sólo algunas de ellas son derechos, pues el hecho de poder hacer algo no implica lógicamente el deber de los demás a permitirlo. Existen dos ámbitos (separados, pero relacionados) para hablar de derechos: el derecho ético y el derecho legal.

Los derechos éticos

Las libertades también están limitadas racionalmente por la Ética. Las acciones que sí que podemos realizar (las libertades) pueden ser éticamente correctas o éticamente incorrectas. A priori, no deben realizarse acciones éticamente incorrectas, tal y como ordena la Regla de Oro de la Ética: «A priori, los intereses no deben ser frustrados.»[4]

Dentro de los innumerables intereses que existen, existe un interés esencial al que se subordinan lógicamente el resto de intereses: el interés a la salud/vida. A este interés esencial le llamamos «derecho ético a la salud/vida» y de él se infieren lógicamente el resto de derechos éticos. A priori, tenemos el deber ético de respetar el derecho a la salud/vida de los demás seres sintientes, así como los demás tienen el deber de respetar el nuestro (no comprender qué es un derecho ético no exime de su cumplimiento). Por esta razón es un deber practicar el veganismo.

Los demás no tienen el deber de respetar nuestras libertades, sino el deber a priori de respetar nuestros derechos éticos. Es un deber a priori porque tener un derecho ético no implica lógicamente la inviolabilidad de dicho derecho por parte de otros.[5] Por ejemplo, todos los seres sintientes tenemos el derecho a la salud/vida, pero si alguien comienza a disparar a quienes le rodean entonces será menos malo que disparen al agresor (violando su derecho a la salud/vida) para defender a esas personas, que elegir que les siga disparando.

Los derechos legales

Al factor ético se le añade la Política: la legislación. La finalidad de las leyes es organizar el funcionamiento de la sociedad y castigar a quien intente hacer o haga algo ilegal.

Aunque actualmente no está siendo así, la legislación debe estar subordinada a la Ética: el derecho legal debe coincidir con el derecho ético. El derecho ético a la salud/vida debe estar protegido mediante un derecho legal a la salud/vida, es decir, la sociedad en su conjunto debe proteger mediante leyes el derecho a la salud/vida frente a agresiones, enfermedades, etc. Ésta es la razón por la que deben existir los impuestos: para pagar a policías, a militares, a bomberos, a médicos, etc. y facilitarles los medios materiales necesarios para que realicen su labor lo mejor posible.

Para terminar de explicar los derechos legales quiero hacer una aclaración. Al promover el veganismo estamos defendiendo los derechos éticos de los demás seres sintientes, no los Derechos Animales. Exigir los Derechos Animales (en analogía a los Derechos Humanos que hay incorporados en muchas legislaciones) es ir un paso más allá del veganismo, pues consiste en exigir que la legislación incluya el derecho legal a la salud/vida de todos los seres sintientes.

Un ejemplo práctico

A continuación pongo un ejemplo práctico del día a día para que reflexionéis sobre la diferencia entre libertades y derechos.

Por ejemplo, alguien puede tener el interés de aparcar en una determinada plaza de aparcamiento porque le gusta mucho. Esta persona tiene la libertad de aparcar en dicho aparcamiento, pero no tiene derecho a aparcar en él porque esa libertad no es un derecho ético (ni legal). Aparcar ahí no es un derecho porque no se infiere lógicamente del derecho a la salud/vida. ¿Te imaginas que alguien te dijera que debes mover tu coche de lugar porque a él le gusta mucho ese aparcamiento?... No tenemos el deber de respetar las libertades de otros, por eso la plaza de aparcamiento es para quien llega antes a ella, pues así lo hemos establecido de manera informal para evitar conflictos. Lo mismo ocurre con hacer cola para subir al autobús, etc. Además, como expliqué, las libertades están limitadas racionalmente por la Ética. Si en dicha plaza de aparcamiento hay alguien desmayado seguimos teniendo la libertad de aparcar, pero no debemos hacerlo porque al atropellarle violaríamos su derecho a la salud/vida. Por otro lado, las libertades están reguladas por la legislación. Por ejemplo, podemos tener la libertad de aparcar el coche en un determinado lugar, pero es ilegal aparcarlo de cualquier manera. Si aparcamos de manera ilegal entonces la autoridad nos castigará mediante una multa, a lo que se añadirá la cárcel si el delito es más grave, por ejemplo, si hay un atropellamiento.

Con este ejemplo podemos ver lo absurdo y peligroso que es defender «las libertades» en general. Lo que debemos defender son aquellas libertades que son derechos éticos, como ocurre con el derecho ético a la salud/vida y con todos aquellos derechos éticos que de él se infieren y que suponen poner límites a las libertades ajenas para poder protegerlos.


EVENTO: 1ª Manifestación por el veganismo y los Derechos Animales en Taipéi (Taiwán, 2017)

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El domingo 17 de diciembre de 2017 unas 150 personas desafiaron a la lluvia y al frío para participar por las calles de Taipéi (capital de Taiwán) en la primera manifestación taiwanesa por los Derechos Animales y para promocionar del veganismo.

La manifestación empezó a las 14:00 y fue convocada por Vegan30, una organización vegana taiwanesa fundada por Zhihui Wu. Vegan30 también ofrece lecciones y talleres para educar al público sobre la crueldad hacia los animales no humanos y para ayudar a las personas en la práctica del veganismo.

Durante la marcha, por megafonía se corearon consignas a favor de los Derechos Animales, incluyendo «Los animales no son un número», «Los animales son nuestros amigos», etc. sobretodo al pasar por Xinyi Shopping District, una de las tiendas más concurridas y famosas de Taipéi.


2017-12-17 台灣首次動物權遊行 The First Animal Rights March in Taiwan (Link)

Aunque el número de asistentes no fue grande, todos los movimientos comienzan así, y año a año van uniéndose más personas. Durante la última década, el veganismo ha estado creciendo rápidamente en Taiwán, especialmente entre los jóvenes. Si bien en los últimos años se han celebrado muchos eventos relacionados con la alimentación vegana, éste fue el primero en centrarse específicamente en los derechos de los animales.

El famoso rapero taiwanés Dwagie (大 支), que es vegano y que escribió la canción «song of the slaughterhouse» («La canción del matadero»), también asistió a la manifestación para mostrar su apoyo al veganismo y a los Derechos Animales.


大支 feat.達賴喇嘛 - "人" / Dwagie feat. Dalai Lama -"People" [OFFICIAL VIDEO] (Link)

En la prensa taiwanesa se pudieron leer titulares como «First animal rights march takes place in Taiwan» (Taiwan News).

Taiwan, un prometedor futuro para el avance del veganismo

Taiwán es un país predominantemente budista. A diferencia de lo que ocurre en Occidente, las organizaciones budistas taiwanesas promueven activamente el vegetarianismo y el veganismo, tal y como marcan las enseñanzas de Buda.[1]

A continuación dejo unos datos extraídos del artículo Taiwan: «Emerging Beacon of Veganism», escrito por Will Tuttle después de realizar una serie de conferencias veganas en Taiwan en 2014.

La organización budista más grande de Taiwán, Fo Guan Shan (Montaña de la Luz del Buda), fundada por el Maestro de Dharma Hsing Yun, tiene muchos templos y centros de meditación en todo Taiwán y en todo el mundo. Todos los monjes y monjas, así como los retiros para laicos, son veganos («vegetariano puro» en chino) y sus restaurantes son todos vegetarianos. Otro gran grupo budista con sede en Taiwán que promueve el vegetarianismo y el veganismo es el movimiento budista Tzu Chi, fundado por el Maestro de Dharma Heng Yin. Una tercera organización budista es el grupo Leezen, que dirige 97 tiendas taiwanesas vegetarianas y de alimentos saludables orgánicos, y su afiliada Bliss and Wisdom Cultural Foundation.

Taiwán es conocido como «el paraíso vegetariano», hay más de 1.500 restaurantes vegetarianos y veganos. El 93% de todas las escuelas secundarias de Taiwán han adoptado una política de no ofrecer carne en almuerzos escolares un día por semana, y un número creciente de escuelas lo está aumentando a dos días por semana. En el ámbito universitario, tanto el presidente de la Universidad de Taichung como el presidente de la Universidad de Nanhun son veganos y eminentes académicos y expertos en política de Taiwán.

En la política taiwanesa, Madame Annette Lu, ex vicepresidenta de Taiwán desde 2000-2008, y Lin Hungshih están de acuerdo en la importancia crucial de promover el veganismo en la sociedad, y también en promulgar políticas públicas e iniciativas educativas para ayudar a las personas a entender esto y fomentar la adopción de alimentos basados ​​en vegetales.

El aumento del activismo vegano por los Derechos Animales en Taiwán es una buena noticia para el derecho a la salud/vida de nosotros los seres sintientes.

Primera Manifestación por los Derechos Animales en Taiwán (17-12-2017)


ARGUMENTO: “Las plantas no sienten, pero están vivas, por tanto deben ser respetadas”

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RESUMEN:¿Qué es el biocentrismo? ¿se debe respetar a todos los seres vivos? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí voy a responder.

Quienes somos sensocentristas defendemos a todos los seres con capacidad para sufrir y disfrutar, es decir, a seres que tienen experiencias e intereses respecto a ellas. Si un ser tiene intereses entonces tiene valor intrínseco, pues se valora a sí mismo.

Tanto el biocentrismo débil, como el biocentrismo duro, dan valor intrínseco a seres que carecen de intereses. El biocentrismo débil dá un valor intrínseco menor a la vida no sintiente, pero el biocentrismo duro cosifica las vidas de los seres sintientes, pues los intereses reales le son éticamente transparentes. La realidad es que los seres vivos que no sienten, como las plantas, los hongos, bacterias, etc. carecen de intereses, por lo tanto no se perjudica a nadie si son dañadas. Los biocentristas dan un peculiar significado a las palabras «respetar» e «intereses», los cuales vienen dados por un planteamiento teleológico rebatido en otro artículo.

Palabras clave: biocentrismo, homeostasis, respeto, ser vivo, vida

1. Algunas personas dicen que «los veganos no son coherentes porque 'las plantas también son seres vivos'». Según estas personas, la práctica del veganismo consiste en respetar a los seres vivos y por lo tanto los veganos no deberían comer plantas para ser coherentes. Estas personas están muy desinformadas, pues el veganismo no consiste en respetar a los seres vivos, sino en respetar a los seres sintientes[1], pues el deber ético se origina en los intereses de alguien (seres con una conciencia).[2] Por lo tanto no es incoherente que un vegano mate a seres vivos que no son sintientes. Por ejemplo, las plantas son seres vivos no sintientes porque no tienen una conciencia[3], por lo tanto es coherente con el veganismo matarlas. Otros seres vivos no sintientes son los hongos, bacterias, etc. En cambio no es una práctica vegana hacer sufrir y matar otros seres sintientes (humanos, vacas, perros, gallinas, cerdos, gatos, atunes, etc.)[4]

2. Algunas personas que reconocen que el veganismo consiste en respetar a los seres sintientes dicen que «el deber ético se origina en la vida o en los seres vivos, independientemente de que sientan o de que no sientan». En los años 1970 apareció la idea de que «todos los seres vivos deben ser respetados», la cual se llama «biocentrismo» (del griego βιος, bios, «vida»; y κέντρον, kentron, «centro») y a quienes la defienden se les llama «biocentristas». Hay dos tipos de biocentrismo: el biocentrismo débil y el biocentrismo fuerte o duro. El biocentrismo débil da diferente valor a las vidas de los seres vivos, por ejemplo, considera que es más grave la muerte de un ser humano que la muerte de una bacteria. El biocentrismo fuerte o duro da el mismo valor a las vidas de todos los seres vivos, por ejemplo, considera que es igual de grave la muerte de un ser humano que la muerte de una bacteria. Sin embargo, las plantas, las algas, los hongos y las bacterias, no tienen intereses, por lo tanto no pueden valorar «su propia» vida (no tienen valor intrínseco). La vida no sintiente tiene un valor instrumental que le es dado por seres sintientes en forma de valor alimenticio, valor como refugio, valor estético, valor recreativo, valor científico, etc. El biocentrismo se rebate por el hecho de que el deber ético se origina en los intereses de alguien (de una conciencia)[2], no de la vida ni de los seres vivos. Del hecho de que un ser sea vida o que sea un ser vivo no se puede inferir lógicamente ningún deber ético.


3. Algunas personas que reconocen que el veganismo consiste en respetar a los seres sintientes dicen que «el deber ético se origina en la finalidad de vivir que tienen los seres vivos, según su 'naturaleza'». Es habitual que los biocentristas hablen de manera metafórica para luego plantear sus argumentos como si dicha metáfora fuera cierta. Por ejemplo, cuando un supuesto biocentrista dice que «las plantas 'buscan' agua y luz para sobrevivir», esto facilita que se piense que estamos aceptando que las plantas tienen el «interés de seguir viviendo», pero como hemos asumido que las plantas no tienen una conciencia, no sienten[3], es decir, que no tienen intereses, entonces todo este lenguaje es metafórico. Usando metáforas también se podría decir que un río «busca» conseguir «su propio bien» y que el río «lucha» para llegar al mar, o también podríamos decir que el misil «quiere» explotar en su objetivo, pero todo esto nos lleva al engaño. Este planteamiento que habla de «finalidades de los seres vivos según su 'naturaleza'» se llama teleología[5] y también hace uso de la falacia lógica (paso ilegítimo del ES al DEBER SER).[2]Del hecho de que exista un proceso biológico no se puede inferir lógicamente ningún deber ético. Por ejemplo, del hecho de que «el proceso de envejecimiento existe» no se puede inferir lógicamente «el deber de respetar el envejecimiento».

4. Lo que ocurre con la mayoría de quienes dicen ser «biocentristas» es que suelen ser antropocentristas. La mayoría de los supuestos biocentristas suelen defender ideas del ecocentrismo[5], pues comienzan a hablar de una supuesta «armonía» o «equilibrio natural»[6] mediante lo cual pretenden justificar éticamente que unos seres vivos maten a otros, lo cual contradice la idea esencial del biocentrismo. Sin embargo, si a estos supuestos biocentristas se les pregunta más se descubre que la inmensa mayoría de ellos son antropocentristas[7] porque ponen en un lugar privilegiado a los seres humanos, no promueven matar al menor número de seres vivos y tampoco promueven matar a aquellos seres vivos cuya vida tenga menos valor. Un biocentrista coherente seguiría una alimentación vega de tipo frugívoro y la recogida de nutrientes directamente del suelo, pues así se mata a plantas y a un menor número de seres vivos[8] y promovería la creación de sustancias orgánicas a partir de sustancias inorgánicas gracias a la síntesis de Wöhler. En otras ocasiones, los supuestos biocentristas parecen derivar hacia ideas primitivistas de rechazo a la tecnología y en defensa de la caza.[9]

«Hay quien justifica el comer animales afirmando que las plantas también pueden sentir dolor. Sin embargo, no existe una evidencia biológica que indique que puedan hacerlo. Además, el dolor no tendría ninguna finalidad en una planta, puesto que no tienen la capacidad de escapar de las amenazas. No obstante, para los que sientan esta preocupación hacia cualquier tipo de ser vivo, una dieta vegetariana requiere menor cantidad de plantas, porque la cría de animales requiere primero alimentarlos a base de plantas antes de matarlos. Y por último, gran parte de la dieta vegetariana está formada por alimentos que no requieren matar a la planta: frutas, semillas y frutos secos, además de legumbres y cereales que se cosechan cuando la planta se ha secado.» Vegan Outreach




ARGUMENTO: “Abortar es éticamente incorrecto porque un óvulo fecundado es un humano”

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RESUMEN:¿Por qué los antiabortistas se oponen al aborto inducido de embriones humanos y no se oponen al aborto inducido de animales no humanos? ¿por qué razón es éticamente incorrecto matar a un humano? ¿tiene algo de especial un embrión por el hecho de pertenecer a la especie humana? ¿qué es el antropocentrismo? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

Según el antropocentrismo «se debe respetar a los humanos porque son humanos», lo cual es hacer uso de la falacia de petición de principio que lo caracteriza. El deber ético no se origina en la especie humana, sino en los intereses de una conciencia (alguien). Por eso la Ética no es antropocentrista, sino sensocentrista (respeto a los seres sintientes) y para ser coherentes con ella debemos practicar el veganismo. Incluso, ignorando la falacia de petición de principio del antropocentrismo, no se puede hablar de un humano plenamente diferenciado hasta el día 14 después de la fecundación. Los seres humanos no deben ser respetados por ser humanos, sino por ser conciencias con intereses propios respecto a lo que sienten.

Palabras clave: aborto inducido, antropocentrismo, argumento circular, falacia de petición de principio, humano, persona

En un artículo anterior explicamos que el aborto es una práctica vegana mientras el embrión aún no sea sintiente, pero deja de serlo cuando el embrión adquiere la sintiencia[1]. En este artículo voy a responder a «los defensores de la vida» humana.

Algunas personas dicen que «no se debe abortar poorque es éticamente incorrecto matar una vida». Estas personas son antiabortistas y acusan a otros humanos de ser «enemigos de la vida». La realidad es que en el 99,9% de los casos estas personas no son «biocentristas»[2] porque no defienden la vida ni a los seres vivos, sino que sólo «defienden la vida de los seres humanos», es decir, son antropocentristas. Por lo tanto estas personas también son enemigas de la vida (enemigas de la vida no humana), aunque por propaganda manipulen y se autodenominen «provida» porque se vende mejor que «ANTIabortista de humanos». De aquí en adelante me referiré a ellos como «antiabortistas». También existen casos de veganos antiabortistas, pero su rechazo a todo tipo de de aborto es una idea que no se origina en el veganismo.[1]


Los antropocentristas dicen que «los humanos deben ser respetados porque son humanos» y por eso se oponen al aborto de embriones humanos. En su forma primitiva, el antropocentrismo tiene un origen religioso (teocentrista): un supuesto «dios» crea a los humanos «a su imagen y semejanza». El antropocentrismo se pone en práctica con el humanismo[4]. Sin embargo, afirmar que «los humanos deben ser respetados porque son humanos» es un argumento circular y por lo tanto es una falacia de petición de principio. Hay dos tipos de argumentos circulares: de tipo definicional (como el argumento circular que estoy explicando), y los que hacen referencia a características no verificables (alma[5], el espíritu[6], etc.). La falacia de petición de principio (del latín petitio principii) es una falacia acuñada en Occidente por el filósofo griego Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.) en su libro «Primeros analíticos» (65a, 27): «Postular o tomar lo del principio es demostrar por sí mismo lo que no está claro o no es conocido por sí mismo, esto es: no demostrar». El nombre de esta falacia es la versión latina de una idea de Aristóteles: «petere id quod demonstrandum in principio propositum est», que significa: afirmar aquello que se debe demostrar. La falacia ocurre cuando la proposición a ser probada se incluye implícita o explícitamente entre las premisas, y por ello el argumento se vuelve circular. El deber ético no se origina en la especie humana, sino en los intereses de una conciencia (alguien).[7] Por eso la Ética no es antropocentrista, sino sensocentrista (respeto a los seres sintientes)[8] y para ser coherentes con ella debemos practicar el veganismo. Los antropocentristas antiabortistas se enfrentan con los antropocentristas abortistas en un debate éticamente irrelevante sobre en qué momento el embrión humano es un humano:


Algunos antropocentristas que son conscientes de que afirmar que «los humanos deben ser respetados porque son humanos» es una falacia de petición de principio, apelan a una determinada característica que supuestamente poseen todos los humanos y sólo ellos. Debido a ello, afirman que «los humanos deben ser respetados porque todos los humanos y sólo ellos poseen una determinada característica», con la intención de justificar la explotación y la matanza de quienes no son humanos. El error de estas personas es que usan la falacia ecológica, pues no es cierto que todos los humanos posean dicha característica[15] y tampoco es cierto que sólo los humanos la posean[16]. Además resulta que, aunque existiera una supuesta característica que diferenciara a todos los humanos de quienes no son humanos, del hecho de que alguien sea física y psicológicamente diferente a otros no se puede inferir lógicamente que no se le deba respetar: el criterio diferenciador que buscan los antropocentristas es éticamente irrelevante. Lo éticamente relevante para que un ser merezca consideración ética es que tenga una conciencia, pues gracias a ella puede sentir y tiene intereses respecto a dichas experiencias. Y como dije antes, el deber se origina en los intereses[7], no en otras características; es por ello que la Ética es sensocentrista.[8]



EXPLOTACIÓN Y MATANZA: Vaca lechera en el matadero (Link)





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ARGUMENTO: "Debemos matar a los animales para gestionar sus poblaciones"

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RESUMEN:  ¿Podemos gestionar las poblaciones de manera no violenta? ¿qué metodos de control poblacional existen? Éstas son las principales preguntas a las que aquí se debe responder.

Podemos gestionar las poblaciones de animales de manera no violenta, por ejemplo la esterilización de animales mediante operación quirúrgica, esterilización mediante anticonceptivos en la comida, etc.

Palabras clave: sobrepoblación, gestión de poblaciones, esterilización

Esta entrada trata sobre control poblacional, no sobre evitar conflictos con las poblaciones existentes[1].

Cuando en una zona existen depredadores que matan regularmente a sus presas, si hay un aumento de depredadores entonces disminuye el número de presas, lo cual tiene como consecuencia que también disminuya el número de depredadores. Al haber menos depredadores, aumenta el número de presas, lo cual hace que nuevamente aumente el número de depredadores. Estos procesos se calculan por ecuaciones diferenciales llamadas ecuaciones de Lotka-Volterramuestra, como la que se muestra en el gráfico. Según el caso, el número de víctimas puede acabar permaneciendo estable, debido a que, contra lo que podría parecer a primera vista, cuando mueren más animales no es necesariamente en los periodos en los que el número de animales del grupo de las presas decrece, sino cuando el número de crías que nacen es más alto. El motivo es que la mayor parte de los animales de estas especies que mueren no son adultos, sino crías. Los momentos en los que más animales mueren es cuando más crías mueren, no cuando más adultos mueren, sin embargo, la población pasa a decrecer cuando mueren adultos en edad reproductiva.

La falta de depredadores y a otras condiciones favorables pueden producir un gran aumento de la población de una cierta especie animal. La sobrepoblación suele devastar los recursos naturales que están a su alcance y generar situaciones de conflicto con otros animales, en especial con los humanos, aunque generalmente es la plaga humana la que continuamente devasta los recursos naturales y entra en conflicto con otros animales para apropiarse de más recursos.

Algunas personas, generalmente cazadores y ecologistas, dicen que las poblaciones de animales no humanos se deben gestionar mediante la caza, las trampas, etc., es decir, asesinando a los animales de una cierta especie cuando su número rebasa un cierto umbral o entra en conflicto con los intereses humanos. Los ecologistas defienden la caza como un medio para gestionar las poblaciones con la finalidad de proteger los ecosistemas. En cambio, los cazadores defienden la caza como un medio mediante el cual disfrutar, por eso incluso pagan por realizar ese "trabajo". Es decir, mientras que a un ecologista le interesa que no haya sobrepoblación, al cazador le interesa; es importante tener en cuenta esta diferencia a la hora de debatir sobre métodos de control poblacional. Tenemos que dejar claro que si realmente el número de individuos que compone una población fuese motivo que justificase su matanza, los humanos deberían ser las primeras víctimas de tal absurdo criterio que los cazadores esgrimen. Sin embargo existen métodos de control poblacional no violento:

A modo informativo, algunos métodos de control poblacional, como la captura y matanza de palomas han mostrado su ineficacia. Por ejemplo, este método ha fracasado en ciudades como Sevilla y Barcelona. El 25 de marzo de 2016, la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (Faada) denunció la promoción de la caza por parte del departamento de Agricultura de la Generalitat para controlar la población de jabalíes por considerarla "un método poco ético e ineficaz".

Los sistemas de captura existentes sólo reducen las poblaciones temporalmente, en cambio, con el control de la natalidad se reduce la población de forma progresiva y permanente. Se pueden gestionar las poblaciones esterilizando a animales para controlar su número (intervenciones quirúrgicas, esterilización química, implantes anticonceptivos subcutáneos[4], etc), sedándolos y ubicándolos en un lugar idóneo para ellos, etc. sin necesidad de matarles.

Esterilización/castración


Esterilizacion de aves: histerectomía (Link)

Alimentación que inhibe la reproducción

Hay métodos contraceptivos basados en el pienso tratado con "nicarbacina" que comenzó a utilizarse en Génova (Suiza) en 1970. Hoy en día estos piensos han sido mejorados. La esterilización es temporal, el tamaño de las semillas no supone peligro para especies como gorriones y no implica el empleo de animales como halcones, que no son herramientas.  En octubre de 2017 se produjo en París una situación similar a la que el 6 de noviembre del mismo año encontrábamos en la prensa de Zaragoza. Un Teniente de Alcalde parisino proponía el empleo de halcones en un distrito de la Ciudad de la Luz. 20.000 ciudadanos se posicionaron a favor de las palomas en menos de un mes.


- La fiabilidad de una gestión no violenta de la población quedó demostrada mediante el empleo de la contracepción de depósito reguladora de la fertilidad en elefantes macho del Parque Nacional Kruger, en Sudáfrica[5]:

"Una de las soluciones a la barbarie de la depredación es el uso indiscriminado de los llamados contraceptivos de depósito en carnívoros, dejar que los animales predadores rápidamente desaparezcan, y gestionar los efectos de la población resultante sobre las especies "de presa" mediante formas más selectivas de contracepción de depósito. Tales técnicas de contracepción avanzadas controladas por ordenador podrían utilizarse selectivamente para cebras, búfalos cafres, ñus, etc., para evitar la sobrepoblación en nuestros parques de animales salvajes. La fiabilidad de una gestión de la población ha quedado demostrada mediante el empleo de la contracepción de depósito reguladora de la fertilidad en elefantes macho del Parque Nacional Kruger, lo que es preferible a la práctica consternadora de la "matanza selectiva". La mayoría de los entusiastas de la fauna natural prefieren el empleo de la contracepción de depósito como medio de control, en vez de matar a familias de elefantes."David Pearce

- El exceso de fitoestrógenos está considerado la primera causa de infertilidad en el mundo animal, sobre todo, cuando se da en el periodo perinatal. Las consecuencias de la sobrealimentación de vegetales ricos en isoflavona hace que los mamíferos acarreen menores tasas de testosterona, lo cual produce la disminución de la espermatogénesis y un comportamiento menos agresivo.

- La farmacéutica italiana Acme desarrolló y produce el sistema Ovistop, un fármaco anticonceptivo biodegradable a base de granos de maíz recubiertos de un compuesto llamado nicarbazina, que inhibe la capacidad reproductora de las palomas. La nicarbazina comenzó a utilizarse en Génova (Suiza) en 1970. Para tener la máxima eficacia, la empresa suministradora indica que tan sólo hay que suministrar 8 gramos Ovistop a cada paloma cada día durante su época reproductiva, que va de marzo a octubre; aunque hay que tener en cuenta que los efectos inhibidores de la reproducción se revierten cinco o seis días después de haber dado la última dosis de nicarbazina a las palomas. Ambiens SL es el distribuidor en exclusiva de Ovistop para todo el estado español. Además, Ambiens SL suministra comederos automáticos que funcionan con energía solar mediante los cuales se puede programar la alimentación de las palomas. La nicarbazina no supone peligro para especies como los gorriones.

Ovistop se ha utilizado en diversas ciudades italianas con los siguientes resultados:


CiudadPrimer
censo
Último
censo
Nº palomas
Primer censo
Nº palomas
último censo
Variación %
Carpi200220051150286-75%
Mantova200020051985305-85%
Savona2004200516901136-33%
Undine200020071150192-83%
Parma199?199732191618-50%
Reggio Emilia20042004600175-71%

En ciudades como Florencia o Génova, el uso de nicarbazina ha conseguido en uno o dos años reducir la población de palomas en un 20% y en seis u ocho años dejar dicha población a un 20% de la población inicial.

En el estudio "Il controllo numerico delle popolazioni di colombi inurbati mediante trattamenti farmacologici con Nicarbazina, nell’ottica della tutela del welfare animale. Risultati ottenuti, 1990-2007" se muestra el éxito obtenido en ciudades italianas desde 1990 a 2007.

En 2005, durante los seis meses de mayor reproducción de las palomas (del 15 de marzo, al 15 de septiembre), investigadores del Servicio de Ecopatología de Fauna Salvaje de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) dirigidos por el catedrático de la Facultad de Veterinaria de la UAB, Santiago Lavín González, demostraron la eficacia de la nicarbazina para reducir la población de palomas en los municipios de Calella y de Granollers. De lunes a viernes se suministró el producto Ovistop a las palomas. En Calella se redujo la población de palomas en un 20%. En el caso de Granollers la reducción de palomas no fue tan importante, según Lavin esto pudo ser debido a que los ciudadanos les daban de comer, a una mala ubicación de los puntos de dispensación de pienso o a que las palomas probablemente tenían un mayor acceso a los campos de alrededor de la ciudad. Por lo tanto, el sistema Ovistop debe complementarse con la concienciación ciudadana, para que no les den de comer y con la preparación de edificios en los que las palomas preferirían reproducirse, para tener los huevos controlados. El principal problema que se encontró para ampliar el uso de Ovistop es su alto precio, ya que actualmente se importa desde Italia, aunque "probablemente muy pronto se comercializará en España", explicó la diputada de Salud Pública, Marga Dordella. (Fuente: solociencia.com)


Control ético de población: Ovistop para palomas (Link)

- En diciembre de 2015, la CIPAC (Comissió Interlocutora de Protectores d´Animals de Catalunya) y el Partido Animalista PACMA enviaron una carta a Ada Colau y a la regidora de ecología del consistorio en la que les instaban a retir el contrato a la empresa que realiza la captura y ejecución de las palomas, la cual ha matado más de 227.000 palomas en 15 años y sin embargo la población de palomas ha aumentado en un 95% y se sitúa en 256.000 ejemplares. Tanto CIPAC como PACMA solicitaron un control ético de la poblaciones de palomas mediante el reparto de pienso anticonceptivo, que entre 2014 y 2015 redujo en un 30% la población de palomas en Barcelona, lo cual está avalado por un informe de la propia administración y del Museo de Historia Natural. (Fuente: elconfidencialautonomico.com)

Destrucción de huevos

Consiste en intentar que las aves pongan sus huevos en unos sitios idóneos para ellas y cuando los pongan hacer que el huevo siga en su lugar, para que las aves no pongan otros huevos, pero que el embrión no se desarrolle. Puede evitarse el desarrollo del embrión pinchando el huevo al principio de su desarrollo, para no matar a un ser sintiente.

Control ético de población de cotorras. La cotorra argentina, cotorra gris o cotorra monje (Myiopsitta monachus) al igual que la cotorra Kramer (Psittacula krameri) forman parte del grupo de aves  pertenecientes a la familia de los loros (Psittacinae). La esperanza de vida de la cotorra argentina es de unos 20 años. La introducción de la cotorra argentina en España se ha debido principalmente a su comercio como mascotas a partir de los años 80. La ausencia de depredadores, la facilidad para conseguir alimento y la adaptación al clima ha aumentado el número de cotorras argentinas en España. Se alimentan de semillas, frutos, flores, insectos e incluso aceptan pan, galletas, hortalizas, carne y otros alimentos que los vecinos les ofrecen, algo que no deberían hacer. Las cotorras argentinas crean nidos en palmeras, pinos, plátanos, cipreses, cedros y árboles de porte alto y fuerte, pues usan sus nidos como dormitorio durante todo el año y se construyen adosados unos a otros, los cuales se entrelazan mediante unas cámaras  internas que comunican con el exterior, pudiendo llegar a pesar hasta 100 kilos. La cotorra argentina realiza entre una o dos puestas al año, de 5 a 8 huevos cada una y cuyo periodo de incubación es de 26 a 28 días. Como explican en la web del Ayuntamiento de Zaragoza, desde el año 2006 la Unidad de los Agentes Forestales del Ayuntamiento de Zaragoza realiza un seguimiento y control de la población de cotorra argentina; el método que se ha mostrado más eficaz para su control ha sido la esterilización de puestas mediante la perforación de los huevos con agujas muy finas y largadas, y su posterior devolución al nido, para evitar una segunda puesta de sustitución. En una mañana una persona puede llegar a neutralizar alrededor de 400 huevos, marcándolos para comprobar posteriormente que de ellos no ha nacido ninguna cría. Además, la estrategia también consiste en eliminar nidos aislados para evitar que se asienten en nuevos puntos. Según José Miguel Romeo, vocal de Medio Ambiente del distrito, el proceso es el siguiente: un operario de la Unidad de Montes del Ayuntamiento de Zaragoza espera a que la cotorra argentina abandone el nido para acercarse y mover el huevo bruscamente o inyectarle agua, de forma que el embrión muera; se consigue así que la madre, al ver el huevo intacto, continúe dándole calor pensando que llegado el momento nacerá la cría. Mientras pierde el tiempo incubando no pone ninguno más. Este plan destinado a reducir la población de cotorras argentinas supone un coste cero para el Ayuntamiento de Zaragoza puesto que son operarios de la Unidad de Montes quienes realizan la manipulación de los huevos. En 2015 se indicaba que la población de cotorra argentina en Zaragoza había pasado de 1400 a 300 sujetos, debido a que también han matado a adultos. Los adultos podrían irse capturando y esterilizando, especialmente las hembras, el problema es que no presentan dimorfismo sexual.

Control ético de población de peces. En el artículo «La esterilización en peces es una realidad económica, ahora queremos que sea ética», el Partido Animalista PACMA informó que desde mediados de 1950 se comenzó a esterilizar a peces en las piscifactorias (acuicultura) para obtener más beneficios económicos. Sin embargo, podemos usar esa misma esterilización para evitar males mayores para los peces.

Se usa desde hace décadas en acuicultura para conseguir que los peces no se reproduzcan más de lo necesario y tengan espacio en las piscifactorías, para que no ralenticen el crecimiento gastando la energía en su maduración sexual y para que no haya peligro de hibridación con especies silvestres si, por algún problema se escapan del recinto en el que suelen vivir hacinados.  Pensamos que esa esterilización puede hacerse además por una motivación ética, usándola como método de control poblacional, en lugar del exterminio de especies como el ocurrido en diciembre de 2017 en el lago de la Casa de Campo de Madrid.  La esterilización puede lograrse mediante irradiación, cirugía o tratamiento químico y hormonal, además de con enfoques alternativos que incluyen la triploidización, la hibridación y la generación de nuevas líneas mediante técnicas biotecnológicas avanzadas. Los triploides de muchas especies importantes desde el punto de vista comercial se han estudiado extensamente y se han producido a gran escala durante muchos años y ahora se han desarrollado nuevos enfoques, incluida la interrupción de la señalización de la hormona liberadora de gonadotropinas y la ablación genética de las células germinales.  Este mismo año 2017 se ha puesto en marcha un nuevo método que desactiva un gen necesario para desarrollar células genitales. Una vez que el pez se ha desarrollado y el vínculo que bloquea el gen de desarrollo de la célula genética se descompone, el gen vuelve a ser funcional para el pez, de tal manera que el pez se desarrolla normalmente y tiene genitales normales, aunque al no tener células germinales no podrá reproducirse. La consecuencia es que el pez es estéril sin que se vean afectados otros procesos fisiológicos. Instituciones como la Freshwater Fisheries Society of BC investigan continuamente métodos y técnicas para mejorar el crecimiento, la supervivencia y la calidad de los peces de agua dulce almacenados en los lagos y ríos, en su caso, de la Columbia Británica. Aunque es evidente que este trabajo se hace, al igual que la mayoría de ellos, con intereses comerciales y de pesca, lo interesante aquí es que investigan en tecnologías no reproductivas que incluyen procesos de esterilización. En concreto, su método se basa en la aplicación hidrostática, o agua caliente, a los huevos poco después de la fertilización, con una tasa de esterilidad del 98 al 100%.  Existen muchos métodos específicos para especies como truchas, salmones, tilapias, peces cebra… Junto a ellos, investigadores de la Universidad de Purdue han desarrollado una estrategia que induce eficazmente la esterilidad en el 100% de los peces, sin importar su especie y sin afectar ninguna otra característica fisiológica de los peces. Este método interrumpe la migración de las células germinales primordiales (PGC), que producen esperma u óvulos, a las gónadas. 

Control ético de población de insectos. En 1916 se comprobó que el coleóptero Lasioderma serricorne expuesto a rayos X producía huevecillos no viables. Esta información sirvió para que el entomólogo Dr. Edward F. Knipling concibiera la teoría sobre la  Técnica del Insecto Estéril (TIE) en 1937. La TIE es el primer método de control demográfico aplicado en una zona extensa que se vale de la genética. TIE consiste en esterilizar a los machos mediante bajas dosis de radiacciones que no afecten la salud, para que puedan competir con machos no esterilizados por el apareamiento de las hembras. Estos millones de machos estériles (en una proporción mínima de 10:1 respecto a los machos fértiles) son liberados en la naturaleza para reducir la población de su especie. Knipling y el Dr. Raymond C. Bushland tuvieron las primeras experiencias de TIE con la “mosca gusanera del ganado” (Cochliomyia hominivorax), consiguiendo su control en 1950 y el Premio Mundial de la Alimentación 1992. Desde entonces, la TIE se ha probado con éxito en numerosos lugares de los cinco continentes, controlando la mosca Tsé-tsé, la mosca mediterránea de la fruta, etc. La TIE muestra que podemos esterilizar a insectos sin afectar su estado de salud para reducir poblaciones de insectos.






MasterChef violó la Ética y la Ley al matar a una anguila

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El miércoles 27 de diciembre de 2017 se emitió el segundo programa de la quinta temporada de «MasterChef Junior», programa de cocina de la cadena de televisión pública TVE1. En dicho programa, y al más puro estilo yihadista, obligaron a un niño a que degollara a una anguila viva, violando la Ética y la legislación española, lo cual fue descrito como «una divertida batalla» por los responsables del programa.

Sin duda nos encontramos éticamente ante uno de los sucesos más decadentes de la Historia de la televisión en España. Ya no les es suficiente retransmitir la violencia contra toros en horario infantil, sino que convierten a niños en participes de la violencia. Momentos antes de la agresión a la anguila, el presentadorJordi Cruz se dirigió al niño asustado mediante las siguientes repugnantes palabras: «aquí tenemos producto fresquísimo, se tiene que mover». Seguidamente, la presentadora Samantha Vallejo-Nágera, con una frialdad despiadada en su rostro, le decía al niño asustado: «A ver Juan Antonio, ponlo encima de la mesa y lo cortas, como un chef, no pasa nada», tras lo cual el niño cogió un cuchillo y con dificultades amputó la cabeza de la anguila. A continuación comparto el extracto del programa de televisión en el que ocurrió este hecho de extrema violencia:


Un niño asesina a una anguila en el programa de televisión MasterChef (Link)



Las anguilas

Las anguilas europeas o anguila común (Anguilla anguilla) son una especie de pez anguiliforme de la familia de los anguílidos. El ejemplar más viejo encontrado tenía 88 años de edad. Son animales que antes se encontraban en todo el continente europeo, pero que hoy están en peligro crítico de extinción por culpa de la contaminación y de ser matados para utilizar sus cadáveres en recetas de cocina, como ocurrió en el programa «MasterChef Junior».



Matar a quien quiere seguir viviendo es éticamente incorrecto

La Regla de Oro de la Ética nos ordena que «A priori, los intereses no deben ser frustrados»[1] y ésta es la razón por la que no debemos maltratar a los demás: no debemos agredirles, ni hacinarles, ni omitirles auxilio[2], ni matarles en contra de su voluntad, etc. Los seres sintientes tenemos derecho ético a la salud y a la vida, y eso quiere decir que nuestra salud y vida debe ser respetada.

Las anguilas son animales que tienen un sistema nervioso centralizado y que por lo tanto son seres sintientes que tienen intereses.[3] Por lo tanto una anguila es alguien, no algo: una anguila no es un producto. Al matar a anguilas se viola la regla fundamental de la Ética, así como se viola al matar a cualquier otro ser sintiente, humanos incluidos. La matanza de una anguila en el programa «MasterChef Junior» fue un acto éticamente incorrecto y de mucha gravedad, independientemente de quién lo realizara porque para la víctima es igualmente trágico.

Desgraciadamente vivimos en sociedades antropocentristas, en las que irracionalmente se afirma que «los humanos deben ser respetados porque son humanos»[4], esto implica discriminar arbitrariamente a quienes no son humanos, lo cual se llama especismo.[5] Debido a ello existen programas de televisión como MasterChef que en una sociedad ética serían repudiados éticamente e ilegales.

La Política y las leyes que ésta crea deben estar subordinadas a la Ética. Desgraciadamente, las leyes existentes actualmente son antropocentristas y por lo tanto son contrarias a la Ética. Pero a continuación vamos a ver qué dice la legislación española sobre matar a animales no humanos...

Matar a animales no humanos en televisión es ilegal en España

Además, este gravísimo hecho ocurrido en el programa de televisión «MasterChef Junior» viola la legislación española. El artículo 14 de la «Ley 32/2007, de 7 de noviembre, para el cuidado de los animales, en su explotación, transporte, experimentación y sacrificio» prohíbe matar a animales en televisión y especifica que al hacerlo se incurre en una «infracción muy grave» (el subrayado es mío):

CAPITULO II: Infracciones

Artículo 13.

Calificación de infracciones.Las infracciones se califican como muy graves, graves o leves, atendiendo a los criterios de riesgo o daño para los animales y al grado de intencionalidad.

Artículo 14. Infracciones.

1. Son infracciones muy graves las siguientes:

a) El sacrificio o muerte de animales en espectáculos públicos fuera de los supuestos expresamente previstos en la normativa aplicable en cada caso o expresa y previamente autorizados por la autoridad competente.
b) El incumplimiento de las obligaciones exigidas por las normas de protección animal, cuando concurra la intención de provocar la tortura o muerte de los mismos.
c) Utilizar los animales en peleas.
d) Utilizar animales en producciones cinematográficas, televisivas, artísticas o publicitarias, incluso con autorización de la autoridad competente, cuando se produzca la muerte de los mismos.

(Con «fuera de los supuestos expresamente previstos en la normativa aplicable en cada caso» se refiere a los mataderos, a la caza y la pesca, a algunos sacrificios religiosos, y a la tauromaquia, en ningún caso se refiere a los programas de televisión, en los que incluso no vale la autorización de la autoridad competente.)

Los niños tienen derecho ético y derecho legal a la salud y a la vida, pero no tienen responsabilidades porque una cosa no implica la otra.[6] Por ello, los responsables éticos y legales son los responsables del programa MasterChef Junior y sobre ellos debe recaer la condena ética y legal. Además, a la ilegalidad de matar a un animal en un programa de televisión se añade el agravante de que se ha incitado a un menor de edad a hacerlo. Los responsables de esta infracción deben ser denunciados y castigados para que este tipo de ilegalidades no se vuelvan cometer.[7]




GALERÍA: Standing Pig (Sue Coe, 1993)

DOCUMENTAL: Matadero. Lo que la industria cárnica esconde (Tras los Muros, 2017)

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El documental «Matadero. Lo que la industria cárnica esconde» fue realizado por la organización Tras los Muros, tras una investigación llevada a cabo en cincuenta y ocho mataderos en México entre los años 2015 y 2017, que nos adentra en el hermético mundo de la industria cárnica.

Las grabaciones obtenidas visibilizan la explotación y violencia sistemática que padecen los animales en los mataderos y que es mantenida oculta de forma deliberada por la industria cárnica. Con esta investigación se aporta información relevante al actual debate social y político antiespecista promovido por el movimiento de derechos animales que exige la abolición de toda explotación animal.

En la web oficial www.documentalmataderos.com, además del documental, se incluye un informe y un fotoreportaje.





Sue Coe

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Sue Coe

Sue Coe (nacida el 21 de febrero de 1951) es una artista e ilustradora inglesa, que trabaja principalmente en dibujo y grabado, y a menudo en forma de libros ilustrados y cómics. Sue creció cerca de un matadero y desarrolló una pasión para detener la crueldad hacia los animales. Su trabajo artístico es de protesta social y es altamente político, a menudo dirigido contra el capitalismo, y a favor de los derechos de los animales y del veganismo.


Philip McCulloch-Downs

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Philip McCulloch

Philip McCulloch-Downs nació en 1970 en Malvern, en el condado de Worcestershire (Reino Unido), y a la edad de cuatro años dibujaba y pintaba constantemente, principalmente imágenes de dinosaurios y naves espaciales. En 1992, a los dieciocho años, Philip obtuvo un título en ilustración en el Politécnico de Leicester. Se mudó a la ciudad a Somerset y cambió su filosofía de vida de vegetariano a vegano. Pasó los años intermedios perfeccionando y explorando cómo procesar las experiencias de la vida cotidiana a través del Arte. Toda esta inspiración ha terminado en papel y lienzo, formando un diario visual de su vida, también en forma de poesía y novelas. Detrás de cada imagen hay una historia, expresada y compartida para que todos la vean. Su trabajo es muy personal, en constante evolución, y no tiene idea de lo que sucederá a continuación.

Si estás interesado en una pieza en particular (una copia impresa o original), no dudes en ponerte en contacto con él: https://www.facebook.com/pg/PhilipDownsArt/about/



MALTRATO: Producción de lana

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Algunas personas dicen que «los humanos deben ser respetados porque son humanos», lo cual es hacer uso de la falacia de petición de principio que caracteriza al antropocentrismo.[1] Al usar dicha falacia no se da un razón para respetar a los humanos, pues ya sabemos que «los humanos son humanos», que «los blancos son blancos» y que los «hombres son hombres». La razón por la que los humanos deben ser respetados es porque cada uno de ellos tiene una conciencia[2] en la cual siente y tiene INTERESES. A partir de dichos intereses se origina el deber ético de respetarles.[3] Quienes no son humanos deben ser respetados exactamente por esta misma razón. Discriminar a alguien porque pertenece una determinada especie es especismo.[4] El especismo es una discriminación arbitraria que sigue el mismo patrón que siguen todas las discriminaciones arbitrarias (sexismo, racismo, etc.): no se centran en si un ser es alguien, sino en las características de ese alguien para discriminarle y usar la violencia contra él por ser diferente.

Está muy extendida la errónea idea de que «para obtener lana no se maltrata a las ovejas, sino que se las hace un favor», sin embargo la Realidad es que la industria de la lana no hace un favor a las ovejas, sino que las maltrata, razón por la cual dicha industria debe ser éticamente rechazada e ilegalizada.

1. Introducción a la industria de la lana

Aproximadamente el 40% de la producción mundial de lana se obtiene de ovejas merinas y un 43%, de variedades de ovejas cruzadas. El 17% restante procede en su mayoría de variedades especiales de oveja y de otros animales tales como el camello, la alpaca, astracán, las cabras de angora, cachemira y mohair, la llama, el conejo, la vicuña, el yak y el guanaco. La lana se utiliza en la industria textil para confeccionar productos tales como pantalones, abrigos, trajes, jerséis, bufandas, guantes, etc. La lana se utiliza también en la fabricación de algunas mantas y alfombras.

Los mayores productores de lana del mundo son empresas privadas localizadas en Australia. En 2015 se estimó que dichas empresas generaban unos ingresos de 3000 millones al año.

2. La selección genética de las ovejas para que tengan más lana les perjudica

Las ovejas, especialmente las de la raza merina, son seleccionadas genéticamente para que tengan mayor superficie de piel y que de esta manera produzcan una mayor cantidad de lana. Una mayor superficie de piel tiene como resultado que estas ovejas tengan una piel muy arrugada. Una piel más arrugada les produce una mayor sudoración, y por tanto un mayor riesgo de contraer enfermedades e infecciones. Además, el exceso de lana hace que miles de ovejas mueran de calor cada verano.

Una gran cantidad de lana alrededor de las nalgas puede retener la orina y las heces, lo cual atrae a las moscas de la especie Lucilia cuprina, etc. que ponen sus huevos en ella y causan la infección «flystrike». El «flystrike» es una miasis, es decir,es un infección parasitaria ocasionada por larvas de mosca que afecta los tejidos y órganos de vertebrados (incluyendo a los humanos). Después de la eclosión, los gusanos se entierran en la lana de oveja y finalmente bajo la piel de las ovejas, alimentándose de su carne.

Para intentar evitar el «flystrike», a las ovejas se les somete a una práctica llamada «mulesing» (vídeos). El mulesing es una práctica muy común en Australia (el país que más lana produce del mundo), particularmente en ovejas merino muy arrugadas. El «mulesing» consiste en arrancar tiras de piel que contiene lana alrededor de la nalga de la oveja. Normalmente les arrancan la piel con tijeras de podar y sin ponerles anestesia. El tejido cicatricial que crece sobre la herida no produce lana, por lo que es menos probable que se ensucien de orina y de heces que atraen a las moscas que causan el «flystrike». Sin embargo, queda una herida sangrante que será foco nuevas e inevitable infecciones.



Los ganaderos y algunas organizaciones veterinarias antropocentristas defienden el mulesing, pues consideran que es la manera más efectiva de evitar el «flystrike». Sin embargo, la manera más efectiva de acabar con el «flystrike» es dejar de seleccionar genéticamente a las ovejas que más lana producen, evitando su reproducción. En su lugar debe permitirse que se reproduzcan aquellas ovejas que pueden presentar menos problemas de salud y poner fin al comercio de lana.

3. El esquilado

El esquilado es el procedimiento para cortar la lana a las ovejas. Tradicionalmente se ha esquilado con tijeras, pero también se usan máquinas eléctricas. También existe un procedimiento químico que consiste en inyectarles una proteína que hace que se les debilite la raíz del pelo y que se pueda extraer la lana con la mano.

A los esquiladores no se les suele pagar por hora, sino por oveja esquilada, por lo que suelen esquilar a mucha velocidad. Las ovejas que van a ser esquiladas son inmovilizadas y tratadas como trozos de carne. En numerosas investigaciones se ha registrado cómo los esquiladores golpean a las ovejas cuando no se quedan quietas. En el mundo de los esquiladores existe el dicho «mejor que quede piel en la lana, que lana en la piel», el cual describe la mentalidad violenta de estos: obtener el máximo beneficio económico. Las ovejas son consideradas esclavas y así son tratadas.

4. Los corderos también son víctimas de la industria de la lana

Las ovejas que son explotadas por su lana son violadas para que produzcan corderos. A las pocas semanas de nacer, los granjeros les perforan las orejas para ponerles identificadores y les corta el rabo sin anestesia. La mayoría de los corderos macho son enviados al matadero para posteriormente vender sus cuerpos como carne de cordero. Un gran número de machos son castrados sin anestesia usando un cuchillo o un anillo cortante. Los corderos hembra serán usadas para producir más lana, pero su destino final acabará siendo el mismo que el de sus madres cuando dejan de ser rentables: el matadero.

Cuando dejan de producir lana de calidad, los granjeros australianos envían a las ovejas en barcos hacia mataderos de países asiáticos y de Oriente Medio. Dichos viajes de animales vivos son llamados «live export» («exportación viva») y en ellos millones de ovejas y de otros animales padecen todo tipo de maltratos. En 2005, la artista Sue Coe publicó «Sheep of Fools», un libro de cuentos ilustrado que describe el maltrato al que son sometidas las ovejas que son enviadas en barcos a mataderos para ser comidas. (Para más información sobre este tema, haz clic aquí).

INVESTIGACIONES SOBRE LA INDUSTRIA LANAR

- En agosto de 2015, PETA hizo público el vídeo de una investigación dentro de la red argentina que provee lana a Patagonia. Trabajadores asesinaron a corderos plenamente conscientes. Un trabajador amputó las colas de los corderos sin ningún alivio para el dolor. Una oveja que tenía una pata rota fue esquilada de todas formas y abandonada en un corral.


Dentro de la red argentina que provee lana a Patagonia, Inc. (Link)

- En julio de 2014, PETA hizo pública una investigación con cámara oculta en una granja de producción de lana en Australia, el mayor exportador de lana en el mundo. Los investigadores encontraron que los esquiladores golpeaban, pateaban y lanzaban a las ovejas de manera rutinaria, sin que nadie de los allí presentes se sorprendiera.


Ovejas golpeadas, pisoteadas, heridas por su lana (Link)

- En julio de 2014, PETA hizo pública una investigación con cámara oculta en una granja de producción de lana en EEUU. Un esquilador torcía con fuerza los cuellos y las extremidades de las ovejas y cortó parte de la oreja de una oveja. Los trabajadores cosen las heridas abiertas sin analgésicos.


Ovejas asesinadas, dejadas morir para que EEUU obtenga lana (Link)




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