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SALUD: Alimentación y sustancias tóxicas

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Antes de entrar en temas de salud es necesario dejar claro que el antropocentrismo es la creencia absurda según la cual «los humanos deben ser respetados porque son humanos»[1]. El antropocentrismo tiene como consecuencia que quienes no son humanos sean discriminados arbitrariamente en lo que se ha venido a llamar «discriminación especista»[2], la cual genera una inmensa cantidad de sufrimiento y de matanza que son un atentado contra la Ética[3]. Continuemos con el tema de la salud.

En base a numerosos estudios científicos sobre nutrición, las más grandes organizaciones de nutricionistas profesionales han avalado públicamente la alimentación vegetariana estricta equilibrada como una alimentación sana para todas las etapas de la vida[4]. Los productos de origen animal no sólo son innecesarios para una buena salud, sino que además son responsables en la aparición de numerosas enfermedades, tal y como demuestran los numerosos estudios científicos realizados[5]. En este artículo nos centraremos en los tóxicos que hay en productos de origen animal.

La presencia de mercuro en peces es muy común. Los peces y bivalvos concentran mercurio en sus organismos, a menudo como metilmercurio, un compuesto orgánico del mercurio que es sumamente tóxico.

El marisco es, en "gastronomía" no vegetariana, un animal marino invertebrado comestible. En esta definición se incluyen normalmente los crustáceos (camarones, langostinos, cangrejos, percebes, etc.), moluscos (mejillones, almejas, berberechos, chipirones, pulpos, etc.) y otros animales marinos tales como algunos equinodermos (erizo de mar) y algunos urocordados (piure). Los peces y los mariscos generalmente acumulan altos niveles de toxinas en sus cuerpos (9 millones de veces más que el agua en la que viven). Entre las toxinas que acumulan se encuentran mercurio, dioxinas PCB, arsénico y plomo. Estas toxinas causan diversos problemas de salud que van desde fallas renales, cáncer, o bajo desarrollo mental, hasta la muerte. Los sí­ntomas de esta intoxicación varí­an desde adormecimiento de labios, mareo, nausea, o dificultad para respirar, hasta la muerte por asfixia. Las intoxicaciones más comunes por comer peces son: la intoxicación por ciguatera y la intoxicación por escombroides. Las intoxicaciones más frecuentes por comer mariscos son: la intoxicación paralítica por mariscos, la intoxicación neurotóxica por mariscos y la intoxicación amnésica por mariscos. (Fuente: nlm.nih.gov)




SALUD: Estudios sobre alimentación y cáncer

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Antes de entrar en temas de salud es necesario dejar claro que el antropocentrismo es la creencia absurda según la cual «los humanos deben ser respetados porque son humanos»[1]. El antropocentrismo tiene como consecuencia que quienes no son humanos sean discriminados arbitrariamente en lo que se ha venido a llamar «discriminación especista»[2], la cual genera una inmensa cantidad de sufrimiento y de matanza que son un atentado contra la Ética[3]. Continuemos con el tema de la salud.

En base a numerosos estudios científicos sobre nutrición, las más grandes organizaciones de nutricionistas profesionales han avalado públicamente la alimentación vegetariana estricta equilibrada como una alimentación sana para todas las etapas de la vida[4]. Los productos de origen animal no sólo son innecesarios para una buena salud, sino que además son responsables en la aparición de numerosas enfermedades, tal y como demuestran los numerosos estudios científicos realizados[5]. En este artículo nos centraremos en el hecho de que los estudios científicos afirman que la alimentación vegetariana estricta reduce el riesgo de padecer cáncer.


La OMS ha añadido a la carne en la lista de sustancias cancerígenas

El 26 de octubre de 2015, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), que es el órgano de la Organización Mundial de la Salud (OMS) especializado en el cáncer, publicó una nota de prensa titulada «El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer evalúa el consumo de la carne roja y de la carne procesada» en la que informó que evaluó la carcinogenicidad del consumo de carne roja y de carne procesada, así como un FAQ sobre la «Carcinogenicidad del consumo de carne roja y de la carne procesada». La carne roja es carne muscular de mamíferos, y la carne procesada es la carne que se ha transformado a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación.

Después de una revisión exhaustiva de la literatura científica acumulada, un Grupo de Trabajo de 22 expertos de 10 países, convocados por el Programa de Monografías del CIIC, clasificó el consumo de carne roja como probablemente carcinógeno para los humanos (Grupo 2A), basado en evidencia limitada de que el consumo de carne roja causa cáncer en los humanos y fuerte evidencia mecanicista apoyando un efecto carcinógeno. Esta asociación se observó principalmente con el cáncer colorrectal, pero también se han visto asociaciones con el cáncer de páncreas y el cáncer de próstata.

La carne procesada se clasificó como carcinógena para los humanos (Grupo 1), basada en evidencia suficiente en humanos de que el consumo de carne procesada causa cáncer colorrectal. Consumo de la carne y sus efectos El consumo de la carne varía mucho entre los países, desde un pequeño porcentaje hasta un 100% de las personas que comen carne roja, dependiendo del país, y proporciones algo más bajas en el consumo de carnes procesadas. Los expertos concluyeron que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%.

El Grupo de Trabajo del CIIC consideró más de 800 estudios que investigaron asociaciones para más de una docena de tipos de cáncer con el consumo de carne roja y de carne procesada en muchos países y poblaciones con dietas diversas. La evidencia más influyente provino de grandes estudios de cohorte prospectivos realizados en los últimos 20 años. Salud pública “Estos hallazgos apoyan aún más las actuales recomendaciones de salud pública acerca de limitar el consumo de carne”, dijo el doctor Christopher Wild, director del CIIC.

Este posicionamiento de la OMS sobre la carne roja y la carne procesada levantó un gran revuelo. Kurt Straif, responsable del estudio monográfico de la OMS sobre la carne procesada y roja, respondió desde la Agencia Internacional para la investigación del Cáncer (IARC) que “No hemos hallado un nivel de consumo por debajo del cual no haya riesgo. Nuestra fortaleza reside en que los mejores científicos de este campo, sin conflictos de intereses ni lazos con empresas u otros grupos, han analizado todas las pruebas científicas existentes y han llegado a la mejor conclusión posible, en cambio la industria siempre tiene un interés al comunicar sobre estos temas porque su objetivo es que las ventas de carne roja y carne procesada no dejen de crecer. Dejo al público la decisión de en quién confiar”.

La OMS tomó la decisión de clasificar la carne roja y la carne procesada como cancerígenos en base a 800 estudios epidemiológicos realizado en numerosos países con diversas etnias y dietas. A continuación mostramos cinco de los estudios clave citados en el artículo "Carcinogenicity of consumption of red and processed meat", publicado en The Lancet Oncology el lunes 26 de octubre de 2015:


- Proceedings of the 106th Annual Meeting of the American Association for Cancer Research, April 2015: "Gene-environment interaction of genome-wide association study-identified susceptibility loci and meat-cooking mutagens in renal cell carcinoma etiology". Encontraron que las personas que comían una mayor cantidad de carne a la parrilla o en barbacoas (tanto carne roja como blanca), tenían un mayor riesgo de contraer cáncer de riñón, así como quienes comían menos frutas y verduras. Se analizó a 659 pacientes diagnosticados con cáncer renal, comparándolos con 699 personas con el mismo perfil pero sin cáncer diagnosticado. (Más información).

La industria de la carne reacciona mafiosamente ante el informe de la OMS

La industria cárnica española es un macronegocio que genera 20.000 millones de euros al año. El 2 de marzo de 2016, diversos medios de la prensa española (eldiario.es, diagonalperiodico.net, etc.) accedieron, a través del buzón filtrala.org, a un documento estratégico titulado «Crisis IARC-OMS» que encargó la industria cárnica a la consultora Sprim para hacer frente a la alerta de la OMS sobre la relación carne-cáncer. En él se detallan las medidas a tomar y resalta que no se debe «ofrecer a los medios de comunicación testimonios de ningún representante del sector» para que parezca una respuesta científica e imparcial al informe de la OMS. El documento cita a cinco científicos, algunos de ellos han reconocido que aceptaron dinero por parte de la industria cárnica para ofrecer su opinión favorable a la carne en los medios de comunicación:

- Carmen Vidal Carou (catedrática de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona);
- Abel Mariné (catedrático Emérito de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona);
- Carmen Gómez Candela (jefe de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Universitario La Paz);
- Antonio Villarino (Catedrático de Bioquímica de la Universidad Complutense de Madrid);
- Susana Monereo (jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Gregorio Marañón).

El informe «Crisis IARC-OMS» también incluye un plan a medio plazo para seguir contrarrestando el informe de la OMS una vez que pasara la «tormenta» de los primeros días. Las medidas detalladas abarcan una estrategia en internet para contrarrestar cualquier información negativa sobre la carne y el cáncer. A esta medida se la denomina «evangelización en foros y comunidades online que hablen sobre el informe de la OMS». Además propone elaborar un documento «científico» destinado a los profesionales de la salud que hable de las cualidades de la carne y defienda su consumo. De esta manera los propios profesionales de la salud y no la industria cárnica estarían haciendo el trabajo de contrarrestar el informe de la OMS.

Otros estudios

Si conoces algún estudio que no esté en la lista puedes indicárnoslo dejando un comentario.

[Se añadirán más estudios]

En mayo de 2015 se publicó en JAMA un estudio titulado «Vegetarian Dietary Patterns and the Risk of Colorectal Cancers». El estudio concluye que la alimentación vegetariana está asociada a una menor incidencia global de cáncer colorrectal.

En 1999 se publicó en la revista International Journal of Cancer un estudio que alertaba de que aumentar 100 gramos al día el consumo de carne roja o 25 gramos de carne procesada, se asociaba respectivamente con un 17% y un 49% más de riesgo de padecer cáncer colorrectal. Desde entonces el número de estudios que han llegado a conclusiones similares es enorme, lo cual ha llevado a muchas organizaciones a alertar de que cuanta más carne se come, más aumentan las probabilidades de padecer un cáncer colorrectal, de páncreas, de próstata o de estómago.

[Se añadirán más estudios]


SALUD: Alimentación y enfermedades zoonóticas

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Antes de entrar en temas de salud es necesario dejar claro que el antropocentrismo es la creencia absurda según la cual «los humanos deben ser respetados porque son humanos»[1]. El antropocentrismo tiene como consecuencia que quienes no son humanos sean discriminados arbitrariamente en lo que se ha venido a llamar «discriminación especista»[2], la cual genera una inmensa cantidad de sufrimiento y de matanza que son un atentado contra la Ética[3]. Continuemos con el tema de la salud.

En base a numerosos estudios científicos sobre nutrición, las más grandes organizaciones de nutricionistas profesionales han avalado públicamente la alimentación vegetariana estricta equilibrada como una alimentación sana para todas las etapas de la vida[4]. Los productos de origen animal no sólo son innecesarios para una buena salud, sino que además son responsables en la aparición de numerosas enfermedades, tal y como demuestran los numerosos estudios científicos realizados[5]. En este artículo nos centraremos en las enfermedades zoonóticas originadas por la producción y el consumo de productos de origen animal.



Virus Emergentes (Capítulo REDES 301) (Link)

Desde que los humanos dejaron de ser cazadores-recolectores y comenzaron a ser ganaderos, han corrido el riesgo de pandemias. Muchas enfermedades humanas tienen su origen en los animales domésticos: el sarampión y la tuberculosis del ganado; viruela de ganado u otros animales con poxvirus relacionados; la gripe de los cerdos y patos; y la tos ferina de los perros. Es nuestra proximidad con los animales, que hemos tenido por milenios, lo que nos hace tan vulnerables a enfermedades que pueden matarnos en gran escala. Estos patógenos se desarrollaron y diseminaron fácilmente porque los animales vivían en rebaños o bandas. Cuando fueron domesticados por los primeros granjeros, los virus estaban esperando para transmitirse. Las así llamadas enfermedades zoonóticas son entonces transmitidas más rápidamente entre los humanos, porque las propias personas viven en estrecha proximidad unas con otras."[2]

Los productos de origen animal son mucho más susceptibles a patógenos que los productos de origen vegetal, generando intoxicaciones y enfermedades. Así lo explica el Departamento de Agricultura de la FAO[1]:

"En términos de salud y seguridad alimentaria, los productos pecuarios son una categoría más susceptible a los patógenos que otros productos alimenticios ya que pueden transmitir enfermedades de los animales a los humanos (zoonosis). La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) estima que no menos del 60 por ciento de los patógenos humanos y del 75 por ciento de las enfermedades de reciente aparición son enfermedades zoonóticas. Es bien sabido que toda una serie de enfermedades humanas son de origen animal (como la influenza común o la viruela). La tuberculosis, la brucelosis y muchas enfermedades parasitarias internas, como las causadas por la tenia, las lombrices intestinales y muchas otras, se transmiten a través del consumo de productos animales. Las enfermedades de aparición reciente como la influenza aviar, el virus Nipah o la variante de la enfermedad Creutzfeldt-Jakob demuestran el potencial de la interfaz producción animal-seres humanos para desarrollar y transmitir nuevas enfermedades."FAO


Algunas de las enfermedades que pueden transmitirnos los productos de origen animal son las siguientes: Brucelosis, Campilobacter, Escherichia coli, Estafilococos, Fiebre aftosa, Gripe aviar, Mycobacterium Avium Paratuberculosis (MAP), Listeria, Salmonella, Staphylococcus, Toxoplasmosis, etc.

Brucelosis

Los humanos se infectan con brucelosis al entrar en contacto con animales, por comer o beber alimentos infectados con la bacteria Brucella (leche y sus derivados no pasteurizados), así mismo al inhalar polvo de corrales o mataderos y permitir la entrada de bacterias a través de heridas. Entre los síntomas comunes de la brucelosis se encuentra el escalofrío, sudoración, dolor de cabeza, decaimiento, pérdida o disminución de ganas para realizar actividades físicas (astenia), dolor muscular (mialgias), dolor en las coyunturas (artralgias), pérdida parcial del apetito (hiporexia), náuseas, dolor abdominal, vómito y pérdida de peso.

Campylobacteriosis

La campylobacteriosis es una enfermedad infecciosa gastrointestinal producida por bacterias del género Campylobacter. Las bacterias Campylobacter anidan en el intestino de aves de corral y ganado, y llegan al humano al comer carne de pollo y leche. La campylobacteriosis produce fiebre y diarrea aguda, es la enfermedad gastrointestinal más extendida en Europa. En el 99% de los casos, la Campylobacter es de la especie Campylobacter jejuni. La otra especie es la Campylobacter coli. En 2014, el informe «The European Union  summary  report on  trends and  sources of  zoonoses,  zoonotic  agents and  food-borne  outbreaks in  2014» del Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) registró 236.851 casos. En España, dicho informe registró 11.841 casos. Supone un incremento del 62% respecto al año anterior. En el estudio «Campylobacter», publicado en mayo de 2005, se recalca que la Campylobacter está aumentando su resistencia a antibióticos orales, que están emergiendo aspectos clínicos de la enfermedad, como el síndrome de Guillain Barré (GBS), y que surgen Campylobacter atípicas.

Cisticercosis

Las cisticercosis son enfermedades causadas por la presencia en los tejidos de cisticercos, metacestodos o formas larvales, juveniles o intermedias de varias especies de cestodos del género Taenia. La cisticercosis humana está producida por la infestación de los tejidos por los cisticercos de la Taenia solium, a los que se llamó, al ser interpretados originalmente como una especie distinta, Cysticercus racemus.  En el ciclo vital de T.solium, el cisticerco que, como todas las formas larvales de los cestodos aparece por lo general en un hospedador diferente del que aloja al individuo definitivo, es una forma intermedia en el desarrollo del parásito, entre el embrión hexacanto, presente en los huevos liberados por los segmentos maduros del gusano con las heces del hospedador, y el nuevo individuo adulto, que se desarrolla en el intestino de las personas afectadas, a partir de la ingestión de carne porcina contaminada.

Escherichia coli (E.coli)

La Escherichia coli es una  enterobacteria que vive en los intestinos de la mayor parte de los mamíferos sanos. La vía de contagio es siempre la misma: los productos alimentarios de origen animal.La E.coli es responsable de muchos cólicos, diarreas e incluso muertes por deshidratación. En mayo de 2011, en Alemania, miles de personas se infectaron con una cepa de E.coli causando decenas de muertos. En 1991, en Reino Unido, 500 personas cogieron E.coli de la carne vacuna, de las cuales 50 murieron. En la Unión Europea, las infecciones causadas por cepas patógenas de E.coli generan por lo menos 6.000 millones de euros en costes sanitarios.

Estafilococos

En 1991 en Reino Unido, 5.000 personas cogieron estafilococos de la carne, nata, natillas y alimentos procesados, y 5 murieron.

Fiebre aftosa

Existen dos enfermedades distintas denominadas fiebre aftosa: la fiebre aftosa humana y fiebre aftosa del ganado o glosopeda.

La producción animal es la que más sufre las consecuencias de la fiebre aftosa, una enfermedad altamente contagiosa con efectos sobre rumiantes y porcinos, en los que aparecen úlceras en forma de ampollas en lengua y labios, así como en las ubres y entre las pezuñas. Provocada por un aftovirus de la familia "Picornaviridae", hay siete cepas y cada una de ellas requiere una vacuna específica. Asia, gran parte de África y Oriente Medio son los países más afectados, aunque los que están considerados como libres de la enfermedad, como Australia, Nueva Zelanda, Indonesia y Europea Occidental, entre otros, tienen el riesgo de sufrir casos esporádicos si no se controlan los movimientos de animales y productos procedentes de animales en las fronteras, según la OIE.

La infección entre animales suele producirse por vía respiratoria u oral, y el virus se difunde con facilidad en vehículos, materiales como piensos, agua o leche, equipos o carne y productos animales, crudos o insuficientemente cocidos utilizados en la alimentación animal. Los animales con síntomas más agudos son los bovinos y porcinos de cría intensiva, en los que aparecen, además de las úlceras comentadas, fiebre, pérdida de apetito y peso, y caída de la producción de leche. Su transmisión a humanos no es habitual y, si lo hace, el cuadro patológico es de poca relevancia.

Según el Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OIE, la fiebre aftosa "no es fácilmente transmisible a las personas" y sólo se han registrado "unos pocos casos benignos de infecciones humanas que no han requerido hospitalización" ya que la infección suele revelarse con síntomas leves como ampollas en las manos y en la boca, fruto del contacto directo con animales enfermos.[4]

Listeriosis

La listeriosis es una infección debida a la bacteria Listeria monocytogenes. Es una zoonosis poco frecuente en humanos, pero extremadamente grave. Tiene poca morbilidad, pero muy alta mortalidad, el 30%, que en el caso de grupos sensibles se eleva aun más, hasta un 70%. Es la tercera causa de muerte por intoxicación alimentaria. Principalmente aparece en productos lácteos y en productos cárnicos listos para el consumo. En 2014, la red de vigilancia española detectó 161 casos de listeriosis, 21 casos más que en 2013. En 1991, 400 personas cogieron listeria del paté y de los quesos blandos en Reino Unido, de las cuales 100 murieron. La bacteria listeria puede crecer sobre algunas frutas y verduras. No compre melón en rodajas. Lave todas las frutas y verduras con agua. Frote las frutas y verduras duras, como pepinos y melones, con un cepillo limpio.

Salmonelosis

La salmonelosis es una enfermedad infectocontagiosa producida por enterobacterias del género Salmonella. Es la segunda enfermedad más frecuente en la Unión Europea. En 2014, el informe «The European Union  summary  report on  trends and  sources of  zoonoses,  zoonotic  agents and  food-borne  outbreaks in  2014» del Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) registró 6.643 casos de salmonelosis en España, lo que supuso 2.106 casos más que el año anterior. En 1991, 300.000 personas cogieron Salmonella del pollo y los huevos, y 100 murieron en el Reino Unido.

Toxoplasmosis[8]

La toxoplasmosis es una enfermedad causada por un parásito microscópico llamado Toxoplasma gondii (T. gondii). No se trata de una enfermedad nueva, ya que fue identificada en 1908. Desde su descubrimiento, T. gondii se ha encontrado prácticamente en todos los animales de sangre caliente, incluyendo la mayoría de las mascotas, ganado y aves, desafortunadamente también en el ser humano. Aproximadamente el 11% de la población en los Estados Unidos entre los 6 y 49 años de edad poseen anticuerpos a T. gondii, lo cual indica que han estado expuestos al parásito. Aunque la infestación con el parásito es relativamente común, en realidad la enfermedad es rara. Los signos de la enfermedad presentan síntomas similares a una gripe leve, como son fiebre, dolor y otras molestias, también puede encontrarse un aumento en el tamaño de los nódulos linfáticos por un plazo muy corto.

Existen tres teorías principales que explican como se transmite el T. Gondii:

1. La ingestión de oocistos (se pronuncia oo-cis-tos) infestantes en lugares sucios, donde los gatos han defecado o por la ingestión de oocistos infestantes encontrados en el alimento o agua contaminada con excrementos felinos.

2. El consumo de carne cruda, carne poco cocida o leche sin pasteurizar proveniente de animales que han sido infestados con T. gondii.

3. Transmitida directamente al nonato por vía transplacentaria, cuando durante el embarazo la madre llega a ser infestada con T. gondii.

En la Unión Americana la ruta más común de infestación es el consumo de carne cruda o sin cocimiento completo. Los quistes de T. gondii presentes en los tejidos, con frecuencia se encuentran en la carne de oveja, cerdo y cabra. Por el contrario, en la carne de pollo, de res o en la carne de animales de cacería como lo es el venado, es poco frecuente encontrar estos quistes.

VIRUS GRIPALES

Existen tres tipos de virus de influenza: A, B y C. Las aves acuáticas silvestres, en particular los patos silvestres, gansos, cisnes, gaviotas, aves costeras y golondrinas de mar, son los huéspedes naturales de todos los tipos conocidos de virus de la influenza tipo A. Subtipos de virus de influenza A  Los virus de la influenza A se dividen en subtipos de acuerdo con dos proteínas de la superficie del virus: la hemaglutinina (HA) y la neuraminidasa (NA). Por ejemplo, un "virus H7N2" designa un subtipo del virus de influenza A que tiene una proteína HA 7 y una proteína NA 2. Similarmente, un virus "H5N1" tiene una proteína HA 5 y una proteína NA 1. Hay 18 subtipos HA conocidos y 11 subtipos NA conocidos. Muchas combinaciones diferentes son posibles de las proteínas HA y NA. Solo dos subtipos del virus de la influenza A, H1N1 y H3N2, están actualmente en circulación entre los humanos, pero son mutaciones que pueden ser tratadas, aunque pueden ser mortales para humanos de riesgo (niños, ancianos y enfermos).

Los virus gripales que circulan entre animales no humanos suponen una amenaza para el ser humano. Por ejemplo, los virus de la gripe aviar de los subtipos H5N1 y H9N2 o los virus de la gripe porcina de los subtipos H1N1 y H3N2, pueden infectar al ser humano. El principal factor de riesgo de infección humana parece ser la exposición directa o indirecta a animales infectados, vivos o muertos, o a entornos contaminados. La FAO emite algunos boletines informativos sobre la gripe aviar. El riesgo para los humanos es que la gripe aviar mute a una cepa muy agresiva para humanos que produzca una nueva pandemia y millones de muertes humanas. La pregunta no es si ocurrirá, sino cuándo. Klaus Stohr, director del Programa contra la Lucha de la Gripe en Naciones Unidas, advirtió que "Hoy en Asia se dan los ingredientes necesarios para una gran pandemia (...) el virus de la gripe aviar está intentando extenderse a los humanos para probar si se puede transmitir, y sí que puede". Si se sustituyera la explotación y matanza de aves por una alimentación que no las incluyera entonces prácticamente se eliminaría la llegada de una nueva pandemia por gripe aviar, pero a los humanos no parece importarles. A continuación enumeramos algunos virus de la gripe de aves que han mutado y logrado contagiarse a seres humanos, los Influenza A H1, Influenza A H5, Influenza A H7 e Influenza A H9.

Influenzavirus A subtipo H1N1 (PANDEMIA: Gripe española)

En 1918 Europa estaba inmersa en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), ese año se originó una pandemia de gripe que mató a entre 40 y 100 millones de humanos en dos años, la pandemia más mortífera de toda la Historia: la gripe española. La India fue el país más afectado, con 15 millones de muertos. La pandemia fue causada por un brote de Influenzavirus A del subtipo H1N1, un virus de la gripe aviar que sufrió varias mutaciones que hicieron que pudiera pasar de aves a humanos. Investigaciones posteriores indican que la mortalidad fue tan alta porque el virus mataba mediante una “tormenta de citocinas”, una reacción inmune exagerada ante un patógeno altamente peligroso, que daña tejidos y causa una gran respuesta inflamatoria que obstruye las vías respiratorias y que aumenta el riesgo de muerte. En cinco días los infectados morían por fallo multiorgánico. La gripe fue tan virulenta que no sólo atacó a ancianos y a niños, como suele ser lo habitual, sino a toda la población, incluyendo a perros y a gatos. El primer caso de gripe española se registró el 4 de marzo en la base militar de Fort Riley, en Kansas (EE.UU), pero luego se comprobó que se originó el 22 de agosto de 1918 en Brest, el puerto francés por el que entraban la mitad de las tropas norteamericanas. Entró en Madrid a través de la Feria de ganado, con motivo de las fiestas de San Isidro, causando 300.000 muertos. Se la llamó “gripe española” porque las naciones aliadas (EE.UU, Francia, Italia, Rusia, Reino Unido, etc.) no querían dar una imagen de debilidad frente al enemigo, y como España no participaba en la guerra y dió una amplia cobertura a la enfermedad, daba la impresión de que era el país en el que se había originado la gripe y la pusieron ese nombre. Aunque algunos creen que pudo haberse originado en Madrid. El virus fue “resucitado” en 2003 y se mantiene en un laboratorio de bioseguridad 3 del Centers for Disease Control and Prevention, en EE.UU.

Influenzavirus A subtipo H2N2 (PANDEMIA: Gripe asiática)

La gripe asiática fue una pandemia de gripe por Influenzavirus A H2N2 que se inició en Pekín en 1957. De China pasó aproximadamente en el mes de abril de ese año a Hong Kong y Singapur, de donde se difundió a la India y Australia. Durante los meses de mayo y de junio el virus se extendió por todo el Oriente. En julio y agosto pasó a África y posteriormente a Europa y Estados Unidos entre octubre y noviembre. En menos de diez meses el virus alcanzó una distribución mundial. La rápida difusión de la pandemia fue debida a la mutación sufrida por el virus (ave-cerdo-humano) y al incremento de la rapidez de los transportes y vuelos internacionales que facilitaron el contagio entre humanos. El síntoma principal era la fiebre producida por las infecciones bronquiales, el cual se suavizaba mediante el tratamiento con antibióticos como la penicilina y la estreptomicina. Al llegar la primavera de 1958 el virus mutó y se hizo vulnerable a los antibióticos, desapareciendo la pandemia por sí misma. Según el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (EEUU), 5 millones de humanos murieron en todo el mundo debido a la gripe asiática, 10.000 de ellos en España, donde también enfermaron más de cuatro millones de españoles. Las cepas del virus H2N2 siguen en manos de miles de laboratorios, y aunque la OMS ha ordenado su destrucción, existe el riesgo de que la cepa sea usada por bioterroristas.

Influenzavirus A subtipo H3N2 (PANDEMIA: Gripe de Hong Kong)

En julio de 1968 se detectó en Hong Kong, antigua colonia de Reino Unido, el primer caso de infección en humanos por el virus H3N2. Posteriormente el virus se extendió por todo el mundo causando una pandemia que fue llamada la gripe de Hong Kong, constituyendo la tercera pandemia de gripe humana del siglo XX. En la actualidad (2014) es uno de los serotipos que causan gripe estacional, pero existen diferentes variaciones del virus H3N2 presentes en aves, donde provoca gripe aviar, y en cerdos, donde causa gripe porcina. Estas variantes son muy similares, pero diferentes a la que causó la gran pandemia de 1968. La gripe de Hong Kong causó la muerte de casi 2 millones de humanos en el mundo, 8.400 de ellos en España, y mandó a la cama a 3,5 millones de españoles. El virus fue llevado a EEUU por  soldados que regresaban de Vietnam, causando 3.400 muertes. Desde que finalizó la pandemia, en EEUU la gripe H3N2 ha causado 400.000 muertes, especialmente en ancianos (90% de los casos).

Influenzavirus A subtipo H5N1

La Influenzavirus A subtipo H5N1 es una cepa altamente patógena de gripe aviar. La primera aparición de este tipo de gripe en humanos se dio en 1997 en Hong Kong. La infección en humanos coincidió con una epidemia de gripe aviaria, causada por la misma cepa, en la población de pollos en Hong Kong. Normalmente el virus es trasportado en el intestino de las aves, y no son letales. Sin embargo, esta variante ha mutado a la más letal de las cepas de virus de la gripe existente. Hasta octubre de 2005 sólo se habían reportado alrededor de 200 personas infectadas por el H5N1, pero su tasa de mortalidad ha sido muy alta (cerca del 50%). Trece países de Asia y Europa se han visto afectados, y más de 120 millones de aves han muerto, han sido sacrificadas o han sido puestas en cuarentena.

Influenzavirus A subtipo H7N7

La Influenzavirus A subtipo H7N7 es un subtipo de Influenzavirus A (virus de la gripe A), perteneciente a la familia de los Orthomyxoviridae, género Orthomyxovirus. Este virus provoca infección en aves, aunque puede afectar a humanos, cerdos, focas, caballos y ratones de laboratorio.  En 2003 tuvo lugar en Holanda el primer brote que provocó 89 casos confirmados en humanos y una muerte, detectándose anticuerpos en más de la mitad de un grupo de 500 personas que estuvieron expuestas a la infección. Los casos humanos fueron secundarios a una epidemia que afectó a aves de corral de diferentes granjas ubicadas en la zona. Posteriormente se han producido otros brotes en Bélgica, Alemania, Reino Unido, España y Estados Unidos entre otros países. La enfermedad se contagia fácilmente entre aves, causando gran mortalidad, pero difícilmente pasa a los humanos y se considera muy improbable la transmisión de un humano a otro. La mayor parte de casos en humanos han ocurrido en trabajadores de granjas avícolas, veterinarios o personas en estrecho contacto con aves, presentando en general síntomas leves, destacando la conjuntivitis.

Influenzavirus A subtipo H7N9

La Influenzavirus A subtipo H7N9 forma parte de un subgrupo de virus gripales que normalmente circulan en las aves. El 1 de abril de 2013 se registraron en China los primeros casos conocidos del virus de la influenza aviar H7N9 en humanos, 150 humanos fueron infectados, padeciendo enfermedades respiratorias graves, 45 de ellos muerieron. La información existente sobre el alcance de la enfermedad causada por este virus y sobre la fuente de exposición es escasa. La enfermedad es preocupante porque ha sido grave en la mayoría de los casos. Por el momento no hay indicios de que se pueda transmitir de humano a humano, pero se están investigando activamente las vías de transmisión tanto de los animales no humanos a humanos, como de humano a humano. La FAO informa de manera actualizada sobre los casos de gripe H7N9

Influenzavirus A subtipo H9N2

El virus de la influenza H9N2 puede transmitirse por las gotitas de aire, polvo, alimento o agua. En general, los pollos parecen estar sanos después de la infección, pero algunos de ellos muestran depresión y plumas erizadas. El virus se replica a sí mismo en la tráquea. Esto hace que los pollos sean más susceptibles a infecciones secundarias, especialmente infecciones de Escherichia coli, con una tasa de mortalidad de al menos 10%. Además, la tráquea o los bronquios son fácilmente embotados por el moco cuando la ventilación es pobre, lo que lleva a la enfermedad respiratoria grave y la muerte. Con los años la cepa de la gripe H9N2 causó la enfermedad en varios niños de edades comprendidas entre los nueve meses y los 5 años en Hong Kong, siendo reportado el último caso en diciembre de 2009.

OTRAS ENFERMEDADES

Mycobacterium Avium Paratuberculosis (MAP)

Últimamente se contempla la posibilidad de que la bacteria Mycobacterium Avium Paratuberculosis (MAP), que parece responsable de la enfermedad de Crohn, infecte al ganado y por añadidura, a la leche, la carne y al agua. El Doctor John Hermon-Taylor, director del departamento de cirugía de la escuela de medicina del Hospital St. George, el cual ha estudiado la enfermedad de Crohn por los últimos 20 años dice que el Mycobacterium Avium subespecie Paratuberculosis (MAP) es el microorganismo asociado con esta enfermedad y que se pasa a través de la leche. La pasteurización no mata a esta bacteria. En un estudio de los envases para la leche hecho en 1990 y 1994, el doctor Hermon encontró que el 7% estaban contaminas con MAP.[9][10]. Especialmente significativa es esta afirmación del profesor Hermon-Taylor al respecto:

"La bacteria MAP también ha sido encontrada en el 2% de los cartones de leche pasteurizada. No recomendamos que todo el mundo deje de beber leche. Sin embargo, los individuos con enfermedad de Crohn o aquellas personas que tengan un mayor riesgo de padecer esta anomalía, deberían consumir leche uperizada."

La enfermedad de Crohn consiste en diarreas, vómitos, etc. acompañados de dolor, y debilidad. Todo ello derivado de la inflamación intestinal que posiblemente produce esta bacteria.

SIDA (VIH/HIV)

La causa del síndrome de la inmunodeficiencia humana adquirida (SIDA), es una enfermedad zoonótica. Orígenes de la pandemia del VIH y de la no pandémica HIV-1 en distintas comunidades de chimpancés geográficamente aisladas.[5]

Staphylococcus
Es un género de bacterias estafilococáceas de la clase Cocci. Comprende microorganismos que están presentes en la mucosa y en la piel de los humanos y de otros mamíferos y aves, incluyendo a 35 especies y 17 subespecies, muchas de las cuales se encuentran en los humanos. Las especies que se asocian con más frecuencia a las enfermedades en humanos son Staphylococcus aureus (el miembro más virulento y conocido del género), Staphylococcus epidermidis, Staphylococcus saprophyticus, Staphylococcus capitis y Staphylococcus haemolyticus.




SALUD: Estudios sobre alimentación y diabetes

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Antes de entrar en temas de salud es necesario dejar claro que el antropocentrismo es la creencia absurda según la cual «los humanos deben ser respetados porque son humanos»[1]. El antropocentrismo tiene como consecuencia que quienes no son humanos sean discriminados arbitrariamente en lo que se ha venido a llamar «discriminación especista»[2], la cual genera una inmensa cantidad de sufrimiento y de matanza que son un atentado contra la Ética[3]. Continuemos con el tema de la salud.

En base a numerosos estudios científicos sobre nutrición, las más grandes organizaciones de nutricionistas profesionales han avalado públicamente la alimentación vegetariana estricta equilibrada como una alimentación sana para todas las etapas de la vida[4]. Los productos de origen animal no sólo son innecesarios para una buena salud, sino que además son responsables en la aparición de numerosas enfermedades, tal y como demuestran los numerosos estudios científicos realizados[5]. En este artículo nos centraremos en el hecho de que los estudios científicos afirman que la alimentación vegetariana estricta reduce el riesgo de padecer diabetes tipo 2.

Si conoces algún estudio que no esté en la lista puedes indicárnoslo dejando un comentario.

[Se añadirán más estudios]

El 9 de diciembre de 2011 se publicó en «Diabetes Care» un estudio titulado «Processed and Unprocessed Red Meat Consumption and Incident Type 2 Diabetes Among French Women» (Consumo de carne roja procesada y no procesada, e incidencia de diabetes tipo 2 en las mujeres francesas) realizado por el Instituto Francés de la Salud (Inserm). Durante 14 años, entre 1993 y 2007, los investigadores del Inserm estudiaron la alimentación de más de 66.118 mujeres, de las que 1.369 de ellas desarrollaron diabetes. La conclusión fue que hay una asociación directa para la carne roja procesada y la diabetes tipo 2.


En septiembre de 2004 se publicó en «Diabetes Care» un estudio titulado «A Prospective Study of Red Meat Consumption and Type 2 Diabetes in Middle-Aged and Elderly Women The Women’s Health Study» en el que se concluye que: «Nuestros datos indican que un mayor consumo de carne roja total, especialmente carnes procesadas, puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en mujeres».


[Se añadirán más estudios]



ARGUMENTO: “Las plantas también sienten, tienen una conciencia”

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RESUMEN:¿A qué nos referimos cuando decimos «sentir»? ¿las plantas sienten? ¿en qué estructura física emerge la conciencia de las plantas? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

Un rasgo esencial de la Ética es la utilización de un criterio que diferencie los seres que pueden ser cortados, golpeados, etc. de aquellos otros seres que merecen respeto. El criterio que hace dicha diferenciación no puede ser otro que la existencia de una conciencia, es decir, ser alguien y no sólo ser algo; a usar dicho criterio se llama sensocentrismo y quien defiende teóricamente dicha idea es un sensocentrista. El antropocentrismo es éticamente inaceptable. Cuando decimos que un ser «siente» no nos referimos simplemente a que reacciona a estímulos ambientales, pues toda la materia lo hace, sino que nos referimos a que tiene experiencias en una conciencia. Una conciencia es alguien que puede sufrir y disfrutar, y por lo tanto tiene intereses respecto a dichas experiencias. Los seres vivos que tienen un sistema nervioso centralizado (un cerebro) tienen una conciencia en la que pueden sufrir y disfrutar, y por lo tanto tienen intereses respecto a dichas experiencias que deben ser éticamente considerados.

Las plantas no tienen cerebro, por lo tanto a priori no pueden tener conciencia, no son alguien, no son personas. Las plantas reaccionan automáticamente ante estímulos ambientales para mantener su homeostasis, pero dichas reacciones se producen involuntariamente y sin que exista una experiencia asociada a ellas, tal y como sucede por ejemplo con el proceso de cicatrización de una herida. La comunidad científica niega que las plantas tengan conciencia, aunque algún científico use metáforas como «sentir», ellos mismos reconocen que las plantas realmente no sienten.

Si, a pesar de todo lo dicho, alguien está tan seguro de que una planta es alguien entonces debe ser éticamente coherente y, además de no consumir productos de origen animal, tampoco debe consumir plantas, es decir, debe promover una alimentación vegana de tipo frugívoro: frutas, frutos secos, cereales, legumbres y otros alimentos que no matan plantas.

Palabras clave: autopoiesis, conciencia, fitotomía, homeostasis, intereses, plantas, receptor sensorial, sentir, seres vivos, tu quoque

Si eres antropocentrista, ya estás rebatido en otros artículos del blog. Un rasgo esencial de la Ética es la utilización de un criterio que diferencie a las cosas (seres para ser cortados, golpeados, etc.) de las personas (seres que deben ser respetados). El antropocentrismo es el absurdo argumento circular según el cual «los humanos deben ser respetados porque son humanos», lo cual ya fue rebatido en otro artículo[1]. El antropocentrismo tiene como consecuencia que se discrimine arbitrariamente a quienes no son humanos, es decir, produce una discriminación especista[2]. Los humanos y otros animales con cerebro son seres que tienen una conciencia[3], gracias a la cual pueden sentir dolor y placer, y por lo tanto tienen intereses respecto a dichas experiencias; y es de este hecho del que se infiere lógicamente que deben ser respetados[4]. A usar el criterio «tener una conciencia» como criterio ético que diferencia a cosas de personas se le llama sensocentrismo[5] y su puesta en práctica se llama veganismo. Algunos antropocentristas que no se han enterado aún de que siguen una creencia irracional, intentan «rebatir» a los veganos diciéndoles que «las plantas también sienten». En el presente artículo se va a explicar por qué las plantas no sienten, pero si alguno de estos antropocentristas se empeña en decir lo contrario, debe ir a otro artículo en el que se le responde[6].

Algunas personas dicen que «no se puede afirmar al 100% que las plantas no tengan una conciencia. Según estas personas, «siempre puede ser posible que las plantas tengan conciencia, pero que la ciencia aún no la haya descubierto, por lo tanto X». Esto lo dicen con la intención de llegar a la conclusión de que «matar plantas es éticamente incorrecto y por lo tanto los veganos no deben comer plantas o deben aceptar que otros coman animales». Estas personas utilizan el argumento de la certeza/duda para llegar a conclusiones erróneas, el cual ya fue rebatido[7].

Algunas personas afirman que «las plantas sienten» pero no aclaran si se refieren a que tienen una conciencia. Por ejemplo, el católico Stefano Mancuso, van por ahí afirmando que «las plantas no sólo viven, también son capaces de sentir». Lo primero que deben aclarar las personas que afirman que las «plantas sienten» es a qué se refieren con la palabra «sentir»: ¿a «reaccionar a estímulos ambientales» o a «tener experiencias en una conciencia»? La respuesta a esta pregunta es muy importante, pues si un ser, inerte o vivo, no tiene conciencia entonces no puede tener experiencias ni intereses asociados a ellas, y en tal caso no perjudicamos a nadie si lo dañamos o matamos.

Quienes afirman que «las plantas sienten» deben indicar en qué tejido se origina. Sabemos la conciencia humana y de otros animales emerge de la estructura material llamada «cerebro». Si alguien afirma que las plantas tienen conciencia entonces debe indicar qué tejido de la planta se encarga de transformar los estímulos internos y externos de dicho organismo en experiencias: ¿xilema?, ¿floema?, ¿tejido meristemático?, ¿tejido epidérmico?, ¿parénquima?, ¿colénquima?, ¿esclerénquima?, etc. ¿en cuál?, y por supuesto, adjuntar el artículo científico que lo afirma o, en todo caso, los argumentos para sostener tal afirmación. Algunas de las personas que afirman o sugieren que las plantas tienen conciencia dicen que la estructura material de la cual emerge la conciencia de las plantas son las raíces (son «el cerebro de las plantas»), pero no dejan claro si emerge una conciencia de la raíz completa o si emerge una conciencia por cada punta de la raíz; esto es algo que deben aclarar. Según Stefano Mancuso, «Podríamos decir que toda la planta es cerebro».

Algunas personas no indican en qué estructura de las plantas supuestamente emerge una conciencia, pero señalan hechos que, según ellos, demuestran la existencia de una conciencia. Por ejemplo: movimiento, reacciones defensivas, transmisión de información, etc. Otras veces no hablan directamente de conciencia, sino que hablan de «inteligencia»: «'inteligencia' implica una conciencia», dicen. Es curioso que sólo dicen esto de plantas, y a lo sumo de seres vivos (seres que se nutren, crecen, se reproducen y mueren), pero no se sabe muy bien por qué razón no aplican lo mismo a seres inertes como las máquinas.

Formulamos de forma más clara el argumento que utilizan dichas personas. Las premisas y la conclusión serían las siguientes:

ARGUMENTO "LAS PLANTAS SIENTEN":

(P1) «Sentir» es reaccionar a estímulos ambientales.
(P2) Las plantas tienen conciencia.
(C) Es éticamente incorrecto no respetar a las plantas.

A continuación vamos a mostrar cómo puede rebatirse este argumento.


PREMISA (P1): «Sentir» es reaccionar a estímulos ambientales

Toda la materia reacciona a estímulos ambientales: a la luz, a la humedad, a la temperatura, a la presión, etc. Por ejemplo, el mercurio que hay en el interior de un termómetro reacciona a los cambios de temperatura ambiental cambiando su volumen; o las bobinas bimetálicas modifican su forma con el calor y sin él vuelven a su forma original. Algunas personas dicen que si algo reacciona a estímulos ambientales entonces siente, es decir, usan la palabra «sentir» como sinónimo de «reaccionar». Para estas personas un termómetro y una bobina bimetálica sienten. Lo que ocurre aquí es que usan un significado erróneo de la palabra sentir, pues «sentir» no es un sinónimo de «reaccionar», son dos cosas diferentes. La Real Academia Española (RAE) define «sentir» como «experiencia». Una experiencia es cada uno de los estados que pueden darse en una conciencia. Cuando decimos que un ser «siente» nos referimos que tiene experiencias en una conciencia, pues lo sentido siempre lo siente alguien.

PREMISA (P2): Las plantas tienen conciencia

Teniendo en cuenta que «sentir» son experiencias de una conciencia, vamos a responder a quienes afirman que las plantas tienen conciencia. Lo primero que deben hacer quienes afirman que las plantas tienen conciencia es hacer referencia al NOMBRE DEL ESTUDIO, publicado en revistas que por su rigor cuenten con un reconocido prestigio dentro de la comunidad científica, en el que se afirme que las plantas tienen una conciencia. Tal estudio NO existe.

La comunidad científica rechaza la idea de que las plantas tengan un sistema nervioso análogo al que tienen los animales; como muestra de esto en marzo de 2007 se publicó en la revista TRENDS in Plants Science un artículo titulado "Plant neurobiology: no brain, no gain?". El texto es la declaración formal de 33 expertos en fisiología vegetal de institutos de investigación y de universidades de todo el mundo que rechazan la idea de que existe una analogía entre determinadas estructuras fisiológicas de los organismos vegetales y el sistema nervioso de los animales; analogía a la que se podría llegar en base al uso de metáforas erróneas como «neurobiología vegetal». Ya en el segundo párrafo se puede leer: «Comenzamos afirmando simplemente que no existe evidencia alguna de que las plantas posean estructuras tales como neuronas, sinapsis o cerebro». El artículo fue respondido por Anthony Trewavas en su artículo "Response to Alpi et al.: Plant neurobiology – all metaphors have value" en el que defiende el uso de metáforas como «neurobiología vegetal» haciendo referencia a metáforas puntuales que usaron Charles Darwin, Barbara McClintock o James Shapiro. En este sentido, Trewavas ya ha sido respondido, por ejemplo Ken Richardson le responde con su artículo "Response a Anthony Trewavas", pero el debate continuará porque en realidad no es un debate científico, sino lingüístico, y por eso mismo es un debate científica y éticamente irrelevante. El propio Trewavas dice en su texto: «No conozco ningún biólogo que contradiga la centenaria evidencia anatómica que muestra que las plantas no tienen nervios ni cerebro. La neurobiología vegetal es una metáfora». No existe ningún científico que sugiera que la plantas tengan una conciencia. Lo único que ocurre aquí es que tanto Trewavas como Mancuso y otros defienden que estas metáforas «ayudan a estimular la investigación». No está en entredicho la falta de sintiencia de las plantas. Lo que se debate es el lenguaje metafórico empleado por algunos, el cual hace que algunas personas interpreten las metáforas literalmente y crean erróneamente que las plantas también sienten.


Es obvio que si existieran estudios científicos que afirmaran que las plantas pueden sentir dolor y que por tanto tienen conciencia (o directamente que afirmaran que tienen conciencia) entonces existirían defensores del bienestar vegetal y defensores de derechos de las plantas que exigirían que se anestesiara a las plantas antes de podarlas o cortarlas, o que directamente se opondrían a la poda y corte de plantas, en analogía al bienestar animal y a los defensores de los derechos de los animales. La comunidad científica no reconoce que las plantas tengan conciencia, ni siquiera la sociedad, por eso no existen científicos ni asociaciones que se opongan a podar plantas o que promuevan que antes de dañarlas se las anestesie para que no sientan dolor y no sufran por ello.

Para la ciencia que estudia la mente o conciencia, la neurociencia, las plantas no tienen conciencia. La neurociencia sigue cinco principios fundamentales:

1º.- La mente y el cerebro son inseparables. El prestigioso neurólogo António Damásio lo dice bien claro: «El primer requisito para sentir, pues, procede de la presencia de un sistema nervioso».
2º.- Cada función mental en el cerebro se lleva a cabo con circuitos neuronales en diferentes regiones del cerebro.
3º.- Todos los circuitos del cerebro están construidos con células nerviosas.
4º.- Los circuitos neuronales usan moléculas específicas para generar señales en y entre las células nerviosas.
5º.- Las moléculas específicas se han conservado a través de millones de años de evolución.

 A continucación dejamos información sobre ello:

INTELIGENCIA NO IMPLICA CONCIENCIA:

Si a un proceso que tiende hacia un fin (químico, físico, etc.) se le presenta un problema que dificulta o impide su consecución y dicho proceso tiende a reaccionar de tal manera que soluciona dicho problema entonces podemos llamarlo inteligente. Al hecho de que un ser vivo o un ser inerte se le presente un problema que amenaza su correcto funcionamiento y éste reaccione solucionándolo podemos llamarlo «inteligencia», pero eso no quiere decir que dicho ser tenga una conciencia. Al hecho de que las plantas reaccionen ante amenazas mediante complejos mecanismos de defensa podemos llamarlo «inteligencia», pero no implica que tengan conciencia: ser inteligente no implica ser alguien. Por ejemplo, en una entrevista a Stefano Mancuso titulada «Las raíces de la inteligencia de las plantas» (16/01/2011) éste comienza diciendo que «si se define la inteligencia como la capacidad de resolver problemas, las plantas tienen mucho que enseñarnos»; con dicha definición también podemos afirmar que una computadora es inteligente, pues también tienen capacidad para resolver problemas, pero eso no implica que una computadora tenga una conciencia, y con una planta ocurre exáctamente igual.

Homeostasis: una respuesta inteligente frente a amenazas

La homeostasis son funciones inteligentes que poseen todos los seres vivos y que también pueden tener seres inertes. Por propia experiencia sabemos que el cuerpo humano realiza funciones para las cuales no es necesaria la conciencia, sino que se realizan de manera automática con la finalidad de mantener nuestro cuerpo con vida: la regulación de la temperatura, la regulación de insulina, la cicatrización, etc. Todos estos procesos automáticos son ejemplos de lo que se conoce como homeostasis:

La homeostasis (del griego homo (ὅμος), "similar", y estasis (στάσις), "estado", "estabilidad") es una propiedad de los organismos vivos que consiste en su capacidad de mantener una condición interna estable compensando los cambios en su entorno mediante el intercambio regulado de materia y energía con el exterior (metabolismo). Se trata de una forma de estado estacionario dinámico que se hace posible gracias a una red de sistemas de control realimentados que constituyen los mecanismos de autorregulación de los seres vivos. Ejemplos de homeostasis son la regulación de la temperatura y el balance entre acidez y alcalinidad (pH). —Wikipedia

Cuando el cuerpo humano o el cuerpo de otro animal sufre una herida o una infección se produce automáticamente una reacción bioquímica defensiva para eliminar la amenaza y para reparar el daño, es decir, ocurre involuntariamente. Por ejemplo, la cicatrización[ver vídeo] es un proceso biológico mediante el cual se regeneran los tejidos de la dermis y de la epidermis que han sufrido una herida. Al cabo de una hora de haberse producido una herida, los leucocitos polimorfonucleares o granulocitos llegan a ella y se convierten en las células más abundantes en la zona de la herida durante los próximos tres días. Es particularmente elevada su cantidad durante el segundo día. La fibronectina, los factores de crecimiento, y substancias tales como neuropéptidos y quininas son los que los atraen a la herida. Los granulocitos fagocitan los residuos y bacterias, aunque también matan a las bacterias mediante la liberación de radicales libres en un proceso denominado 'respiratory burst'. También limpian la herida mediante la secreción de proteasas que rompen el tejido dañado. Después de haber completado su tarea, los granulocitos sufren un proceso de apoptosis y son devorados y degradados por los macrófagos. Otros leucocitos que se encuentran en la zona son células T ayudantes, que secretan citoquinas para inducir la subdivisión de las células T, aumentar la inflamación, y para mejorar la vasodilatación y la permeabilidad de los vasos. Las células T también aumentan la actividad de los macrófagos. Las personas, como conciencias que somos, no dirigimos voluntariamente estos procesos químicos defensivos que curan nuestras heridas, sino que son reacciones automáticas de la materia biológica, similares a las reacciones defensivas que también ocurren en plantas, hongos y microorganismos.

Podemos decir que la homeostasis es una reacción inteligente de los seres vivos porque es una respuesta que busca solucionar problemas que amenazan la supervivencia, pero dichas respuestas inteligentes no son el producto de una conciencia, sino el producto de millones de años de selección natural y de otros procesos. Las reacciones de las plantas ante estímulos se llaman tropismos y pueden clasificarse en los siguientes tipos:


Toda característica que poseen los seres vivos fue fijada porque dicha característica le confería una ventaja adaptativa al medio. Cuando una característica no confiere una ventaja adaptativa o bien es perjudicial entonces esa característica será suprimida. Las plantas carecen de sistema nervioso central (cerebro) porque su estrategia evolutiva para sobrevivir como especie es distinta a la estrategia que siguieron los animales. La capacidad para sentir dolor es una característica seleccionada por la evolución para que los animales detectemos posibles peligros y podamos huir de ellos. Si acercamos los dedos al fuego sentimos el dolor que nos avisa que si no apartamos con rapidez la mano sufriremos graves quemaduras. A las plantas no tienen sistema locomotor, ancladas como están en la tierra, este mecanismo de alarma les sería, no sólo innecesario, sino incluso muy perjudicial (imaginad sentir dolor sin poder huir). Su estrategia de supervivencia es completamente distinta y no requiere de capacidad para sentir dolor.

LA CONCIENCIA NO ES RACIONALMENTE POSIBLE EN PLANTAS:

Además, desde un punto de vista racional, la conciencia como fenómeno individual no es posible en las plantas. A continuación explicamos por qué:

Si una planta tiene una conciencia, llamémosla Ana, entonces cuando se divide a Ana en esquejes, cortando fragmentos del tallo, se estaría creando una nueva conciencia por cada esqueje (Berto, Carlos, Diana, Elena, etc.)... ¿cómo se divide una conciencia en dos? Pero es que, además, dicho esqueje puede ser injertadode nuevo en la misma planta o en otra planta de tal modo que el conjunto de ambos crezca como un solo organismo... ¿qué ocurre con la «conciencia» del esqueje? ¿la «conciencia» del esqueje se fusiona con la «conciencia» de la planta donde es injertado o conviven dos conciencias en el mismo ser vivo?

A veces, estas personas responden a esta objección diciendo que la conciencia de las plantas está en sus raíces, pero no especifican si hay una conciencia en la raíz entera o si hay una conciencia en cada punta de la raíz. Si suponemos que la conciencia de una planta está en su raíz entera entonces se presentaría la misma situación que se nos presenta con los esquejes de rama, pues también existen los esquejes e injertos de raíz. Y si suponemos que en una planta hay una conciencia en cada punta de su raíz entonces en una planta habría miles de conciencias, lo cual nunca se le escuchó decir ni al científico más extravagante, y mucho menos se ha publicado alguna investigación sobre esto en revistas científicas de prestigio.

CONCLUSIÓN (C): Es éticamente incorrecto no respetar a las plantas

Si las plantas tuvieran conciencia, o si alguien cree que la tienen, entonces eso no sería una razón para matar a otros animales, sino una razón para tampoco dañar a las plantas. En tal caso, en lugar de promover una alimentación vegetariana pura (vegana) se debería promover una  alimentación vegana de tipo frugívoro[6], pero como las plantas no tienen conciencia entonces no podemos llegar a la conclusión de que sea éticamente incorrecto dañar a las plantas. En algunas ocasiones no deberemos dañar a las plantas, pero no por ellas, sino para no perjudicar a alguien.

Algunas personas usan ciertos argumentos que saben que son falsos, pero que creen que les dan la razón. Quienes dicen que «las plantas también sienten» no tienen un interés real sobre lo que les ocurre a las plantas porque no son sensocentristas, sino antropocentristas, pero hacen como si fueran sensocentristas para denunciar una supuesta incoherencia ética en quienes practican el veganismo mediante la cual concluir: 1) que los sensocentristas no están practicando bien el veganismo, pues no deberían comer plantas o 2) que según el sensocentrismo está tan mal comer plantas como comer animales; con esta segunda conclusión el argumento se denomina tu quoque («y tú también»), pues intenta justificar un mal denunciando una incoherencia en lo que hacen mal otros. Es, por tanto, una variante de la falacia ad hominem[7]. Como quien usa alguno de estos dos argumentos suele ser antropocentrista, realmente no cree que esté haciendo algo malo por consumir productos de origen animal y tampoco cree que los veganos estén haciendo algo malo por comer plantas, pues al antropocentrista coherente sólo le importan los humanos. La afirmación «las plantas también sienten» es una forma rápida de justificar el consumo de productos de origen animal, evitando pensar en serio sobre el tema.





ARGUMENTO: “Lo natural es bueno y lo que no es natural es malo”

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RESUMEN:¿Qué es la naturaleza? ¿qué es natural y qué es "no natural"? ¿qué es un artificio o algo artificial? ¿todo lo que es natural es bueno y éticamente correcto? ¿todo lo que no es natural es malo y éticamente incorrecto? ¿qué es una teleología? ¿cuál es la finalidad de la vida? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

Ya explicamos que todo es naturaleza y 100% natural, pues lo «no natural» no existe. La conciencia no es un fenómeno «no natural» o «sobrenatural», sino que es un fenómeno natural que emerge de la materia (de un cerebro). Todas las cosas que construye la conciencia son naturales, pero se las llama «artificios» o «artificiales». Incluso asumiendo la falsedad de que existen cosas «no naturales», no es cierto que las cosas «naturales» sean buenas, ni tampoco es cierto que las cosas «no naturales» sean malas, pues lo bueno y lo malo no está en el objeto en sí, por eso da igual si un objeto es «natural» o «no natural», sino en si dicho objeto satisface los intereses de las personas. Asimismo, las acciones de las personas no son buenas o malas en base a una «finalidad natural» preasignada mediante una «naturaleza humana», pues todos nuestros propósitos son naturales, otra cosa diferente será si son éticamente correctos o incorrectos en base a la Ética, que está basada en la Lógica.

Palabras clave:  artificial, esencia, natural, naturaleza, naturaleza humana, sobrenatural, teleología

Las personas que afirman que existen las cosas «no naturales» ya están rebatidas en otro artículo del blog. En un artículo anterior se mostró que todo es naturaleza y 100% natural, pues lo «no natural» no existe[1]. La conciencia no es un fenómeno «no natural» o «sobrenatural», sino que es un fenómeno natural que emerge de la materia (de un cerebro). Todas las cosas que construye la conciencia son naturales, pero se las llama «artificios» o «artificiales». Algunas personas, en base a la falsedad de afirmar que existe lo «no natural», utilizan el argumento de la apelación a la naturaleza que explicamos a continuación.

Algunas personas que erróneamente afirman que existe lo «no natural», dicen que «las cosas naturales son buenas y las cosas "no naturales" o artificiales son malas». Todo es naturaleza y 100% natural[1], pero algunas personas insisten en que «las cosas "manipuladas" por los humanos son "no naturales" o artificiales». Por ejemplo, dicen que las ciudades no son naturales, sino artificiales («no naturales»). A veces estas personas hacen excepciones con las cosas que los humanos crean «en plan rústico», pero sin precisar mucho. Por ejemplo, dicen que si una casa está hecha con barro y paja entonces es natural, pero si está hecha con cemento entonces no es natural. A partir de esta "definición" de qué es «natural» y qué es «no natural», algunas de estas personas llegan a la conclusión de que «todo lo que es natural es bueno y todo lo que no es natural es malo»; a este argumento se le llama «apelación a la naturaleza» (para objetos) o Argumentum ad Naturam. Por ejemplo, como consideran que los suplementos alimenticios no son naturales entonces son malos (para la salud) y los rechazan[2], pero luego también consideran malas (para la salud) cosas naturales, por ejemplo las setas venenosas. Como explicamos en otro artículo, lo bueno y lo malo no está en el objeto en sí, por eso da igual si un objeto es «natural» o «no natural», sino en si dicho objeto satisface los intereses de las personas[3]. Por ejemplo, un suplemento alimenticio, un medicamento, un quirófano, o lo que sea, será bueno (para la salud) si alguien quiere mejorar su salud y se la mejora; y una seta será mala para una persona si no quiere intoxicarse y le intoxica, no en base a que la seta sea «natural» o «no natural».

Algunas personas que erróneamente afirman que existe lo «no natural», dicen que «las acciones naturales son buenas y las acciones "no naturales" (a las que también llaman anti-naturales o contra natura) son malas». Todo es naturaleza y 100% natural[1], pero algunas personas dicen que todos los seres tienen una «naturaleza» o «esencia» que determina los «fines naturales» de su existencia. Además, dicen que las acciones que se ajustan a la «naturaleza» de cada ser son naturales y que las acciones que no se ajustan a la «naturaleza» de cada ser son «no naturales», «antinaturales» o «contra natura», indistintamente. A esta idea se la llama teleología. La teleología suele ir acompañada del argumento de apelación a la naturaleza (para acciones), según el cual las acciones naturales son racionales, buenas y éticamente correctas, y las acciones «no naturales» son irracionales, malas y éticamente incorrectas. El representante más destacado de la teleología y de la apelación a la naturaleza (para acciones) es Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.) y su ética de la virtud. Posteriormente, Tomás de Aquino (1225-1274) añadiría a la teleología aristotélica la parte teológica o religiosa: «un supuesto "dios" creó todo con un "plan divino" (natural) y por eso los humanos deben cumplirlo», y otros convierten a «dios» en la «Madre Naturaleza», «Gaia», etc. Todas estas personas suelen decir que todos los seres de la misma especie tienen la misma «naturaleza», por eso hablan de acciones de acuerdo a la «naturaleza humana», acciones de acuerdo a la «naturaleza canina», etc., como si todos los seres de una especie fueran esencialmente iguales, lo cual es usar la falacia ecológica[4] y negar el mecanismo de evolución biológica de las especies que postuló Charles Darwin[5]. Estas personas dicen que los seres humanos deben comportarse de acuerdo a la «naturaleza humana», lo cual les diferencia de quienes dicen que los humanos deben comportarse como se comportan animales de otras especies[6]. La combinación de teleología y apelación a la naturaleza utiliza la falacia lógica, denunciada por David Hume, pues infiere el deber (normas) a partir de una descripción de lo que es «natural» y «no natural», en lugar de a partir de los intereses de las personas[7]. A continuación vamos a dejar más información sobre la teleología y su historia.


En base al error de afirmar que existe lo «no natural» y en defender la teleología y la falacia de la apelación a la naturaleza para cosas y acciones, algunas personas defienden el primitivismo, el cual consiste en rechazar la tecnología y vivir de manera primitiva[8].




ARGUMENTO: “El veganismo es más ecológico, pero si no se mata a los animales se rompe el equilibrio de la naturaleza”

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RESUMEN:¿Qué es el «equilibrio de la naturaleza»? ¿existe el «equilibrio de la naturaleza» o es un mito? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

La palabra «naturaleza» es innecesaria, pues disponemos de las palabras «Universo» y «seres vivos», pero el hecho es que todo es naturaleza y 100% natural. La idea de «equilibrio de la naturaleza» o «equilibrio ecológico» es parte de los dogmas de creencias religiosas y místicas que pretenden «ordenar» el comportamiento humano según intereses particulares mediante la apelación a la naturaleza. La ciencia dice que la «naturaleza», con o sin intervención de los humanos, siempre está cambiando, desapareciendo unas especies y apareciendo otras especies nuevas, resultado de la evolución a través de la adaptación a los cambios ambientales. No existe un equilibrio de la naturaleza, sino una evolución en la naturaleza. Aunque el «equilibrio de la naturaleza» no existe, ello no es una razón que justifique dañar a otros seres sintientes mediante contaminación, violencia, etc.

Palabras clave: armonía, desequilibrio, equilibrio ecológico, equilibrio natural, natural, naturaleza, orden

En un artículo anterior demostramos a los «ecologistas» que no consumir productos de origen animal es mucho más ecológico que consumirlos[1]. También explicamos en otro artículo que todo es naturaleza y 100% natural, pues lo «no natural» no existe[2].

Algunas personas afirman que en la «naturaleza» hay un «equilibrio» y que si se rompe entonces se producen «malas consecuencias». Según estas personas, la realidad está compuesta de cosas «naturales» (producidas por la «naturaleza») y de cosas «no naturales» o artificiales (producidas por los «seres humanos»), en base a esto afirman que existe un «equilibrio de la naturaleza», también llamado «equilibrio natural» o «equilibrio ecológico». Definen el «equilibrio de la naturaleza» como la «condición de estabilidad en un ecosistema cuando los organismos y los elementos físicos están interactuando en forma adecuada», o como: «estado de balance natural establecido en un ecosistema por las relaciones interactuantes entre los miembros de la comunidad y su hábitat, plenamente desarrollado y en el cual va ocurriendo lentamente la evolución, produciéndose una interacción entre estos factores». En su primer sentido, el término «equilibrio» es puramente descriptivo y designa un estado de inmovilidad o de permanencia: las relaciones que mantienen los elementos de un ecosistema son tales que este conserva su estructura. A este primer sentido se le suele añadir un segundo sentido de «estado ideal», el cual ya no es meramente descriptivo, sino normativo, que añade el deber de mantener dicho «equilibrio», entendido como «orden de la naturaleza» o «armonía de la naturaleza». La noción de «orden» evoca un sistema donde cada ser o categoría de seres ocupa su justo lugar, esta idea está en la línea del conservadurismo político[3]. La noción de «armonía» hace pensar en un estado de unión o de convenio, donde cada ser vivo está en «armonía» o lo mejor posible con los demás para contribuir a la «belleza del conjunto». Estas dos palabras sugieren que la «naturaleza» «ordena» el mundo por el bien de «sus criaturas», al mismo tiempo que se transmite el peligro que implica desordenar su «perfección».

Algunos antropocentristas dicen si no hubiera granjas ni mataderos se rompería el «equilibrio de la naturaleza» y eso tendría unas «malas consecuencias». Según estas personas, «debemos matar a quienes reproducimos en granjas para que mantener el equilibrio de la naturaleza». El argumento es bastante absurdo, pues ellos mismos reconocen defender las granjas que son la causa del problema que dicen que se debe solucionar. Algunos antropocentristas que ven lo absurdo de este argumento dicen que «debemos cazar para mantener el equilibrio de la naturaleza», pero ya les demostramos que las poblaciones pueden gestionarse por métodos no violentos[4]; además a continuación les respondemos que no existe ningún equilibrio que mantener.

A pesar del éxito que ha cosechado la idea de «equilibrio de la naturaleza» entre el gran público, esta idea no se corresponde con la realidad:

- En abril de 1992, se publicó el libro Discordant Harmonies: A New Ecology for the 21st Century (Armonías discordantes: una nueva ecología para el siglo 21), donde Daniel B. Botkin explica que las actuales ideas sobre la naturaleza tienen 4.000 años de antigüedad, y están dominadas por el antiguo mito del «equilibrio de la naturaleza». La antigua idea del «equilibrio de la naturaleza» defiende la idea de una naturaleza fija donde cada cosa y cada individuo se encuentra en su justo lugar, un estado al que se regresa cuando los humanos dejan de alterarla y que es el mejor estado para ella y para nosotros. La consecuencia de estas ideas es que los humanos son malos para la «naturaleza», pues ésta está mejor sin la intervención humana. Los humanos y la naturaleza están separados. Pero la ciencia moderna demuestra que la naturaleza siempre está cambiando, y que muchas especies se han adaptado a estos cambios y los exigen. Desaparecen unas especies y aparecen otras especies nuevas por medio de la evolución. Cuando evitamos los cambios naturales, muchas especies disminuyen y pueden extinguirse, por ello, la manera de «salvar» a la naturaleza y de resolver los problemas ambientales es la de aceptar los cambios naturales, dejar que ocurran. Los humanos están integrados en la naturaleza; los lugares que consideramos como naturaleza «primitiva» son, de hecho, muy afectados por los humanos y lo han sido durante mucho tiempo[1]. En resumen, el mito del equilibrio natural contiene tres elementos importantes:

1) La naturaleza, de no ser por la intervención humana, alcanzaría una permanencia de forma y estructura que se mantendría indefinidamente;
2) esa condición permanente es la mejor condición posible para la naturaleza: es la mejor para el medio ambiente, para los animales no-humanos y para los humanos;
3) si se perturba ese orden natural perfecto, la naturaleza es capaz de regresar a él.

Este mito se va haciendo visible entre los filósofos. En consonancia con el filósofo norteamericano Botkin, Martha Nussbaum también critica lo que llama «el mito del equilibrio natural».

Venus, Marte y la Luna son lugares en los que se podrían cultivar vegetales. Marte parece tener unos entornos más apropiados para mantener vida de lo que se esperaba, ya que contiene trazas de magnesio, sodio, potasio y cloro. En estos planetas no se ha encontrado vida, por ello, podemos decir que no existe un «equilibrio natural» en ellos. Si en el futuro los humanos establecieran una base permanente en la Luna y construyeran invernaderos (Moon greenhouse) regados con agua lunar, ¿podríamos decir que los seres humanos habrían creado un «equilibrio natural o ecológico» en la Luna?

En todo lugar con vida hay «equilibrio de la naturaleza». Si se encontrase vida en el planeta Marte, por ejemplo bacterias, entonces podríamos afirmar que existe un ecosistema marciano con su propio «equilibrio». Por lo tanto, si un desastre convirtiera al planeta Tierra en un planeta similar a un Marte con vida bacteriana entonces podríamos seguir diciendo que existiría un «equilibro de la naturaleza» en la Tierra, aunque sólo existieran bacterias. Por lo tanto, pase lo que pase, si hay vida entonces hay «equilibrio en la naturaleza».

Lo que realmente significa la idea del «equilibrio en la naturaleza» es «el estado de las cosas que beneficia a la especie humana», especialmente a quienes tienen el poder, pues es una idea antropocentrista. Por ejemplo, si por un momento imaginamos que desaparecieran los depredadores de los conejos entonces estos aumentarían su población y algunas personas dirían que el aumento de la población de conejos es una «plaga» que rompe el «equilibro natural»; pero la realidad es que verían a los conejos como una «plaga» porque estos perjudicarían intereses económicos al comerse las cosechas, no porque altas poblaciones de conejos vayan a producir el fin de la vida en la Tierra. Un aumento en la población de conejos no rompería ningún supuesto «equilibro» sino que los conejos, al no tener depredadores, se convertirían en una especie que expandiría su rama evolutiva, a partir de la cual aparecerían nuevas especies.

Llaman «plaga» a los seres vivos que perjudican los intereses humanos, especialmente los económicos. En cambio, no se ve como una «plaga» a los miles de millones de animales que actualmente están siendo explotados en las granjas, pues estos producen un beneficio económico. Un ejemplo muy popular en este sentido son las abejas. Según palabras de Albert Einstein si desaparecen las abejas «al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida. Sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres», pero no sería así para el resto de animales que no dependen de las abejas, por ejemplo los animales marinos que existieron mucho antes de que existieran abejas. Tampoco dicen que los humanos son una «plaga» porque a mayor consumismo se produce un mayor beneficio económico para las élites y porque vivimos en sociedades antropocentristas. Aunque también puede escucharse a algunos humanos llamar «plaga» a otros grupos de humanos cuando hay interes económicos y poder por medio, por ejemplo a inmigrantes, a refugiados, etc.

Se usa la idea de «equilibrio» con fines políticos. La idea del «equilibrio» de la naturaleza es parte de los dogmas de creencias místicas y religiosas que pretenden ordenar el comportamiento humano mediante la apelación a la naturaleza[5] y a un supuesto «orden natural». Es interesante constatar que la noción de «orden natural» es contemporánea de regímenes políticos y sociales explícitamente autoritarios, mientras que la de «equilibrios naturales» es más contemporánea de las democracias parlamentarias. La idea de naturaleza ha sido muy frecuentemente una proyección de nuestro propio modo de vida en sociedad; es entonces inquietante notar que conservamos una visión de la naturaleza propiamente totalitaria, donde los individuos existen solamente como mecanismos y funciones en el seno de un orden totalizante[2]. El «equilibrio en la naturaleza» es violencia en la naturaleza, es guerra en la naturaleza.

No podemos llegar a la conclusión de que debemos matar a quienes no son humanos para respetar el «equilibrio en la naturaleza» porque no existe tal equilibrio, sino la evolución biológica y por encima de ella la Ética.




Impresionante rescate de una cria de bufalo por parte de su manada (Link)




ARGUMENTO: “Existen cosas que no son naturales, no son parte de la naturaleza”

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RESUMEN:¿Qué es la naturaleza? ¿qué es natural? ¿existe lo «no natural»? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

Algunas personas separan a la «naturaleza», y las cosas naturales que ésta produce, de los seres humanos y de las cosas artificiales que estos producen. Esta idea tiene un origen religioso: se origina en la creencia de que la conciencia humana no es un fenómeno natural, sino un fenómeno «sobrenatural», por eso estas personas dicen que lo que producen los humanos no es natural. De esta manera se pretende diferenciar la conciencia humana de las conciencias no humanas. La conciencia humana es un fenómeno natural que emerge de la materia (de un cerebro), así como sucede con las conciencias de animales de otras especies. Todas las cosas que producen los humanos son un tipo de cosas naturales llamadas «artificios» o «artificiales». La palabra «naturaleza» es innecesaria, pues disponemos de las palabras «Universo» y «seres vivos», pero el hecho es que todo lo existente es naturaleza y natural, lo «no natural» no existe.

Palabras clave: artificial, natural, naturaleza, no natural, sobrenatural

En muchas conversaciones sobre la consideración ética hacia quienes no son humanos nos encontramos con personas que mencionan las palabras «naturaleza» y «natural». Como explicaremos a continuación, es innecesario usar dichas palabras y usarlas perjudica a quienes no son humanos.

Algunas personas afirman que por un lado existe la «naturaleza», que produce cosas «naturales», y que por otro lado existe lo«no natural» o «artificial».Generalmente estas personas suelen decir que las cosas manipuladas por los humanos no son naturales, sino «no naturales» o «artificiales». Por ejemplo, dicen que las ciudades no son naturales, sino artificiales («no naturales»). A veces estas personas hacen excepciones con las cosas que los humanos crean «en plan rústico», pero sin precisar mucho. Por ejemplo, dicen que si una casa está hecha con barro y paja entonces es natural, pero si está hecha con cemento entonces dicen que no es natural. Estas personas separan a la «naturaleza», y las cosas naturales que ésta produce, de los seres humanos y de las cosas artificiales que estos producen. Esta idea tiene un origen religioso: se origina en la creencia de que la conciencia humana no es un fenómeno natural, sino un fenómeno «sobrenatural», por eso estas personas dicen que lo que producen los humanos no es natural. De esta manera se pretende diferenciar la conciencia humana de las conciencias no humanas. La conciencia humana es un fenómeno natural que emerge de la materia (de un cerebro), así como sucede con las conciencias de animales de otras especies[1].

Todo es naturaleza y natural. Para saber qué es la naturaleza nos podemos preguntar, por ejemplo, si existe naturaleza en la Luna: la respuesta dependerá del significado que le estemos dando a la palabra «naturaleza». Los posibles significados que se le pueden dar a la palabra «naturaleza» son los siguientes: (a) «naturaleza» como sinónimo de «seres vivos». En tal caso, en la Luna no habría naturaleza, pues en la Luna no hay seres vivos. No hay necesidad a usar la palabra «naturaleza» como sinónimo de «seres vivos», ni es el significado habitual. (b) «Naturaleza» como sinónimo de todo o de «Universo».Éste es el significado que da el diccionario de la RAE a «naturaleza» en su segunda acepción: «Conjunto de todo lo que existe y que está determinado y armonizado en sus propias leyes». Si todo es naturaleza entonces en la Luna habría naturaleza, pues la Luna es parte del todo o del Universo. Una variante de esta definición es cuando se afirma que la naturaleza no son lugares, sino «las interacciones que se producen debido a las leyes físicas o leyes de la naturaleza»; en tal caso en la Luna también habría naturaleza, pues en ella ocurren procesos físicos como la gravedad (en menor grado que en la Tierra), vientos, erosión, etc., y así ocurre con toda la materia que compone el Universo, pues está en continua transformación debido a las leyes físicas. Si todo es naturaleza, como de hecho ocurre, entonces son absurdas las expresiones: «debemos respetar la naturaleza», «vamos a la naturaleza», «amo la naturaleza», etc. Lo que debemos respetar es a las personas humanas y no humanas, y por lo tanto también debe respetarse el medio que necesitan para vivir y disfrutar. El 10 de noviembre de 2015 me publicaron en tvanimalista.com un artículo titulado «Todo es naturaleza y 100% natural» en el que defiendo que todo lo existente es naturaleza y natural, lo «no natural» no existe: todas las cosas que producen los humanos son un tipo de cosas naturales llamadas «artificios» o «artificiales». Por lo tanto es erróneo seguir utilizando las palabras «naturaleza» y «natural», que además perjudican a quienes no son humanos.

La errónea creencia de que existe lo «no natural» es la base en la que se apoyan las teleologías y el argumento de apelación a la naturaleza, según el cual lo «natural» es bueno y lo «no natural» es malo[2]. Este error también lleva a la creencia de creer que existe un «equilibrio de la naturaleza»[3] que, según lo que hemos explicado, vendría a ser un «equilibrio del todo»: un estado de parálisis que rechaza el cambio, con el que se quiere conservar todo tal y como está; por eso esta idea mantiene una relación con el conservadurismo político y con el argumento de la tradición[4].





ARGUMENTO: “Dejar de comprar productos de origen animal no soluciona el problema”

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RESUMEN:¿Comer productos de origen animal perjudica a los animales? ¿comprar productos de origen animal perjudica a los animales? ¿es inútil que dejemos de comprar productos de origen animal sabiendo que otros los seguiran comprando? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

Comer productos de origen animal (incluído el canibalismo) no es éticamente incorrecto, pues no se perjudica a nadie, pero la experiencia y la intuición nos dicen que no es adecuado hacerlo debido a las consecuencias negativas que estimamos que produce para consecución de un mundo ético. Es la compra de productos y servicios de origen animal lo que promueve su explotación y matanza. No es cierto que la participación o la no participación del individuo en una acción sea irrelevante para conseguir un objetivo colectivo, puesto que la totalidad de la participación es la suma de cada participación individual: millones de veganos ya han conseguido una reducción en el número de víctimas de la explotación animal. La persona que dice «aunque yo deje de comprar productos de origen animal, otros lo seguirán haciendo» está intentando evadir su responsabilidad ética en la consecución del objetivo que dice defender.

Palabras clave: comer, comprar, consumo, demanda, oferta, responsabilidad

La diferencia entre comprar y consumir. No es lo mismo comprar algo que consumirlo, y no tiene las mismas consecuencias. Podemos Todos sabemos qué es «comprar»: «1. tr. Obtener algo por un precio». Y qué es «consumir»: «1. tr. Destruir, extinguir. U. t. c. prnl.» o «2. tr. Utilizar comestibles u otros bienes para satisfacer necesidades o deseos». Al comer algo, lo consumimos. Hay personas que pagan para adquirir productos y servicios de origen animal (los compran) y después los consumen (comen, usan, etc.) o no. Cuando se compra un producto o un servicio de origen animal el mal está hecho, se consuma o no. Por ejemplo, si compramos carne entonces financiamos el mal que la industria animal le hace a quienes no son humanos, independientemente de que después la comamos o no. A priori, el hecho en sí de comer o usar productos de origen animal (incluidos los de origen humano) no hace mal a nadie, es éticamente correcto, pues no se pueden frustrar los intereses de quien murió. El problema es que estimamos que hacerlo tiene malas consecuencias:


El veganismo reduce la producción de carne
Algunas personas dicen que dejar de comprar productos y servicios de origen animal no reduce el número de víctimas. Nos vamos a centrar en la alimentación. En 1980, Peter Singer reconoció en «Utilitarianism and Vegetarianism» (p.335), publicado en la revista «Philosophy and Public Affairs», que existen umbrales de consumo por debajo de los cuales el consumo vegetariano no produce ningún cambio en la oferta de productos de origen animal. En el sistema económico capitalista, a los propietarios de las grandes empresas les sale más barato producir siempre lo mismo y tirar lo que no se compra que estar ajustando continuamente la cadena de producción en función de variaciones en la demanda. Hasta que la demanda de un determinado producto no se reduce a una cierta cantidad D, una menor demanda no se traduce en un menor número de unidades producidas. Si bien esto es cierto, la relación pagar-matar puede existir a nivel individual, antes de llegar a un punto D de demanda, pues en algunos pequeños negocios se matan animales a pedido. Es cierto que si todos los humanos consumieran productos de origen animal y sólo uno de ellos decidiera practicar el veganismo entonces, a priori, no se produciría ningún impacto positivo para los animales explotados, pues una pequeña reducción en la demanda no produce una pequeña reducción en la producción. El error en este planteamiento está en no tener en cuenta a los millones de personas que ya están practicando el veganismo y que en conjunto no aumentan la demanda de productos de origen animal. Ahora mismo, millones de animales (no existentes) no están siendo explotados y matados gracias a millones de veganos: les han salvado de padecer eso. Por lo tanto podemos afirmar que quienes practican el veganismo, en su conjunto, ya están produciendo un impacto positivo en cuando a que existen menos animales que son explotados y matados que si no lo practicaran. La práctica del veganismo ya redujo el consumo de productos de origen animal por debajo del punto D de demanda.  Para seguir reduciendo las ventas es necesario seguir aumentando el número de personas que dejan de comprar productos de origen animal y en su lugar practican el veganismo.

Algunas personas dicen que al comprar productos de origen animal no están perjudicando a quienes no son humanos, sino que los responsables son otros. Estas personas intentan aislar lo que hacen, es decir, comprar productos de origen animal, de la explotación y matanza de quienes no son humanos. A esta idea se la llama «rechazo a la divisibilidad de la responsabilidad». En 1975, Jonathan Glover publicó en «Proceedings of the Aristotelian Society» un artículo titulado «It makes no difference whether or not I do it»  («No introduce ninguna diferencia el hecho de que yo lo haga o no»), en el cual investiga las implicaciones que comporta el rechazo a la divisibilidad de la responsabilidad y defiende el «principio de divisibilidad del daño». Para demostrar lo absurdo que es negar que individualmente seamos responsables de una parte de los daños que causamos colectivamente, aunque cada uno de nosotros no cause un daño perceptible, Glover nos pone el ejemplo de «los 100 bandidos armados y los 100 aldeanos desarmados»:

«Imaginemos una aldea donde 100 hambrientos individuos están a punto de almorzar su diaria ración de 100 porotos. De repente, 100 hambrientos bandidos toman por asalto la aldea. Cada uno de estos 100 bandidos roba a uno de los individuos la ración entera de 100 porotos, y luego huye. A la semana siguiente los 100 bandidos planean repetir su expedición a la aldea. Uno de ellos pregunta al resto si es correcto robar a los pobres. Otro bandido propone que para no sentir la responsabilidad de estar robando a los pobres, cada bandido debería robar solo un poroto a cada aldeano. Como la pérdida de un poroto no debería ser tan catastrófica para cada aldeano, cada bandido seria solo responsable por un pequeñísimo daño. Los bandidos llevan adelante su plan, robando solo un poroto de cada aldeano y huyendo con sus propias bolsas llenas con 100 porotos. Los bandidos duermen en paz, creyendo que cada uno ha hecho un pequeño daño. Los aldeanos sienten que el daño es exactamente igual al de la semana anterior…» Jonathan Glover (1975); en “The Ethics of What we Eat” de Peter Singer y Jim Mason (2006)

En 1984, en su libro «Reasons and Persons» (p.75), Derek Parfit (1942-) denominó «el quinto error en las matemáticas morales» a la idea según la cual una acción sin efectos perceptibles es éticamente correcta. En 2002, Peter Singer se apoyó en el ejemplo de Glover en su ensayo «Una filosofía vegetariana» (pp.93 y ss).

Algunas personas reconocen que al comprar productos de origen animal son responsables de perjudicar a los  animales, pero no actúan porque dicen que aunque ellos no los compren eso no soluciona el problema porque otros seguirán comprándolos. Estas personas usan la falacia del continuum o argumento de continuidad. No es cierto que la participación o la no participación del individuo en una acción sea irrelevante para conseguir un objetivo colectivo, puesto que la totalidad de la participación es la suma de cada participación individual. Por lo tanto, si alguien realmente quiere conseguir un objetivo colectivo entonces deberá actuar de acuerdo a ello para cumplir con la parte que corresponde. Cada humano que practica el veganismo cuenta, pues deja de ser parte del problema y se convierte en parte de la solución. Un ejemplo clásico de la falacia del continuum es la paradoja sorites o paradoja del montón, atribuida a Eubulides de Mileto (s. IV a.C.), filósofo griego de la escuela megárica: «¿Dos granos de trigo son montón de trigo?—No. —¿Y añadiéndoles otro grano? —Tampoco. —¿Y añadiendo otro? —Tampoco. —Luego nunca habrá montón, mientras se añadan uno a uno». Cada granito de arena es parte de la solución, cada uno de ellos ya es montón.



Jane Goodall - La solución a todos los problemas (Link)


Algunas personas dicen que practicar el veganismo no es una buena estrategia para influenciar a otras personas para que no perjudiquen a los demás animales. Suelen referirse sólo a la alimentación de la práctica vegana. En lugar de defender el veganismo, estas personas hablan de «facilitar los medios para que respetar a los demás animales suponga menos esfuerzo»: carne in vitro, bajar los precios de alternativas veganas, etc. Es decir, que todo siga igual, pero sin necesidad de explotar ni de matar animales. El primer error de estas personas es negar la experiencia y evidencia de que muchos veganos influyeron a otros para hacerse veganos, demostrándoles que es una práctica totalmente viable. El segundo error que cometen estas personas es afirmar que practicar el veganismo impide que se puedan facilitar los medios a otros para que lo practiquen. Por lo tanto, practicar el veganismo es una estrategia necesaria, que se puede complementar con otras, para promover el respeto a los demás animales, pero estas personas usan la escusa «practicar el veganismo es dificil» para seguir consumiendo productos de origen animal, son parte del problema que supuestamente les preocupa.





ARGUMENTO: “Explotar y matar a los animales es éticamente correcto porque lo hace la mayoría”

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RESUMEN:¿Lo que se dice es real dependiendo de que sea apoyado por la mayoría? ¿una acción es éticamente correcta porque la hace la mayoría? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

Cuando algo es dicho o hecho por una mayoría de las personas se suele decir que ese algo es «normal», el problema es que se suele asociar la idea de «normal» con la idea de «realidad» y de «éticamente correcto». Las personas que hacen dicha asociación de ideas están utilizando la falacia ad populum, pues tanto la realidad de un hecho, como un razonamiento ético correcto no dependen de lo que una mayoría de las personas digan o hagan. Esto es así porque la «realidad» es independiente de que se piense sobre ella, existe por sí misma; asimismo lo éticamente correcto depende de la Lógica, cuyas leyes lógicas tampoco dependen de opiniones. Por lo tanto, del hecho de que una mayoría de personas humanas legitimen la explotación y matanza de otras personas no es cierto que dicha práctica sea éticamente correcta.

Palabras clave: ad populum, democracia, falacia, normal, política, referéndum, votar

Minorías, mayorías y consenso. Si no hay un empate entonces existe una mayoría de personas que comparten una misma opinión sobre un determinado tema de la realidad o de Ética. El término "mayoría" es ambigüo, pues puede referirse a una mayoría parcial de humanos o a la mayoría del total de humanos existentes; entendiendo que sólo en la especie humana hay personas con capacidad para votar sobre una determinada cuestión. El consenso es un «acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo o entre varios grupos», es una mayoría total; si una persona no está de acuerdo entonces no hay consenso.

Algunas personas dicen que si una mayoría de personas afirma algo entonces ese algo es real. Esta idea se origina en la errónea idea del relativismo cognitivo, es decir, relativismo respecto a lo que ES[1], pero le añade la idea de mayoría. Si la realidad dependiera del número de personas que afirman algo entonces no existiría la realidad, sino sólo la verdad u opinión de cada conciencia. Esto no puede ser posible porque la conciencia es un fenómeno que emerge de la materia y no al revés. La realidad existe, aunque cada una de ellas no la perciba exáctamente igual por los sentidos. Una votación no cambia la realidad.

Algunas personas dicen que si una mayoría de personas afirma algo entonces ese algo es éticamente correcto. Esta idea se origina en la errónea idea del relativismo ético, es decir, relativismo respecto a lo que DEBE ser[2], pero le añade la idea de mayoría. Por ejemplo, algunas personas creen que explotar y matar a quienes no son humanos para consumir sus cadáveres es éticamente correcto porque lo hace la mayoría de humanos. Este argumento no apela a la tradición[4], sino al número de personas que apoyan algo. Argumentar que «la mayoría afirma o argumenta X, por lo tanto X es correcto» es un argumento falaz conocido como ad populum o sofisma populista (popular appeal or appeal to the majority). La falacia ad populum se trata de una variedad de la falacia ad verecundiam, pero en este caso siendo la autoridad una mayoría de personas en lugar de una minoría. Si la valoración ética de un hecho dependiera del número de personas que lo consideran aceptable entonces no existiría la Ética, sino meras convenciones sociales aceptadas mayoritariamente en una determinada época o sociedad. Así lo denunció León Tolstoi (1828-1910) en su novela «Guerra y paz»: «…y empezó la guerra, es decir, ocurrió un hecho opuesto a la razón humana y a la naturaleza humana. Millones de hombres perpetraron, unos contra otros, tan innumerables crímenes, fraudes, traiciones, robos, incendios y asesinatos como en siglos enteros no se registran en los anales de todos los tribunales del mundo, pero aquellos que los cometieron no los veían en ese momento como crímenes».

La democracia debe tener una Constitución basada en la realidad y en la Ética. Todo esto nos lleva a plantearnos los límites de la libertad democrática, que de hecho ya está limitada por la normativa constitucional de cada país, por otras leyes y por legislación internacional. No se permitiría un referéndum sobre si se debe legalizar la explotación y matanza de una minoría étnica de la especie humana, en cambio, en las sociedades especistas parece un mal menor plantear un referéndum sobre si se deben permitir las corridas de toros, pues la sociedad no está rigiendo sus normas por la racionalidad ética, sino por pasiones irracionales.





ARGUMENTO: "Los animales no tienen lenguaje"

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RESUMEN:¿El lenguaje es lo que crea la conciencia? ¿todos los humanos tienen lenguaje? ¿tienen lenguaje los animales no humanos? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

La conciencia no sólo está compuesta por enunciados, también está compuesta por imágenes, emociones y sentimientos. La ciencia reconoce la existencia de conciencia en animales no humanos sin necesidad de que tengan un lenguaje. Existen millones de humanos que no tienen lenguaje y animales no humanos que tienen uno.

Palabras clave: lenguaje, zoosemiótica

Quienes no son humanos poseen muchas características[1], pero ya explicamos que la característica que diferencia a las personas de las cosas es «tener una conciencia»[2].

Algunas personas dicen que tener lenguaje es lo que «activa» la conciencia. Existe una línea vaga de pensamiento filosófico, derivada quizá de algunas doctrinas asociadas con Ludwig Wittgenstein (1889–1951), según la cual no podemos «significativamente» atribuir estados de conciencia a seres sin lenguaje, es decir, que si un ser no tiene un lenguaje entonces no puede pensar. Está muy extendida la creencia de que la conciencia «se activa» con la capacidad de formar conceptos abstractos, de planificar el futuro o de usar un lenguaje. Esta idea es errónea. La conciencia no sólo está compuesta por enunciados, también está compuesta por imágenes, emociones y sentimientos. En 1997, la zoóloga y etóloga Temple Grandin (1947–) publicó un artículo titulado «Hay que pensar como los animales» en el que explica como su autismo sólo le permite pensar en imágenes: «Yo carezco de todo tipo de pensamiento basado en el lenguaje. Mis pensamientos son en imágenes, como si tuviera una cinta de video en la mente. Cuando rescato algo de mi memoria, solamente veo imágenes. Durante mucho tiempo, pensé que todo el mundo pensaba así, hasta que comencé a hablar con otras personas sobre la forma en que pensaban. Comprendí que hay una escala muy amplia en los estilos de pensamiento, desde el pensamiento totalmente visual, como el mío, hasta el pensamiento totalmente verbal. Los artistas, los ingenieros y los buenos entrenadores de animales, tienden a tener un pensamiento muy visual; los contadores, los banqueros y la gente que opera en los mercados de futuros tienden a desarrollar un pensamiento muy verbal, y sus procesos mentales contienen escasas imágenes». Además, la ciencia reconoce la existencia de conciencia en animales no humanos sin necesidad de que tengan un lenguaje[3].

Algunas personas que erróneamente dicen que quienes no son humanos no tienen conciencia, dicen que tampoco tienen lenguaje. Estas personas suelen decir que todos los humanos tienen lenguaje (conciencia), haciendo uso de la falacia ecológica[4], pues existen millones de humanos que no tienen lenguaje: bebés y humanos con afasia. La afasia es una disfunción en los centros o circuitos del lenguaje del cerebro que imposibilita o disminuye la capacidad de comunicarse mediante el lenguaje oral, la escritura o los signos, conservando la inteligencia y los órganos fonatorios; también los niños ferales (criados por animales no humanos o confinados) pueden no tener lenguaje. Muchos animales no humanos presentan comunicación, ya sea mediante la estructura de un lenguaje o mediante ciertas señales. Se han realizado experimentos que han mostrado la capacidad comunicativa de animales no humanos. A continuación los iremos enumerando.






MONOGRÁFICO: Ganadería, caza e incendios forestales

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La ganadería es una de las principales causas de deforestación, de derroche de agua dulce y de contaminación de la tierra, del agua y del aire. Por esta razón hoy es inconcebible que existan personas que se autodenominen "ecologistas» si no rechazan los productos de origen animal mediante la práctica del veganismo[1]. A todo esto se suman los incendios forestales, en los que mueren quemados miles de animales no humanos, y a veces humanos. Si bien pueden existir excepciones, existe una clara relación entre los incendios forestales provocados que se producen en todo el mundo, y los intereses de ganaderos y de cazadores.

La ganadería intensiva cada vez necesita más campos de cultivo para alimentar con piensos a cada vez más miles de millones de animales que son explotados y matados en granjas y mataderos por su carne, leche y huevos. Asimismo, la ganadería extensiva, combina los piensos con pastizales. En ambos casos se deforestan los bosques para crear campos de cultivo y pastizales. Recientemente, un avanzado análisis matemático demuestró que evitar la deforestación requiere un cambio planetario de los hábitos dietéticos, lo cual se sumó a lo mismo que decían otros muchos estudios publicados antes.

Según informe fiscal, las quemas son la causa de incendios forestales más abundante en España. El portal de investigación EspañaEnLlamas.es ha calculado que entre 2001 y 2013 se han producido 214.012 incendios forestales en España que quemaron 1.518.311 hectáreas (ha), una superficie mayor que la que tienen 9 de las 17 Comunidades Autónomas españolas, entre ellas: Murcia, Asturias, Navarra, Madrid o País Vasco. Las causas de los fuegos han sido campesinos que querían eliminar matorral o residuos agrícolas, y por pastores y ganaderos que buscaban regenerar el pasto. Otro millar pretendía ahuyentar animales (lobos, jabalíes) y otros 2.300 estuvieron causados por cazadores hartos de los molestos matorrales.

El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil se encarga de las investigaciones policiales en todo el Estado, salvo en el País Vasco, junto a la colaboración técnica de los agentes forestales. En algunas regiones cooperan con otros cuerpos policiales y con diversas unidades de investigación de las administraciones autonómicas. En ese sentido, el capitán del SEPRONA Salvador Ortega sostiene que en algunas zonas rurales muy pobladas todo el mundo sabe quién provoca los incendios, pero el fuego es una herramienta de gestión de las actividades económicas: «hoy por ti, mañana por mí», por lo que resulta difícil que haya declaciones.

En marzo de 2016 Jesús Oria, consejero del medio Rural, presentó en el Parlamento las directrices del borrador del Plan de Gestión del Lobo, que establecen multas de 10.000 euros por matar un lobo, demás de la multa por caza furtiva prevista en la Ley regional de Conservación de la Naturaleza. Por su parte, Comisiones Obreras (CCOO) alertaba contra posibles acciones de los ganaderos por dicho plan, que ejemplificaban con pintadas: «Por cada oveja que me mate el lobo una mecha». Amenazas que, según SOS lobo Cantabria, han ido en aumento. En abril 2016 aparecieron numerosas pintadas en Cantabria (España) amenazando con quemar el monte si continuaban las políticas de protección al lobo.

La noche del sábado 19 de diciembre de 2015, un día antes de las Elecciones Generales, se producían hasta 147 incendios simultáneos en Asturias (España), en una época de riesgo bajo de incendios. Los fuegos afectaron también a Cantabria –con unos cuarenta focos-, al País Vasco, Navarra y Galicia. En total, varios miles de hectáreas de monte y bosque quedaron calcinadas en la cornisa cantábrica. Sólo en Asturias, ardieron 3.500 hectáreas. En un principio, la principal línea de investigación de la Guardia Civil fue la de un complot coordinado de decenas de pirómanos, pero se abandonó a favor de la idea de que fueron ganaderos y cazadores de las zonas próximas a los focos. Según explican, ambos colectivos tienen «intereses» en los resultados que producen estos incendios. Por una parte, los ganaderos obtienen más pastos para su ganado, y los cazadores «fuerzan a algunas especies a abandonar su habitat protegido hacia zonas donde se puede permitir la caza». Además, ambos colectivos tienen un «enemigo común: el lobo». La población de lobos ibéricos ha aumentado exponencialmente en la última década gracias a políticas de protección de la especie.  Pese a que sigue estando amenazado, el lobo ibérico ha repoblado los montes de la cornisa cantábrica, especialmente los Picos de Europa y amplias zonas de Asturias. Representa «un contratiempo para ganaderos y cazadores». A los primeros supone una amenaza para el ganado, mientras a los segundos pone en riesgo la población de especies que cazan. El objetivo de los fuegos, en estos casos, sería «forzar a la población de lobos a irse de estas zonas» boscosas, donde habitan. De hecho, aseguraban fuentes del SEPRONA, que en algunas áreas donde se registraron los focos de los incendios habían aparecido lobos muertos por disparos. El 26 de febrero de 2016 se daba por concluída la investigación de la Guardia Civil, con dos detenidos y 12 imputados. Uno de los imputados era una persona con problemas psiquiátricos. Los 13 restantes eran ganaderos, según explicaron fuentes del SEPRONA de la Guardia Civil. Según la misma fuente, se constató que buscaban su «beneficio» para «conseguir más pastos». Este tipo de incendios es habitual.

Los incendios son parte esencial de la actividad ganadera. En 2011 se reveló que José Carlos Lantarón, concejal del PP en Las Rozas de Valdearroyo (Cantabria) y recién nombrado responsable municipal de Medio Ambiente, había sido condenado a seis meses de cárcel y a pagar 1.800 euros de multa por incendiar el monte. Lantarón, propietario de 100 vacas, se defendió afirmando que la quema es una necesidad para los ganaderos: «Las árgumas [planta de maleza] no sirven para nada más que para las culebras».

Rechazar los incendios es una más de las razones por las que deberíamos de dejar de consumir productos de origen animal. Al financiar la ganadería, además de financiar el sufrimiento y la matanza de quienes no son humanos, también financias los incendios forestales.



ARGUMENTO: “Es éticamente correcto explotar y matar a los animales porque no son humanos”

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RESUMEN:¿Debemos respetar a quienes son humanos porque son humanos? ¿no debemos respetar a quienes no son humanos porque no son humanos? ¿Qué es un argumento circular? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

El hecho de pertenecer a la especie humana no lleva consigo ningún statusético especial. El especismo es una discriminación arbitraria que, como todas las demás discriminaciones, viola el Principio de Igual Consideración de Intereses. La discriminación especista no considera por igual los intereses de alguien sólo por el hecho de que pertenece a una especie determinada, lo cual es arbitrario. La crítica al especismo no nos da la razón por la que debemos respetar a los demás, sino que nos muestra que por la misma razón que respetamos a los individuos de la especie humana debemos respetar a los individuos de otras especies. La crítica al especismo es válida desde cualquier planteamiento ético que hayamos asumido.

Palabras clave: antropocentrismo, argumento circular, discriminación, especismo, falacia de petición de principio

Quienes son de la especie humana no deben ser respetados por ser de la especie humana, como defiende el antropocentrismo[1], sino porque si un ser tiene una conciencia entonces tiene intereses respecto a lo que siente; esta idea se llama sensocentrismo[2]. No considerar los intereses de todas las personas por igual, sea para bien o para mal, viola el Principio de Igual Consideración de Intereses, lo cual produce todo tipo de discriminaciones arbitrarias[4]. Por otro lado, el bien y el mal son hechos objetivos: la satisfacción y la frustración de intereses respectivamente[5]. Si tratamos a alguien como no quiere ser tratado entonces le maltratamos, por ejemplo si agredimos a alguien o decidimos que muera quien quiere seguir viviendo. En base a la existencia del bien y del mal, inferimos el deber y la Regla de Oro de la Ética: a priori, los intereses no deben ser frustrados[6].

Algunas personas dicen que no debemos considerar por igual los intereses de quienes no son humanos. Estas personas dicen que satisfacer un gusto culinario, estético o de ocio justifica la frustración que produce la explotación y la matanza, pero sólo en el caso de que la víctima no sea de la especie humana. Estas personas violan el Principio de Igual Consideración de Intereses[4] produciendo una discriminación arbitraria llamada especismo, que en este caso concreto es especismo antropocéntrico, pues se origina al defender el antropocentrimo.  La discriminación especista no considera por igual los intereses de alguien sólo por el hecho de que pertenece a una especie determinada, lo cual es arbitrario.


Los animales no humanos no son especistas por matar a quienes son de otras especies, pues actúan movidos únicamente por el interés propio. Por ejemplo, Óscar Horta afirma en su artículo «Acerca de la idea (errónea) de que los animales no humanos son especistas» que los animales no humanos no son especistas: «los animales no humanos no actúan, por lo normal, conforme a lo que sería una posición especista. Es así de simple. La idea de que actúan buscando favorecer a los animales de su propia especie por encima de los demás es incorrecta. O por lo menos lo es en la gran mayoría de los casos. La realidad es que un inmenso número de animales actúan movidos únicamente por el interés propio», es decir, por egoísmo. De todas formas esto es una curiosidad que no tiene implicaciones para los seres humanos que son agentes éticos, pues la Ética no consiste en imitar, sino en hacer lo éticamente correcto[8].

El antiespecismo carece de contenido ético, sólo denuncia un tipo de desigual consideración de intereses, para bien o para mal, hacia quienes son de diferente especie. La crítica al especismo no nos da la razón por la que debemos respetar a los demás, sino que nos muestra que por la misma razón que defendemos que se debe respetar a unos, también se debe respetar a quienes son de otras especies. Sólo muestra una incoherencia. La crítica al especismo es válida para cualquier planteamiento ético que se haya asumido, pero no juzga dicho planteamiento, por lo tanto alguien podría estar defendiendo el antiespecismo desde un planteamiento ético erróneo.

Algunas personas dicen que rechazar el especismo nos lleva a valorar a todos los seres sintientes por igual. Esta idea se origina en el error de confundir el respeto con el valor: si bien debemos respetar a todos por igual, eso no quiere decir que las vidas de todos a los que respetamos tengan igual valor subjetivo y objetivo. Así lo explica Peter Singer (1946-) en su libro «Liberación Animal»: «Esto no significa que para evitar el especismo, tengamos que mantener que es igualmente condenable matar a un perro que matar a un ser humano normal. La única postura irremediablemente especista es aquella que sitúa el limite del derecho a la vida exactamente donde está el de nuestra propia especie». El criterio objetivo para valorar la vida de las personas no puede ser otro que «su aportación para el avance hacia un mundo ético»[9].


El especismo queda en evidencia si se supone la existencia de extraterrestres de una especie no humana. Un ejemplo con el que fácilmente podemos darnos cuenta de la existencia de la discriminación especista y de su irracionalidad es imaginando que unos extraterrestres de otra especie se presentaran ante los humanos en son de paz y que algunos humanos dijeran que no debemos respetarles porque son de otra especie. En el supuesto caso de que existieran individuos de una especie (o cualquier otra característica arbitraria: raza, nacionalidad, planeta, etc.) que fueran mucho más poderosos e inteligentes que los individuos de la nuestra no nos parecería justo que estos considerasen de manera desigualitaria los intereses de quienes pertenecen a otras especies, pues eso incluiría a la especie humana. Tom Regan (1938-) lo explica así en su artículo «Ganancias mal adquiridas»[1]:


Tras la violación del Principio de Igual Consideración de Intereses, que implica la discriminación especista, se esconde la idea de que tener el poder es tener la razón. En el fondo, quienes defienden el especismo se apoyan en el hecho de que los individuos de la especie humana a la que pertenecen es, en conjunto, la más poderosa en cuanto a la capacidad para dominar a otros, es una discriminación oportunista para intentar legitimar el poder del fuerte sobre el débil. Dicho mecanismo ideológico también es utilizado entre humanos usando otras discriminaciones arbitrarias.


Discriminación (Link)





ARGUMENTO: “Tú no eres la persona más apropiada para decirme que debo ser vegano”

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RESUMEN:¿Se puede rebatir una afirmación con ataques personales a quien la hace? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

Algunas personas intentan rebatir afirmaciones de otras personas echándolas en cara errores que éstas cometieron. Esta manera de argumentar atacando personalmente al interlocutor es una falacia conocida como argumento ad hominem. Si algo es éticamente correcto o incorrecto eso es así independientemente de quien lo afirme.

Palabras clave: argumento ad hominem, falacia, tu quoque

Algunas personas intentan rebatir el sensocentrismo y su puesta en práctica mediante el veganismo atacando personalmente a quienes lo defienden. Cuando a algunas personas se les dice que deberían practicar el veganismo responden criticando a quien se lo dice, de tal manera que utilizan dicha crítica personal como razón para rechazar el deber de practicar el veganismo. Por ejemplo, estas personas dicen: «Si toda la vida has consumido productos de origen animal entonces eres el menos indicado para venir ahora a decirnos lo que está bien consumir y lo que no. Si te gusta ser vegano eso es cosa tuya». Estas personas usan una falacia llamada argumento ad hominem, también llamado «ataque personal», «argumento dirigido al hombre», «ad personam». Esta falacia es muy usada en Política y consiste en afirmar la validez o la invalidez de un argumento, basándose en el ataque a la persona que lo sostiene, en lugar de enfocarse en el argumento que dicha persona sostiene. La razón por la cual es un argumento falaz es porque los insultos y defectos de quien dice algo no afectan a la veracidad o al soporte lógico de sus afirmaciones. Cuando algo que se dice es verdad, es verdad, y cuando es mentira, es mentira, independientemente de quien lo diga. En el caso de la Ética, lo que es éticamente correcto o incorrecto no depende de quien lo dice, pues el bien y el mal existen[1] y en ellos se fundamenta el deber, es decir, las normas éticas.





MONOGRÁFICO: Estadísticas sobre vegetarianismo y veganismo

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(Volver a Estrategias para llegar a un mundo vegano)

En esta entrada iremos recopilando información y encuestas sobre veganismo.

Datos de Google Trends



Datos 2050

Mundo: Según una investigación sueca, en 2050 la gran mayoría de la población mundial será vegetariana debido al aumento demográfico y a la escasez del agua. (Fuente: tvanimalista.com, 2012)

Italia: De acuerdo a las previsiones de la relación Italia Eurispes 2011, en el 2050 habrá 30 millones de italianos vegetarianos, lo que significará uno de cada dos italianos. (Fuente: tvanimalista.com, 2012)


Datos 2016

Alemania: El 12 de abril de 2016 Mintel publicó su estudio «Vegetarian meals and meal centres increased seven-fold in Germany between 2011-2015». Según dicho estudio, en el periodo 2011-2015 se ha producido un crecimiento del 633% en productos vegetarianos y un crecimiento de un 1800% en productos veganos. Un 16% de los jóvenes de entre 16 y 24 años se declaran vegetarianoss y un 31% afirman que han incorporado más comidas vegetarianas durante el mismo año. (Fuente: igualdadanimal.org, mintel.com)

Datos 2015

México: El 28 de diciembre de 2015, según Ana Ortega, representante en México y administradora de la campaña de The Humane League, aseguró que el 1% de la población de la ciudad mexicana de La Paz (Baja California Sur) es vegetariana, de ellos el 60% son mujeres y el 40%, hombres.  (Fuente: bcsnoticias.mx)

España: El 16 de agosto de 2015, un artículo titulado «Veganos, la nueva revolución» mencionaba estimaciones no oficiales según las cuales se calculaba que había unos 40.000 veganos en España. Había más de 315 establecimientos censados como veganos, muchos abrieron durante la crisis y comenzaban a ver resultados.

- En 2015, se habla de que el activista Gary Yourofsky ha conseguido que la población vegana de Israel pase del 5% al 13%. [Fuente: metro.co.uk]

Datos 2014

Israel: El 13 de octubre de 2014 se celebró en Tel Aviv el festival «Vegan Fest» que contó con una asistencia de 15000 humanos. Según Imri Paz, organizador del festival: «Con el 4% de israelíes que se declaran veganos, (Israel) es el país más vegano del mundo», dice Omri Paz, organizador del festival «Vegan Fest».[0]

España: En 2011, la web vegetariana Happy Cow (Vaca Feliz) tenía una lista de 353 restaurantes vegetarianos o veganos en España. En 2014, la cifra de restaurantes es de 686, un aumento del 94%. Durante el mismo período, el número de este tipo de restaurantes en el Reino Unido ha aumentado en un 60%, de 842 a 1344.

Países escandinavos: En marzo de 2014, la mayor organización por los derechos animales de los países escandinavos, Djurens Rätt, encargó una encuesta a Demoskop y el resultado fue que el 10% de la población noruega se declaraba vegetariana o vegana, especialmente los más jóvenes. En los últimos 5 años el número de vegetarianos suecos se ha incrementado en un 4%. El 37% de los encuestados no vegetarianos dijo que su interés por la compra de la comida vegetariana había aumentado en el último año, y la creciente demanda de comida vegetariana es notable en todas partes.

EEUU: En marzo de 2014, los datos de consumo de carne en EEUU muestran una caida de más del 12% desde 2007.

Israel: En enero de 2014, en este artículo se hablaba de una estimación de 200.000 veganos en Israel, de una población de 8 millones. En 2013 el 4% de la población de Israel se convirtió en vegetariano y el 5% en vegano, que se añaden al 4% que ya eran vegetarianos o veganos antes de 2013, lo que significa un total de 13% de la población vegetariana o vegana, aproximádamente un millon de israelíes del total de 12 millones. La investigación también muestra que el 18% de la población de Israel ha reducido el consumo de productos lácteos y el 23% ha reducido el consumo de carne (Fuente: periódico GLOBOS).

Datos 2013

EEUU: En 2013, un informe publicado por Public Policy Polling señalaba que un 6% de los estadounidenses son vegetarianos y un 7% son veganos.

Austria: En agosto de 2013, una encuesta realizada por el Empirical Social Studies (IFES) a petición de la organización de derechos animales Verein Gegen Tierfabrik (VGT), indica que en la actualidad el 9% de la población austríaca, que supone un total de 760.000 personas, se alimenta de forma vegetariana o vegana.Dado que en 2005 la cifra de vegetarianos/veganos era del 2,9%, el estudio pone de manifiesto el imparable aumento del vegetarianismo en Austria, que crece en un 300% en tan solo 8 años. Las cifras son especialmente positivas en el caso de la población de entre 19 y 40 años, ya que el porcentaje alcanza el 17% del total de personas en este rango de edad.[10]

Alemania: En junio de 2013, dos artículos publicados por el canal alemán DW mostraron el continuo y rápido crecimiento del veganismo en Alemania, un 800% en los últimos 3 años. Famoso por su cocina llena de carne, el país cuenta con más de 40 restaurantes dedicados a la cocina vegetariana y 600.000 veganos, ocho veces más que hace tres años. El gran aumento se debe principalmente al márketing positivo sobre el veganismo y a la creciente cantidad de productos del sector.

Italia: Crece al 87,3% el rechazo a la experimentación con animales (Fuente: eurispes.eu).

Datos 2012

Brasil: En octubre de 2012, una encuesta del Instituto Brasileiro de Opinião Pública e Estatística (IBOPE) reveló que el 8% de la población brasileña se declaró vegetariana, es decir, 15,2 millones de brasileños. (vista-se.com.br/ibope/)

Mundo: En 2012, un informe publicado por el Worldwatch Institute reveló que la tasa de crecimiento del consumo mundial de carne y la producción ha disminuido en los últimos dos años, a pesar de un aumento en los dos primeros en la última década. El informe indica que la producción de carne ha crecido un 20 por ciento en todo el mundo desde 2001 y global el consumo per cápita de carne ha aumentado en un 15 por ciento desde 1995, con un crecimiento en los países en desarrollo avanzan a un ritmo aún más rápido. Sin embargo, el estudio revela que el consumo per cápita disminuyó en 2011, de 42.5kg a 42.3kg por persona. La disminución se debe en parte a la sequía haciendo subir los precios de alimentación y aumento de casos de enfermedades de los animales en algunas partes del mundo. Otro informe de los proyectos de Rabobank aumento de los precios mundiales de la carne, e indica que los altos precios de conducir a los consumidores a comprar más alimentos de origen vegetal. (Fuente: VegNews)

EEUU: En 2012, el consumo de carne en los Estados Unidos había caído un 12 por ciento desde 2007.

Italia: En 2012, de acuerdo a la Asociación Vegetariana Italiana, Italia es el segundo país, después de la India, por el número de vegetarianos. Se calcula que el 10 por ciento de los y las italianas lo son. Su número, además, está creciendo constantemente. (Fuente: tvanimalista.com, 2012). Según informaba un artículo titulado "Animali. Eurispes: 83% italiani contrario all’uso delle pellicce", el 86,3% de la población italiana se opone firmemente a la vivisección, alegando que el respeto por los animales es mucho más importante que las ventajas o beneficios que los seres humanos podamos obtener de su sufrimiento, según una encuesta realizada por la agencia Eurispes.

Datos 2011

España: En 2011, la web vegetariana Happy Cow (Vaca Feliz) tenía una lista de 353 restaurantes vegetarianos o veganos en España.

Italia: En 2011, según una encuesta realizada por el Instituto Eurispes (Instituto Eurispes) a nivel nacional en Italia, un 3,1% de las personas encuestadas se declararon vegetarianas. Las personas vegetarianas encuestadas alegan un fuerte sentimiento de respeto por los animales, rechazando su explotación por el ser humano (29,5%) y la motivación de proteger y respetar el medio ambiente (4,5%) a la hora de optar por esta forma de alimentarse. El 76,4% de la población italiana se posiciona en su contra de la caza. De acuerdo a las previsiones, en el 2050 habrá 30 millones de italianos vegetarianos, lo que significará uno de cada dos italianos.[1]

EEUU: En 2011, según una encuesta realizada por Vegetarian Resource Group (VRG) a nivel nacional en EEUU, un 2% de los estadounidenses dicen que son vegetarianos mientras que el 3% dice que son veganos.[2]

Datos 2010

España: En octubre de 2010, según datos de la Asociación Animalista Libera, Galicia (España) cuenta con unos 3200 vegetarianos Galicia (España) cuenta con unos 3.200 vegetarianos, de los que 300 son veganos, es decir, que también prescinden de huevos y lácteos en su dieta.[3]

Mundo: De acuerdo con la organización Mexican Vegan, en el 2010 habían aproximadamente 407 millones de veganos en el mundo.

Datos 2009

Francia: En 2009, según datos del Centro de Información sobre la Carne, en Francia entre el 1% y el 2% de la población son vegetarianos.[4]

Datos 2008

Alemania: En 2008, según la encuesta de consumo de alimentos nacional II en Alemania, un 0,1% de las mujeres y un 0,05% de los hombres son veganos.[5]

Datos 2007

Reino Unido: En 2007, una encuesta realizada en Reino Unido reflejó que entre el 0,25% y el 0,4% de su población es vegana.[6]

EEUU: En 2007, una encuesta realizada en EEUU refleja que entre el 0,2% y el 1,3% de la población es vegana.[7]

Datos 2006

España: En enero de 2009, David Román, presidente de la Unión Vegetariana Española (UVE) estimó, en base a una encuesta realizada en 2006 por un estudio de mercado elaborado por una marca alimentaria, que el número de veganos en España podría estar en torno a los treinta mil[8]:

"En España, a diferencia de lo que sucede en otros países, no existen datos oficiales relativos a la población vegetariana. Las cifras que maneja la Unión Vegetariana Española (UVE) se remontan a 2006 y se corresponden con lo recogido en un estudio de mercado elaborado por una marca alimentaria, que indicaba que el número de vegetarianos españoles rondaba el 3% de la población total. En un balance posterior, elaborado por los nutricionistas de la UVE, esta suma disminuyó hasta el 0,8% (unas 368.000 personas) tras excluir a aquellos que aún consumiendo pescado o pollo decían formar parte de este colectivo. De ellos se estima que únicamente el 10% sea vegetalista o vegano. "Los más jóvenes con formación media o superior son quienes muestran más interés por el vegetarianismo a causa de la preocupación que sienten por el trato que se da a los animales en la ganadería intensiva". David Roman, presidente de la Unión Vegetariana Española (UVE)

Datos 2002

Canadá: Una encuesta titulada "Tracking nutrition trends VI" realizada por el National Institute of Nutrition reveló que el 4% de los adultos canadienses decían ser vegetarianos. (Fuente: cps.ca)

Datos década 1990-2000

España: En 1993 comienzan los primeros movimientos de veganismo en España.

Suecia: Varios sondeos y una investigación conducida durante los años 1990 puso el porcentaje de residentes suecos que son veganos entre el 0.27% y el 1.6% de la población.[9]



Estadísticas más antiguas pueden leerse aquí.





ARGUMENTO: “El veganismo no es más ecológico”

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RESUMEN:¿Qué tipo de alimentación daña más el medio ambiente? ¿el estilo de vida vegano es el más respetuoso con el medio ambiente? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

El consumo de productos de origen animal es una actividad éticamente incorrecta, pues frustra los intereses básicos de seres sintientes. El respeto del medio ambiente sólo tiene sentido en cuanto que puede beneficiar a los seres sintientes. El consumo de productos de origen animal es una de las principales causas de la destrucción del medio ambiente, por lo tanto toda aquella persona que se autodenomine "ecologista" debería dejar de consumir productos de origen animal para ser coherente en este sentido. Quienes ya viven de mamera vegana deberían cuidar el medio ambiente, pues lo que daña el medio ambiente perjudica los intereses de quienes viven en él. La práctica del veganismo es más ecológica, razón por la cual todo «ecologista» debería evitar consumir productos de origen animal

Palabras clave: ecologismo, contaminación, deforestación, medio ambiente, recursos hídricos

Algunas personas creen erróneamente que el animalismo y el animalismo vegano son movimientos ecologistas. El animalismo se preocupa por animales concretos, siendo el animalismo vegano o veganismo un animalismo coherente, pues éste se preocupa de todos ellos y rechaza el especismo[1]. En cambio, el «ecologismo» se preocupa por la conservación de especies y de los ecosistemas que estos forman.

Algunas personas dicen que explotar y matar a quienes no son humanos es más ecológico que respetarlos. Las personas que afirman esto suelen ser antropocentristas[1] que se hacen llamar «ecologistas» por defender los ecosistemas y las especies. Si estas personas realmente fueran ecologistas entonces no serían antropocentristas, sino ecocentristas y en tal caso también contemplarían explotar y matar a humanos si ello fuera más ecológico[2]. Los ecosistemas se deben respetar porque en ellos viven seres sintientes que los necesitan. Debemos respetar a otros humanos para no violar la Regla de Oro de la Ética[3], la cual abarca a todos los seres sintientes. A continuación vamos a mostrar que practicar el veganismo es mucho más ecológico que no practicarlo y por ello todo «ecologista» debería evitar consumir productos de origen animal.

(ii) El veganismo y el ecologismo confluyen en un punto. Muchos animales necesitan un medio natural idóneo para poder vivir, y todos, a fin de tener una mejor salud, necesitamos aire, agua y alimentos no contaminados. Así lo expresa Tom Regan en "Diez razones para apoyar los derechos animales y su explicación: "La mayor causa de la degradación medioambiental, incluyendo el efecto invernadero, la contaminación del agua, y la pérdida de la tierra cultivable y el humus, por ejemplo, puede encontrar su origen en la explotación de los animales. Este mismo modelo existe a lo largo del ancho rango de problemas medioambientales, desde la lluvia ácida y la acumulación de residuos tóxicos en el mar, a la contaminación del aire y la destrucción del hábitat natural. En todos estos casos, actuar para proteger los animales afectados (quienes, después de todo, son los primeros en sufrir y morir de esas enfermedades medioambientales), es actuar para proteger la tierra".

El sensocentrismo y su práctica mediante el veganismo, al tener en cuenta el sufrimiento de los animales, crea una sensibilidad beneficiosa para favorecer el cuidado del medio ambiente. Algunos lo han expresado así:

"Hasta que establezcamos un compasivo sentido de parentesco entre nuestra propia especie y aquellos mortales compañeros que comparten con nosotros el sol y la sombra de la vida sobre este agonizante planeta, no habrá esperanza para otras especies, no habrá esperanza para el medio ambiente, y no habrá esperanza para nosotros mismos."Jon Wynne-Tyson

"La compasión en la acción puede ser la gloriosa posibilidad que podría proteger a nuestro multitudinario contaminado planeta."Victoria Moran

Sólo tenemos un planeta y lo estamos destruyendo cada vez a mayor velocidad, junto a sus habitantes. El crecimiento continuo es insostenible en un planeta finito. Las tres medidas ecologistas fundamentales son las tres siguientes:

1º.- REDUCIR: reducción de la población humana mundial;

2º.- REFINAR: reducción del consumo energético por persona: transporte ecológico, anticonsumismo, comprar madera certificada (FSC), vida en ecoaldeas, etc.;

"No comer carne, andar en bicicleta y ser un consumidor recatado: es así como se puede ayudar a frenar el calentamiento global."Dr. Rajendra K. Pachauri, Presidente del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (PICC), París, 15 de enero de 2008

3º.- REEMPLAZAR: uso de energías alternativas limpias que sustituyan a la energía nuclear, al petróleo, etc.

"La industria de la carne es la segunda causa del calentamiento del planeta. Siempre se habla del efecto de la construcción de edificios y del consumo que hacemos en ellos. Por supuesto, se habla del transporte, pero nunca se habla de la industria de la carne. Pues bien: el consumo en edificios es la primera causa; la industria de la carne, la segunda, y el transporte, la tercera."Jeremy Rifkin, Presidente de la Fundación de Tendencias Económicas


La proteína de origen animal forma una parte creciente de la dieta mundial debido a que millones de personas en las llamadas economías emergentes pueden permitirse comprar más carne en su vida diaria. Ello genera sin embargo una enorme presión al alza sobre el precio de los cereales, contribuye a la deforestación creciente del Amazonas, disminuye los recursos hídricos y hace que países como China se dediquen a comprar tierras agrícolas en otros países más pobres para alimentar a los animales que luego asesinarán para comida. Para producir carne se requieren grandes cantidades de fertilizantes, pesticidas, agua y combustible para cosechar los granos que alimentan a millones de animales en las granjas.

A continuación vamos a ir dejando toda la información que avala a la alimentación vegetariana, y en conjunto al veganismo, como una forma de vida más ecológica que una alimentación con productos de origen animal:

- El 11 de agosto de 2015, la revista científica Science publicó un artículo titulado "Meat-eaters may speed worldwide species extinction, study warns" en el que se hace referencia a un estudio en el que se advierte que la producción de carne está acelerando la extinción de especies en todo el mundo.

- El 26 de agosto de 2014 el World Watch Institute publicó el informe "Peak Meat Production Strains Land and Water Resources", elaborado por Michael Renner, en el que se revela que la producción y consumo global de carne se han cuadruplicado desde 1960, causando problemas medioambientales sin precedentes:



En 2014 se extrenó el documental COWspiracy[ver trailer] en el que se muestra cómo las políticas de organizaciones ecologistas están ocultando el impacto de la ganadería en el medio ambiente. Dentro de las organizaciones investigadas en el documental se encuentran Greenpeace, Sierra Club, Surfrider Foundation y Rainforest Action Network.


Documental COWspiracy con subtitulos en español (Link)


En junio de 2014 se publicó en el portal de difusión científica Springer un estudio que lleva por título “Dietary greenhouse gas emissions of meat-eaters, fish-eaters, vegetarians and vegans in the UK” (Emisiones de gases de invernadero provocadas por las dietas de comedores de carne, comedores de pescado, vegetarianos y veganos en el Reino Unido), en el cual se señala que “La producción de alimentos a base de animales se asocia con mayores emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) respecto de la producción de alimentos a base de plantas”. La emisión de dichos gases, como es sabido, está asociada directamente al denominado “cambio climático”.

En 2012, Televisión Española emitió en el programa Documentos TV el documental ámame enCARNEcidamente, en el cual se explica el impacto ecológico de la industria de explotación animal.

En 2010, se extrenó el documental "Meat the Truth" (La verdad sobre la carne). Este documental muestra lo que la película del ex Vicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore, no mencionó en "An Inconvenient Truth" (Una verdad Incómoda) (2006): la industria ganadera es la principal responsable del calentamiento global. Por lo tanto, "Meat the Truth" Fue el primer documental que hizo frente a la relación entre la ganadería y el calentamiento global.

En junio de 2010, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó un informe titulado "Assessing the Environmental Impacts of Consumption and Production: Priority Products and Materials", en el que dice que un cambio global hacia una alimentación sin productos de origen animal es vital para salvar al mundo del hambre, de la escased de combustible y de los peores impactos del cambio climático. Entre otros datos, el informe afirma lo siguiente[6]:

- Una reducción sustancial del impacto ambiental sólo sería posible con un modificación sustancial de la dieta en todo el mundo, dejando de lado los productos de origen animal.
- Los productos de origen animal causan más daño que la producción de minerales para la construcción tales como arena o el cemento, los plásticos o metales. La biomasa y cultivos para los animales son tan perniciosos como quemar combustibles fósiles.
- La producción de carne y lácteos, representa el 70% del consumo mundial de agua dulce, el 38% del uso total de la tierra y el 19% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

En octubre de 2009, Lord Stern, el máximo responsable de la lucha contra el cambio climático en Reino Unido, dijo en una entrevista exclusiva al diario británico The Times que "la única vía para salvar el mundo es que todo el planeta se haga vegetariano". Lord Stern resaltó que la emisión directa de metano en las granjas de vacas y cerdos es la principal fuente de gases de efecto invernadero, pues el metano es 23 veces más agresivo que el dióxido de carbono de cara al calentamiento global. Además señaló que comer carne requiere un uso desmesurado de agua.


Documental "La carne es débil" (Link)


En el 2009, investigadores de los Países Bajos, de la Netherlands Environmental Assessment Agency, publicaron el estudio "Climate benefits of changing diet", en el cual hacen proyecciones de las consecuencias de gas invernadero si la humanidad llegara a comer menos carne, nada de carne o ningún producto de origen animal. Predijeron que el veganismo universal reduciría las emisiones de carbono relacionadas a la agricultura en un 17 por ciento, las emisiones de metano en un 24 por ciento y emisiones de óxido de nitrógeno en un 21 por ciento para el 2050. El vegetarianismo universal similarmente resultaría en reducciones impresionantes de emisiones de gas invernadero.

CABAÑA GANADERA:

Los veganos defensores de los derechos de los animales no proponemos que se liberen ahora mismo a los millones de animales que se encuentran en cautividad en las granjas sino que la gente se haga vegana dejando de consumir productos de origen animal -cosa que no se producirá de golpe-, lo cual si es seguido haría reducir progresivamente la cabaña ganadera. De hecho no hay otra manera realista de concebir el cambio que proponemos.

En 2007, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó un artículo titulado "La diversidad de los animales de granja se encuentra amenazada" en el que se indicaba que la cabaña ganadera a la que hay que alimentar cada día con soja, cereales, etc. para que los animales engorden era el siguiente[8]:

- Pollos: 17000 millones.
- Bobinos: 1300 millones.
- Cerdos 1000 millones.
- Ovinos: 1000 millones.
- Cabras: 800 millones.

En Sudamérica, donde 400 millones de hectáreas de cultivos de soya se usan para alimentar animales para el consumo humano, solo se necesitarían 25 millones de hectáreas para alimentar directamente a todos los humanos del mundo.

El ganado ocupa el 26 % de la superficie terrestre libre de hielo. La ganadería utiliza el 70% de la tierra agrícola del mundo para producir piensos.


PÉSIMA EFICIENCIA DE LA PROTEÍNA ANIMAL EN EL USO DE SUELOS:

En diciembre de 2011, se publicó un estudio realizado en colaboración con Greenpeace Austria y el Sustainable European Research Institut (SERI) para comparar el impacto ecológico de las carnes animales y el de alternativas vegetales (seitán, tofu y soja texturizada). Incluso la soja convencional elaborada en Brasil es cuatro veces más sostenible que la "carne ecológica" de animal. Para la producción de 1 kg de carne animal ecológica se necesitaron 46,02 m² al año, para la soja ecológica tan solo 0,73 m².

Hay que producir 900 kilogramos de vegetales para obtener un kilogramo de carne.

En noviembre de 2009, el periódico Tribuna publicó una entrevista a Luis Antonio Oro Giral, Premio Nacional de Investigación "Enrique Moles" en Ciencia y Tecnología Químicas de 2007, donde dijo lo siguiente[9]:

"en el futuro habrá que cambiar la alimentación. Como seres humanos no somos capaces de construir ninguna proteína y las extraemos de los alimentos, pero la eficiencia de un bóvido es pésima, porque tiene que tomar cien kilos de proteína para que nosotros tomemos cinco, lo que implica unas pérdidas increíbles. El animal más eficiente es el pollo, porque de cien kilos asimilas veinticinco, pero con una humanidad creciente, la posibilidad de que nos alimentemos todos a través de carne me parece imposible. Cuando pensemos en qué proteínas necesita un ser humano para vivir razonablemente, tenemos que considerar seriamente que el futuro pasa por la proteína vegetal, porque el sistema de proteína animal es muy poco eficiente y además nos mete mucho colesterol. Así que en el futuro quizás seamos todos vegetarianos."Luis Antonio Oro Giral

Según David Pementel, de Cornell University:

"Por término medio, se requieren 28 calorías de energía de combustibles fósiles para producir 1 caloría de proteína de carne para el consumo humano, [mientras que] hacen falta solamente 3,3 calorías de energía de combustibles fósiles para producir 1 caloría de proteína de cereales para el consumo humano."David Pimentel, Cornell University

En 1997, un estudio titulado "Water resources: agriculture, the environment and society", indicaba que la baja razón de conversión energética de los piensos en carne es otro motivo de preocupación, ya que parte de los cereales producidos se destinan a la producción pecuaria. Por otra parte, los requisitos de tierra y agua para la producción de carne también pueden representar un problema importante, pues la mayor demanda de productos de origen animal se traduce en sistemas de producción pecuaria más intensivos[10].

En 1990, un estudio titulado "The effect of dietary changes on agriculture", calculó que el número de personas alimentadas en un año por cada hectárea varía entre 22 personas para las papas o 19 para el arroz y 1 y 2 personas para la carne de vacuno y el cordero, respectivamente[11].



Eficiencia en el uso de suelos - Libras de proteína de soja, arroz, maíz, otras legumbres, trigo,
leche, huevos, carne de todos los tipos y carne de vacuno, producidas por acre de terreno.
(1 libra = 0,45359237 kg y 1 acre = 0,40468564224 hectareas).


En 1971, Frances Moore Lappe publicó el libro Diet for a Small Planet (Dieta para un planeta pequeño), con más de tres millones de copias se convirtió en un best-seller y en un libro pionero en denunciar que la producción de carne alimentada con grano es un desperdicio y una contribución a la escasez mundial de alimentos por una política alimentaria ineficaz. Comer una dieta centrada en el planeta, sostuvo, es elegir lo mejor para la tierra y nuestros cuerpos, una acción cotidiana que se encuentra a nuestro alcance para crear un mundo más sano.


LA GANADERÍA PRODUCE DEFORESTACIÓN:

La ganadería es la principal causa de la deforestación. Los bosques son talados para crear pastos y tierras de cultivo para la alimentar al ganado, que hace que el dióxido de carbono almacenado en los árboles sea liberado.

El 19 de abril de 2016, se publicó en «Nature Communications» un estudio titulado «Exploring the biophysical option space for feeding the world without deforestation». El estudio presenta un modelo matemático, desarrollado por Karl-Heinz Erb y sus colegas del Instituto de Ecología Social de Viena, que compara 500 posibles escenarios para alimentar al mundo en 2050 y revela con claridad que, si no queremos destruir más bosques, la extensión de la actual dieta occidental a todo el planeta resulta insostenible: el 100% de los escenarios son viables si toda la población mundial se vuelve vegana; el 94% lo son si se adopta el relativamente más laxo vegetarianismo ovolácteo; dos tercios si la dieta media se mantiene como hoy; y solo el 15% si el planeta adopta la actual ingesta occidental de carne. (Fuente: elpais.com). La revista Science thabló sobre el estudio en un artículo titulado «Veganism could save the world, new study argues».

En enero de 2016 se publicaba elcomercio.es la noticia «Asturias se sitúa a la cabeza de los incendios forestales en España», en la que se da la cifra de que entre 2002 y 2012 se registraron en Asturias 1.294 incendios, de los que 1.070 fueron intencionados y 162 provocados por negligencias. En diciembre de 2015, 453 fuegos calcinaron 10.146 hectáreas en Asturias, que según los bomberos fueron provocados por ganaderos y cazadores, hipótesis defendida también por la Guardia Civil. Según Iñaki Aranzeta, responsable del Proyecto Roble, se estima que un 80% de los fuegos en Asturias (España) son originados por ganaderos y cazadores, lo cual supondría 1035 de los 1070 incendios intencionados entre 2002 y 2012. Los ganaderos producen incendios para crear pastizales y los cazadores para sacar a los animales de las zonas boscosas protegidas y que vayan a las zonas de caza. [Monográfico: ganadería, caza e incendios forestales]


En enero de 2009, Greenpeace España publicó un estudio titulado «Impacto de la ganadería en la Amazonía», donde se traza un mapa de las zonas de pasto de la Amazonia brasileña en el estado de Mato Grosso. Para ello, se ha empleado un nuevo método basado en el análisis de imágenes emitidas desde el satélite MODIS (Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer) para identificar las áreas deforestadas que se utilizan actualmente con fines ganaderos y compararlas con aquellas destinadas a cultivos. En él puede leerse lo siguiente: «La ganadería, actividad que se ha extendido de forma continuada desde principios de los setenta, es la principal responsable de la deforestación de la Amazonia  y el resultado de más de treinta años de políticas gubernamentales que han priorizado las inversiones en infraestructuras (carreteras, embalses) y la ocupación del territorio (migraciones inducidas) así como la financiación pública de dichas actividades. Hoy en día, el territorio forestal ocupado ilegalmente resulta extremadamente barato, por lo que la cría de ganado en estas tierras es un negocio muy lucrativo que se encuentra en continua expansión. (...)  Brasil tiene el mayor número de cabezas de ganado comercial del mundo y es desde el año 2003 el mayor exportador mundial de carne de bovino. Un estudio de Greenpeace basado en datos del gobierno brasileño revela que en 2006  el ganado ocupaba el 79,5% del territorio en uso de la Amazonia Legal brasileña  (sin contar el estado de Maranhão). De acuerdo con estos datos, en 2006 había en la Amazonia Legal tres cabezas de ganado por habitante». (...) «Qué debe hacerse. Los ciudadanos pueden: Emprender acciones individuales para reducir su huella de carbono, como por ejemplo reducir el consumo de carne o comprobar el origen de los productos cárnicos y de soja que compran».

El 29 de noviembre de 2006, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó una nota de prensa titulada «La ganadería amenaza el medio ambiente», basada en el informe «Livestock's long shadow. Environmental issues and options»(«La Larga Sombra del Ganado»), en la que se lee lo siguiente: «El informe de la FAO explica que la ganadería utiliza hoy en día el 30 por ciento de la superficie terrestre del planeta, que en su mayor parte son pastizales, pero que ocupa también un 33 por ciento de toda la superficie cultivable, destinada a producir forraje. La tala de bosques para crear pastos es una de las principales causas de la deforestación, en especial en Latinoamérica, donde por ejemplo el 70 por ciento de los bosques que han desaparecido en el Amazonas se han dedicado a pastizales».

El 6 de abril de 2006, Greenpeace Internacional publicó su informe «Devorando la Amazonia» sobre la deforestación amazónica que se está produciendo para introducir cultivos de soja y cómo esa soja acaba siendo exportada para la alimentación de ganado que acaba sirviendo de alimento en cadenas de comida rápida y supermercados. En dicho informe puede leerse lo siguiente: «El 80% de la producción de soja de todo el mundo se dedica a la elaboracion de piensos para la industria ganadera. La creciente demanda de piensos a base de soja por los agricultores europeos está expandiendo las fronteras agrícolas hasta la selva tropical amazónica. Europa compra la mitad de la soja exportada desde el estado amazónico de Mato Grosso, donde se cultiva el 90% de la soja de la selva tropical. Carne alimentada con soja de la selva tropical encuentra el camino hasta los supermercados y cadenas de comida rápida de toda Europa».

En 2011, la ONU alertó que la deforestación avanza a un ritmo de 14.000 hectáreas al día, es decir, una superficie equivalente a 14.276 campos de fútbol. La mayor deforestación se está produciendo en la Amazonía y en la cuenca del Congo. 1150 activistas por el medio ambiente han sido asesinados en los últimos 20 años en Brasil por denunciar estos hechos.

El 8 de junio de 2005, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó una nota de prensa titulada «La ganadería extensiva destruye los bosques tropicales en Latinoamérica», que contiene las siguientes declaraciones de Henning Steinfeld, Jefe de la Subdirección de Información Ganadera y de Análisis y Política del Sector: «La deforestación provocada por las grandes haciendas es una de las principales causas de la pérdida de especies animales y vegetales únicas en los bosques tropicales de Centro y Suramérica, así como de la emisión de carbono a la atmósfera», y continúa: «Es necesario encontrar con urgencia alternativas a la ganadería extensiva en Latinoamérica. Predecir los cambios del uso del suelo en los trópicos puede ayudar a los responsables políticos a comprender el enorme impacto ambiental de esta tendencia y desarrollar una política conservacionista».

En 2003, se publicó un estudio titulado «Causas do Desmatamento da Amazônia Brasileira», dirigido por S. Margulis y financiado por el Banco Mundial. El estudio demostró la relación directa que existe entre la deforestación y la producción ganadera, y explicaba detalladamente la forma en la que esta actividad fomenta la ocupación, el cambio de uso y el comercio de tierras explotadas ilegalmente (p.100).

La revista científica Nature publicó un artículo en el que se alertaba de que en 2050 se habrá perdido el 40% de la Amazonia si la tendencia actual de expansión agrícola continúa; con ello se amenazará la biodiversidad y se contribuirá gravemente al cambio climático.


Paisaje en la selva Amazónica (27/02/2009) (Más información)

"En Centroamérica, el 40 por ciento de las selvas tropicales han sido taladas o quemadas en los pasados 40 años, principalmente para pastos de ganado vacuno para el mercado de exportación, a menudo para carne de las hamburguesas de EE UU. La carne es demasiado cara para los pobres en los países exportadores de carne, pero sin embargo en muchos casos los pastos del ganado vacuno han sustituido a formas de agricultura tradicional muy productiva."John Revington en World Rainforest Report

"Estamos destruyendo la Amazonia para alimentar vacas."Jeremy Rifkin, presidente de la Foundation on Economic Trends


AGOTAMIENTO DE LOS RECURSOS HÍDRICOS:

El 29 de noviembre de 2006, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó una nota de prensa titulada «La ganadería amenaza el medio ambiente», basada en el informe «Livestock's long shadow. Environmental issues and options»(«La Larga Sombra del Ganado»), en la que se lee lo siguiente: «La actividad ganadera figura entre los sectores más perjudiciales para los cada día más escasos recursos hídricos, contribuyendo entre otros aspectos a la contaminación del agua, la eutrofización (proliferación de biomasa vegetal debido a la excesiva presencia de nutrientes, ndr) y la destrucción de los arrecifes de coral. Los principales agentes contaminantes son los desechos animales, los antibióticos y las hormonas, los productos químicos utilizados para teñir las pieles, los fertilizantes y pesticidas que se usan para fumigar los cultivos forrajeros. El sobrepastoreo afecta al ciclo del agua, e impide que se renueven los recursos hídricos tanto de superficie como subterráneos. La producción de forraje obliga a desviar importantes cantidades de agua. Se considera que la ganadería es la principal fuente terrestre de contaminación de fósforo y nitrógeno en el Mar del Sur de China, contribuyendo a la pérdida de biodiversidad en los ecosistemas marinos».

El 22 de marzo de 2003, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó el informe mundial anual sobre el desarollo de los recursos hídricos, titulado «Water for people, water for life». En la página 17 de dicho informe se indica que el riego consume actualmente el 70% del insumo total de agua y aparece un cuadro en el que se indica la cantidad de agua necesaria para producir los principales alimentos. Es importante tener en cuenta que 1 metro cúbico de agua son 1000 litros de agua. Se necesitan 15000 litros de agua para producir 1 kg de carne de bovino y 1000 litros de agua para producir 1 Kg de legumbres que complementadas con cereales tienen todos los aminoácidos necesarios para que el cuerpo humano construya su propias proteínas.


Otros hablan incluso de 20000 a 40000 litros de agua para producir 1 kg de carne. [Vídeo]


CONTAMINACIÓN AMBIENTAL DE LOS PRODUCTOS DE ORIGEN ANIMAL:

El gran consumo de productos de origen animal es una de las causas de la rápida contaminación del agua, de la tierra y del aire.

La ganadería es uno de los mayores contribuidores a la contaminación de agua y de la degradación del suelo. El agua dulce que queda en el mundo se contamina con los desechos animales y los pesticidas. La ganadería utiliza el 50% de todos los antibióticos utilizados en los Estados Unidos, los cuales acaban en los consumidores, en los ríos y en el mar. Aproximadamente el 40% de agua dulce en EEUU está contaminada y no es apta para el consumo. El Natural Resources Defense Council ha afirmado que "Según la Agencia de Protección Ambiental de EE UU, los residuos ganaderos han contaminado más de 40.000 kilómetros de ríos y las aguas subterráneas en docenas de estados."

Algunas de las sustancias contaminantes que la ganadería emite al medio ambiente son:

- Amoníaco (NH3): La ganadería produce el 68% de amoniaco inducido por el hombre, el cual contribuye de manera significativa en la aparición de la lluvia ácida.

- Dióxido de carbono (CO2): La ganadería produce el 9% del dióxido de carbono; producido en el proceso para generar el alimento vegetal de los animales.

- Metano (CH4): La ganadería representa el 37% del metano inducido por el hombre, un gas con un potencial de calentamiento global (PCG) 23 veces mayor que la de CO2, principalmente a través de la flatulencia y eructos del ganado. La mayoría de las emisiones de óxido nitroso provienen del estiércol.

"Una tonelada de metano, el principal gas de invernadero emitido por la ganadería, tiene un potencial de calentamiento del planeta de 23 toneladas de dióxido de carbono por cada tonelada de metano. Una vaca lechera produce aproximadamente 75 kilogramos de metano al año, equivalentes a más de 1,5 toneladas de dióxido de carbono. La vaca, por supuesto, lo hace de forma natural. Pero las personas tienden a olvidar, parece, que la ganadería es una industria. Talamos la tierra, plantamos las plantas forrajeras y alimentamos el ganado de forma industrial. Es una empresa humana, no natural. Somos muy eficientes, y por ello las concentraciones atmosféricas de metano han aumentado en un 150 por ciento respecto a hace 250 años, mientras que las concentraciones de dióxido de carbono crecieron un 30 por ciento."Pete Hodgson, Ministro de Nueva Zelanda de Energía, Ciencias y Pesca

- Óxido nitroso (N2O): La ganadería genera el 65% de óxido nitroso de la humanidad, que tiene un potencial de calentamiento atmosférico 296 veces el del CO2, sobre todo a partir de estiércol.

- Nitratos: La mayoría de los nitratos proceden de los fertilizantes utilizados en las tierras de cultivo. El nitrógeno es uno de los principales contaminantes de las aguas subterráneas, los acuíferos, los ríos y embalses, y finalmente de los océanos. En muchos trabajos de investigación se ha concluido que el principal factor responsable de la contaminación de las aguas subterráneas por nitratos es la agricultura. La mejor manera para conservar la vida de los ríos y mares es que el ser humano no intervenga explotando estos ecosistemas. Optar por una alimentacion vegetariana estricta significa reducir la cantidad de tierras cultivadas y evitar la ganadería, de esta forma se evita que el exceso de nitratos causado por estas industrias perjudique el ecosistema marino.

- El 18 de julio de 2011, Environmental Working Group (Grupo de Trabajo Medio Ambiental) de EEUU publicó un estudio titulado "Meat eat less. Eat greener" que comparó los gases emitidos en todo el proceso de producción, desde los fertilizantes usados para cultivar alimento para los animales, hasta la matanza, transporte y cocción[16].


En el gráfico se puede observar que la carne de cordero tiene el impacto más grande sobre la atmósfera, con 39,2 kilos de CO2 por kilo final de carne (las emisiones de otros gases como el metano fueron convertidas a su equivalente en dióxido de carbono). El salmón de acuicultura (Canadá, Chile y Noruega) también tuvo una alta tasa de CO2 (11,9 kilos por kilo de carne de salmón) principalmente por las emisiones en la producción de alimento para los peces. En claro contraste, la producción de vegetales emite mucho menos CO2 a la atmósfera: las patatas 2,9 kilos por kilo (la mayor parte de éstos se producen en el transporte, cocción y desecho de los residuos), el arroz 2,7 kilos, las nueces 2,3 kilos; y el brócoli, tofu y alubias 2,0 kilos. Los menos contaminantes serían los tomates (1,1 kilos) y las lentejas (0,9 kilos).

Los resultados de dicho estudio coinciden con los de un estudio similar titulado "Determining the environmental burdens and resource use in the production of agricultural and horticultural commodities" llevado a cabo por Department for Environment Food and Rural Affairs (Defra), la autoridad medio ambiental en Reino Unido.

- En 2008, la investigación de los profesores de geofísica de la Universidad de Chicago Gidon Eshel y Pamela Martin concluye que el ser vegano por un año ahorra 1.5 toneladas de emisiones con respecto a la dieta estándar americana, un 50% más que cambiar de un auto deportivo a un Toyota Prius. Un vegetariano que conduce un todoterreno Hummer es más respetuoso del ambiente que un consumidor de carne en una bicicleta[17].

- En 2007, The Earth Institute publicó un informe en el que afirmaba que una alimentación vegetariana usa sólo un 25% de la energía de una alimentación a base de carne. Cambiar de una alimentación a base de carne a una alimentación vegetariana es por lo menos un 50% más eficaz para contrarrestar el cambio climático que si sustituimos un coche deportivo por un coche híbrido Toyota.

- En noviembre de 2006, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó una nota de prensa titulada "La ganadería amenaza el medio ambiente", basada en el informe "Livestock's long shadow. Environmental issues and options" (La larga sombra del ganado), donde se lee lo siguiente[11]:

"El sector ganadero genera más gases de efecto invernadero –el 18 por ciento, medidos en su equivalente en dióxido de carbono (CO2)- que el sector del transporte. También es una de las principales causas de la degradación del suelo y de los recursos hídricos."FAO, "La ganadería amenaza el medio ambiente"

Sin embargo, en noviembre/diciembre de 2009, Word Watch Institute publicó unos análisis de hechos por Goodland y Anhang, coautores de "Livestock and climate change" (La ganadería y el cambio climático), en la última edición de la revista "Vigilancia mundial" (World watch), encontraron que la ganadería y sus subproductos en realidad representan al menos 32.6 mil millones de toneladas de dióxido de carbono anuales, o el 51% de emisiones de gases de invernadero cada año en todo el mundo, como se muestra en la siguiente tabla[18]:


La ganadería emitiría 32564 millones de toneladas de CO2 cada año,
es decir, el 51% de las emisiones de efecto invernadero.


Las principales fuentes de gases de invernadero provenientes de la agricultura animal, son[19]:

1. La deforestación de selvas tropicales para cultivar el alimento con el que se alimenta el ganado.
2. El metano proveniente del estiércol, de hecho el metano es 72 veces más potente como gas de efecto de invernadero que el mismo Dióxido de carbono o CO2
3. Refrigeración y transporte de la carne alrededor del mundo.
4. El crecimiento, tratamiento y sacrificio del animal.

La producción de carne también demanda el uso de una gran cantidad de agua y otros recursos, los cuales mejor, podrían ser utilizados para mitigar el hambre del mundo y proveer de agua aquellos que la necesitan.

Basados en su investigación, Goodland y Anhang concluyen, que reemplazar los productos pecuarios por algunos a base de soya u otras alternativas, podría ser la mejor estrategia para revertir el cambio climático. Así se refieren al tema:

"Este enfoque tendría efectos más rápidos sobre las emisiones de gases y su concentración en la atmosfera, y por tanto en la tasa del calentamiento climático, que las acciones encaminadas a reemplazar los combustibles fósiles por energía renovable."Goodland y Anhang

Ahora que ya sabemos los peligros de nuestro planeta y la humanidad por el consumo de carne animal, tenemos la oportunidad de salvar nuestra raza y nuestro planeta. A base de una dieta saludable de frutas y vegetales, podemos reducir en gran cantidad nuestra huella de carbono.

Toma la iniciativa ahora y elige reducir drásticamente tu consumo de carne o simplemente conviértete en vegetariano o vegano. Esta es la acción más poderosa para prevenir el cambio climático, así como el consumo de carne es la fuente más grande de emisión de gases de invernadero

Estamos jugando con nuestras vidas, y con las de aquellas futuras generaciones que están por venir. Es una locura el saber que estamos plenamente consientes de las posibles consecuencias y aún así no actuar.

Promocionar al público una dieta a base de granos, frutas y vegetales, sería el modo más efectivo para frenar la deforestación, guardo la esperanza de que esto sea adoptado como una medida de gran importancia para salvar las selvas tropicales y proteger nuestra delicada ecología.

[Ver documental "Devorar la Tierra (Devour the Earth)"]

"Es tal la exigencia que el suelo ha sido presionado más allá de su capacidad, ha sido forzado a alimentarse con una dieta de pesticidas y fertilizantes. Los pesticidas son venenos que se usan para la destrucción de semillas, insectos y hongos. Pero también pueden y han matado a humanos. Sabemos que destruyen especies distintas de aquellas que deberían destruir y pueden alterar el equilibrio natural de los ecosistemas. Sabemos que aumenta su concentración cuando animales grandes se alimentan de los más pequeños. Un ave acuática como el somorgujo, que está en la cima de la cadena alimenticia, puede tener en su cuerpo pesticidas 80000 veces más potentes que los que hay en el agua donde vive. Sabemos que 50 sustancias químicas usadas son sospechosas de causar cáncer. Sabemos que la carne contiene aproximádamente 14 veces más resíduos que las plantas. Hay restos de pesticidas en casi todos los alimentos que consumimos. Sabemos que sin la necesidad de alimentar animales, los campesinos regresarían a la rotación de cosechas. Podrían cultivar de manera orgánica y apartarse de estos derivados del gas nervioso. La demanda constante a la tierra para que produzca más alimento para alimentar a más animales es insostenible. Estos niveles exagerados de producción sólo se pueden alcanzar de manera temporal, inundando el suelo con caros fertilizantes basados en nitrógeno. Parte del nitrógeno desemboca en los ríos y estimula el crecimiento de algas y bacterias, obstruyendo toda la vida del agua. Otra parte desemboca en las aguas subterráneas y, sin embargo, si dejáramos de comer animales, toda la población podría alimentarse con sólo el 30% del suelo, sin necesidad de usar fertilizantes químicos. El suelo podría respirar otra vez, regenerarse y recuperar su salud."Documental: Devorar la Tierra (Devour the Earth)

- La industria ganadera emplea el equivalente a casi cuatro litros de gasolina producir medio kilo de carne vacuna engordada a corral en los Estados Unidos. Para satisfacer los requerimientos anuales de carne vacuna de una familia tipo —aproximadamente 120 kilos— se consumen unos mil litros de combustibles fósiles. Cuando ese combustible se quema, libera más de 2,5 toneladas de dióxido de carbono adicional hacia la atmósfera —tanto dióxido de carbono como el que emite un auto promedio en seis meses de uso normal[20].

- Un estudio sobre la sostenibilidad ambiental de las dietas basadas en alimentos de origen animal comparadas con las de origen vegetal, publicado en la American Journal of Clinical Nutrition, estima que la producción de 1 kilocaloría de proteína animal requiere alrededor de 25 kcal de energía fósil, mientras que la producción de 1 kilocaloría de proteína vegetal precisa tan solo 2,2 kilocalorías.[21]

- Mundialmente cada día se consumen aproximadamente 85 millones de barriles de petróleo (1 barril USA contiene 158,984 litros de petróleo).

SOBREPASTOREO:

Algunas personas, partiendo desde el especismo, defienden que la ganadería intensiva no es ecológica pero que sí lo es la ganadería extensiva. Lo que estas personas no tienen en cuenta es que el sobrepastoreo también es un elemento desertificador que se dá en la actualidad y que se agravaría si se sacara a toda la cabaña ganadera a los campos.

- Según material didáctico de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente de la Universidad de Navarra[22]:

"Sobrepastoreo: es el intento de mantener excesivas cabezas de ganado en un territorio, con el resultado de que la vegetación es arrancada y pisada por los herbívoros y no se puede reponer. El suelo desnudo es mucho más fácilmente erosionado. Es la principal causa humana de desertización en el mundo."Universidad de Navarra

Si para alimentar un día a una vaca en ganadería se necesitan de X metros cuadrados de terreno cultivado con soja, para alimentar un día a una vaca en ganadería extensiva se necesitará de X·Y metros cuadrados de terreno con hierba y matorrales. Se están deforestando selvas para plantar soja, pero también se talan y queman bosques para permitir el pastoreo puesto que el terreno que las vacas dejan atrás va quedando desertizado debido a que se mueven en un area muy reducida (en los terrenos que son propiedad del ganadero).

- Del 20 al 70% de la degradación de los pastos en el mundo es el resultado del exceso de pastoreo, la pérdida de suelo, la compactación del suelo y la desertificación (cuando la tierra de pastoreo o agrícola se convierte en desierto infértil). La ganadería es la responsable del 55% de la erosión del suelo en EEUU.

CURTIEMBRE (PRODUCCIÓN DE CUERO):

Una curtiembre, curtiduría o tenería es el lugar donde se realiza el proceso que convierte las pieles de los animales en cuero. Las cuatro etapas del proceso de curtido de las pieles son: limpieza, curtido, recurtimiento y acabado. Se debe quitar el pelo, curtir con agentes de curtimiento y tinturar, para producir el cuero terminado.

Las curtiembres hacen uso intensivo de agua en sus proceso. El proceso de curtido utiliza en los procesos importantes cantidades de reactivos químicos, destacando el uso de cloruro de sodio, sulfuro de sodio, cal, sales de cromo y solventes. El curtido produce cantidades significativas de polvo y sulfuro de hidrógeno. Las otras emisiones gaseosas provienen de la separación del amoníaco y de las calderas. La dermatitis constituye el peligro principal para la salud, aparte de los accidentes, y es causada por el contacto con los químicos y las pieles. Los otros riesgos para la salud ocurren a raíz de la exposición al polvo, los químicos tóxicos y el carbunco.

Como veremos en la siguiente respuesta, la destrucción ambiental que produce el consumo de productos de origen animal es una de las principales causas de la miseria, la enfermedad y la muerte de los humanos más desfavorecidos[23].





ARGUMENTO: “El número de muertes no aumenta la gravedad de un hecho”

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RESUMEN:¿Qué es el dilema del tranvía? ¿tienen valor las vidas de las personas? ¿es peor elegir que mueran más personas que elegir que mueran menos? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

La axiología es la rama de la Filosofía que se encarga de estudiar el valor. En esta entrada partimos aceptando que debemos respetar a los demás porque cada uno de ellos es éticamente valioso en sí mismo, es decir, porque tiene valor intrínseco. Si valoramos a un individuo más que 0 entonces con más razón deberemos valorar a dos individuos equivalentes. Dar más valor a un mayor número de individuos equivalentes no significa que no se deba respetar a quienes son menos.

Palabras clave: axiología, cuantificación ética, dilema del tranvía

El dilema del tranvía es uno de los más importantes de la Ética, pues muestra claramente la diferencia entre un marco normativo «deontologista» y un marco normativo consecuencialista. El dilema del tranvía, ideado por Philippa Foot (1920-2010), nos presenta el siguiente dilema: «Un tranvía corre fuera de control por una vía. En su camino se hallan cinco personas atadas a la vía por un filósofo malvado. Afortunadamente, es posible accionar un botón que encaminará al tranvía por una vía diferente, por desgracia, hay otra persona atada a ésta. ¿Debería pulsarse el botón?». En el dilema del tranvía sólo sabemos el número de personas que hay atadas a las vías, desconocemos cualquier otra información sobre ellas que pudiera modificar su valor individual tanto por una valoración objetiva[1](nivel 3)(1), como por una valoración subjetiva o emocional (nivel 4)(1); de esta manera sólo se tienen en cuenta dos cosas: (a) el papel que juegan las omisiones en la Ética y (b) la cuantificación del número de personas, que es lo que vamos a tratar en el presente artículo. En lo que se refiera a las omisiones, en otro artículo rebatimos la idea según la cual no somos responsables de las consecuencias de elegir "no hacer nada", razón por la cual es éticamente incorrecto no prestar auxilio[2]Por lo tanto, si en el dilema del tranvía, en lugar de haber una persona atada no hubiera ninguna entonces estaríamos éticamente obligados a pulsar el botón para salvar la vida a cinco personas, pues respetar la vida de alguien no es una opción personal.


Dilema del tranvía: ¿Matarías a una persona para salvar cinco? (Link)


Las personas que rechazan el deber de prestar auxilio defienden que es una opción personal elegir salvar la vida a 1 persona o salvar la vida a 0 personas, por lo tanto también defienden que no tenemos la obligación ética de salvar la vida al mayor número de personas. Para comprender esto que se acaba de decir podemos plantear un dilema al que llamaremos «el dilema de los dos tranvías» y que es el siguiente: «Dos tranvías, A y B, corren fuera de control por dos vías paralelas. Un filósofo malvado ha atado a una persona en la vía por la que circula el tranvía A y ha atado a cinco personas en la vía por la que circula el tranvía B. Afortunadamente, existe un botón A que detiene al tranvía A y un botón B que detiene al tranvía B. Por desgracia, el sistema sólo permite detener un tranvía al mismo tiempo. ¿Tenemos la obligación ética de pulsar el botón B para salvar al mayor número de personas?». Las personas que rechazan el deber de prestar auxilio responderán que no existe la obligación ética de salvar al mayor número de personas, pues consideran que es éticamente correcto elegir no salvar la vida a las personas, es decir, matarlas por omisión[2].

Algunas personas que rechazan el deber de prestar auxilio defienden que es tan éticamente incorrecto matar directamente a una persona como matar directamente a X personas. Por ejemplo, Luis Tovar (blog Filosofía Vegana) en un artículo titulado «El dilema del tren» (en otro de sus blogs) dice lo siguiente: «Cada persona, por el hecho de ser persona, tiene el mismo valor moral intrínseco que cualquier otra. Así que no se pueden "sumar" personas como si fueran números. Cinco [5] tiene mayor valor matemático que uno [1]; pero no tiene mayor valor moral. Las personas no son números; son individuos que poseen un valor inherente que no puede [debe] ser violado para nuestro beneficio o para beneficio de otros. El principio del valor intrínseco de la persona es la base de la moral (...) los números son relevantes para las matemáticas pero no son argumentos morales a la hora de establecer decisiones correctas». Por lo tanto estas personas consideran que es éticamente igual de incorrecta una acción que mata a 2 personas, que una acción que mata a 10000 personas o a X personas. El error de estas personas es que realmente no reconocen el valor intrínseco de cada individuo porque niegan la individualidad. Dos personas, A y B, tienen dos valores intrínsecos: el valor intrínseco de A y el valor intrínseco de B; por lo tanto afirmar que no existe ninguna diferencia a nivel ético entre una acción que asesina a A y una acción que asesina a A y también a B, implica negar el valor intrínseco de B, limitándose a condenar la abstracción llamada «asesinato de personas», sin tener en cuenta el valor intrínseco de cada individuo concreto asesinado. La negación del valor intrínseco individual es la razón por la que estas personas sólo juzgan éticamente las acciones de los agentes éticos[3] y no la muerte de personas en sí misma (sea cual sea la causa que acabó con dicho valor intrínseco), por eso no consideran un problema ético que mueran 2 personas por la caída de un rayo o que seis millones de niños mueran cada año por falta de medicinas, pues recordemos que, erróneamente, estas personas rechazan el deber de prestar auxilio.

Algunas personas que aceptan el deber de prestar auxilio dicen que elegir salvar la vida al mayor número de personas es una discriminación arbitraria hacia quienes pertenecen al grupo minoritario. Asimismo, consideran que elegir realizar una acción que salva la vida a menos individuos que a más es una discriminación arbitraria contra quienes pertenecen al grupo mayoritario. Por lo tanto, dicen, que si hay que elegir entre salvar a un grupo de individuos o salvar a otro entonces no hay que tener en cuenta el número de individuos que componen cada grupo, sino tirar una moneda al aire para que mediante el azar no se discrimine arbitrariamente a nadie. Este argumento falla al aplicar el Principio de Igual Consideración de Intereses, pues elegir salvar a más personas que a menos es una discriminación, pero no es arbitraria[4]. Por ejemplo, sería una discriminación arbitraria no permitir el acceso al cine a las personas que van solas y permitírselo a quienes van acompañados, pues ello no es relevante para comprar una entrada y ver una película. Asimismo, es una discriminación elegir salvar a más personas que a menos personas o elegir salvar a menos personas que a más personas, pero no es arbitrario, pues la Ética defiende a las personas y por lo tanto es relevante salvar al mayor número de ellas.



Richard Stallman nos habla sobre elegir el menor mal (Link)




ARGUMENTO: “La omisión de auxilio es éticamente correcta, no tenemos la obligación de ayudar”

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RESUMEN:¿Es éticamente correcto elegir no ayudar a quien necesita nuestra ayuda para poder seguir viviendo? ¿somos responsables de las consecuencias de elegir «no hacer nada»? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

Actualmente la mayoría de personas aceptan que si perjudicamos a otra persona de tal manera que la ponemos en una situación de peligro en la que su salud y/o vida quedan amenazadas entonces nos hacemos responsables de lo que a continuación a dicha persona la suceda. Si tenemos la posibilidad de prestar auxilio a dicha persona, pero elegimos «no hacer nada», es decir, si omitimos auxilio, entonces somos responsables de las consecuencias de dicha elección. Si la persona a la que hemos perjudicado muere porque elegimos negarle el auxilio entonces cometemos un asesinato por omisión, en el caso de no existir una razón que lo justifique. Algunas personas aceptan esta idea, pero excluyen el deber de prestar auxilio cuando no fuimos responsables de la situación de peligro en la que se encuentra dicha persona. Estas personas sostienen esta excepción defendiendo que no somos responsables de elegir «no hacer nada», pues dicen que no existe una relación causa-efecto entre elegir «no hacer nada» y las cosas que suceden; esta excepción no es cierta, pues nuestras elecciones siempre forman parte, en menor o mayor grado, de las causas de lo que sucede. Como existe una relación de causa-efecto entre lo que elegimos hacer o no hacer y lo que les ocurre a los demás entonces tenemos, a priori, el deber de prestarles auxilio por la misma razón que tenemos el deber de respetarles. No es una cuestión de caridad ni de solidaridad, sino una obligación. Toda ideología que defiende el asesinato debe ser éticamente rechazada y políticamente prohibida. Ideologías como el liberalismo, el anarcocapitalismo, el anarquismo, etc. defienden el asesinato por omisión, por lo tanto deben ser rechazadas y prohibidas.

Palabras clave: anarquismo, anarcocapitalismo, asesinato por omisión, ayuda, caridad, causalidad, derecho de auxilio, liberalismo, leyes del Buen Samaritano, responsabilidad, salud pública, socialismo, solidaridad

Se debe respetar a los demás. Es un hecho que a una persona se le hace un mal (se la perjudica en acto) cuando sus intereses son frustrados y se la hace un bien (se la beneficiada en acto) cuando sus intereses son satisfechos[1]. A partir de estos hechos podemos inferir lógicamente la norma que nos prescribe que, «a priori, los intereses no deben ser frustrados», que es lo que quiere decir que «se debe respetar a los demás»[2]. Por ejemplo, no se debe matar a quien tiene interés en seguir viviendo. Por ello las normas éticas deben defenderse, pues no son una opción personal[3].

La causalidad es la relación necesaria que se establece entre dos sucesos secuenciales donde uno de ellos es la causa que produce el otro (causa-efecto). Reconocer la existencia de causalidad es reconocer que existe una relación de interacción entre seres diferentes, por lo tanto lo que le ocurre a un ser puede ser a causa de otro. En términos éticos, la causalidad significa que existe una relación entre las elecciones de una conciencia y las consecuencias que dichas elecciones tienen sobre los demás. Por ejemplo, si un conductor golpea sin querer a un motorista entonces podemos afirmar que la acción realizada por el conductor fue la causa de que el motorista fuera golpeado; además, si el conductor eligió golpear al motorista entonces el conductor fue la causa intencional por la que el motorista fue golpeado; y además, si el conductor es un agente ético (persona consciente de sus obligaciones éticas) entonces es responsable de los daños que ha producido al motorista: existe una relación causa-efecto entre elegir y lo que sucede. Si alguien es responsable de una acción éticamente incorrecta, como golpear a un motorista, entonces puede ser declarado culpable y castigado por ello[3] si se estiman mejores consecuencias que no castigándole. Por lo tanto, no somos responsables de aquellos sucesos con lo que no establecemos una relación de causa-efecto. Aunque tiene las mismas consecuencias para la víctima, éticamente es más grave un perjuicio intencionado que uno accidental, pues en el caso que hay intencionalidad hay maldad y en el caso que no hay intencionalidad no hay maldad.

Algunas personas dicen que no existe una relación causa-efecto entre lo que elegimos «no hacer» y lo que sucede, y por lo tanto dicen que no tenemos el deber de prestar auxilio en ningún caso, dicen que es voluntario ayudar (caridad y solidaridad). Para ilustrar esto vamos a hacer una pequeña modificación en el dilema del tranvía[4] y convertirlo en el dilema del tranvía con final feliz, eliminado a la persona que estaba atada en la vía alternativa. Según estas personas, si elegimos «no hacer nada» eso no será la causa por la que dicho tren atropelle a cinco personas. Como dicen que no existe una relación causa-efecto entre lo que elegimos y lo que sucede, afirman que no tenemos el deber ético de pulsar el botón, sino que dicen que es una elección personal según el gusto de cada cual. Por ejemplo, Jorge Valín, anarcocapitalista y seguidor de la Escuela Austriaca de economía, dice que en ningún caso tenemos obligación ética de prestar auxilio porque dice que no hay correlación causa-efecto entre poner en peligro a una persona y socorrerla, dice: «una cosa es poner en peligro a alguien y otra socorrerla. Son actos separados que no derivan el uno del otro. La unión de ambos, es totalmente artificial», y dice que dicha idea es una relación arbitraria e inventada para defender derechos positivos, propios de planteamientos colectivistas y socialistas(3). Absurdamente, estas personas hablan de la «culpabilidad de asesinato de quien no tenía el deber de ayudar», culpabilizando a quien supuestamente actuó de manera éticamente correcta al omitir auxilio. El error de estas personas es negar la existencia de la causalidad intencional en las relaciones causa-efecto. Eliminar la causalidad intencional elimina la diferencia entre acción intencionada y acción no intencionada, ambas acciones serían éticamente iguales. El hecho es que le intencionalidad existe, por lo tanto estas personas niegan la realidad. A continuación ponemos algunos ejemplos de asesinatos por omisión:


Algunas personas dicen que sólo estamos éticamente obligados a prestar auxilio a las personas con las que hemos creado una relación de «causa-responsabilidad» y que dicha relación se establece cuando somos la causa por la que dichas personas necesitan auxilio. Por ejemplo, el anarcocapitalista Albert Esplugas considera que sólo estamos éticamente obligados a prestar ayuda a una persona (tiene el «derecho positivo» a ser ayudada) si somos la causa por la que dicha persona necesita dicha ayuda. Algunos ejemplos de relación «causa-responsabilidad» que ponen dichas personas son los siguientes: la responsabilidad parental, auxiliar a quien hemos producido un accidente de tráfico, desviar el tren si fuimos quien ató personas a la vía, etc. Consideran que si no se presta auxilio en dichos casos entonces se mata a otra persona por omisión (asesinato por omisión), y estamos de acuerdo en eso. El error de estas personas es no comprender qué es una relación causa-efecto, por eso reconocen su existencia en unos casos y no en otros. Si, ante la situación de peligro en la que se encuentra una persona, alguien no la presta auxilio, siempre se establece una relación causa-efecto entre lo omitido y lo que habría ocurrido sin dicha omisión, independientemente de cómo se llegó a dicha situación de peligro. La idea errónea de considerar éticamente correcto negar auxilio a quien no lo necesita por nuestra culpa está siendo promovida en el movimiento vegano por liberales y anarquistas, por ejemplo, las siguientes personas, blogs y organizaciones:



El debate sobre el derecho de auxilio enfrenta a liberales. A continuación mostramos un intercambio de artículos entre Jorge Valín y Albert Esplugas sobre la omisión de auxilio:






ARGUMENTO: “Elegirías salvar a un humano antes que a un perro, por tanto matar perros está bien”

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RESUMEN:¿Dar más valor a la vida de una persona que a otra es una razón que justifica no respetar a quien damos menor valor? ¿es racional que lo que haríamos ante un dilema imaginario lo hagamos cuando realmente no existe tal dilema? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

Algunas personas que no respetan a quienes no son humanos intentan justificar la explotación y la matanza de estos diciendo que damos un valor diferente a la vida de los demás. Del hecho de que demos un valor diferente a la vida de los demás no se infiere lógicamente que no debamos respetarles. Si no nos enfrentamos a un dilema de salvar vidas entonces el valor de las vidas de las personas no tiene relación con el respeto que les debemos. A priori, debemos respetar a los demás, aunque valoremos más la vida de unas personas que la vida de otras.

Palabras clave: confusión respeto-valor

Algunas personas nos ponen ante dilemas del siguiente tipo: «si te encontraras en una situación extrema en la que tuvieras que elegir entre salvar la vida a un humano o a un perro ¿a quién salvarías?». Estas personas, igual que quienes son veganos, pueden considerar que objetiva o subjetivamente la vida de un determinado humano es más valiosa que la vida de un perro, y por lo tanto elegirán salvar la vida del humano. Asimismo, en otra situación extrema pueden considerar que la vida de un determinado humano es más valiosa que la vida de otro humano y por lo tanto salvar al que consideran más valioso. Hasta aquí todo es lógico. El problema aparece cuando dichas personas añaden que «como considero que la vida de un humano es más valiosa que la vida de un perro entonces es éticamente correcto explotar y matar perros». Existe otra versión de este argumento en la que no se utiliza el dilema, sino que directamente se dice que «si consideramos que la vida de alguien tiene menos valor que la vida de otro entonces es éticamente correcto explotarle y matarle». Algunos veganos también caen en el error de creer que «valer menos» es equivalente a «no merecer respeto» y por lo tanto defienden que «todos son igual de valiosos», pero en otro artículo ya explicamos que la vida de las personas tienen diferente valor objetivo y subjetivo[1]. Del hecho de que valoremos menos a alguien no se infiere lógicamente la necesidad de explotarle y de matarle. Si no nos enfrentamos a un dilema de salvar vidas entonces el valor de las vidas de las personas no tiene relación con el respeto que las debemos. Aunque valoremos más la vida de unas personas que la vida de otras,a priori, se debe respetar a todas[2]. Es muy poco frecuente que nos tengamos que ver en una situación en la que tengamos que elegir entre salvar la vida a una persona o a otra. Lo normal es que existan alternativas que permitan salvar a ambas personas. Aún así, podría darse tal posibilidad, pero podría ser un error establecer una regla general a partir de casos tan peculiares como estos. Además, siempre hay que tener en cuenta las consecuencias estimadas, pues podría darse el paradójico caso de que elegir salvar a quien tiene más valor tuviera unas consecuencias peores que elegir salvar a quien tiene menos valor.





ARGUMENTO: “Debemos alimentarnos según lo que describe la cadena alimenticia”

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RESUMEN:¿Existe una pirámide alimentaria? ¿tenemos la obligación de hacer lo que la pirámide alimentaria describe? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

Realmente no existe una «pirámide» alimenticia, sino cadenas alimenticias. Cada cadena trófica o alimenticia describe el proceso de transferencia de sustancias nutritivas (energía) a través de las diferentes especies de una comunidad biológica. No se puede deducir ningún deber a partir de lo que las cadenas alimenticias describen porque al deducir conclusiones prescriptivas (deberes) a partir de premisas descriptivas (hechos) se usa la falacia lógica. Si la conclusión falaz de que debemos alimentarnos según lo que describen las cadenas alimenticias fuera cierta entonces deberíamos dejar que otros seres vivos se alimenten de nuestra sangre, que parásitos nos parasitasen, etc. Lo que debemos hacer es comportarnos de manera ética, independientemente de lo que las cadenas alimenticias describan.

Palabras clave: cadena alimenticia, cadena trófica, nivel trófico, pirámide alimenticia, poder

La «pirámide» alimenticia. Una cadena trófica, comúnmente llamada cadena alimenticia o alimentaria, describe el proceso de transferencia de sustancias nutritivas (energía) a través de las diferentes especies de una comunidad biológica, donde cada individuo se alimenta del nivel trófico precedente y es alimento del siguiente, según lo cual cada especie está situada en un nivel trófico, según su tipo de alimentación. Existe una red trófica formada por numerosas cadenas alimenticias. A veces se representan las cadenas tróficas como una pirámide, como podemos ver en la siguiente imagen. Realmente no existe una «pirámide» alimenticia, sino cadenas alimenticias, pudiendo haber hasta seis o siete niveles tróficos de consumidores, rara vez más, formando no sólo cadenas alimenticias basadas en la predación o captura directa, sino también en el parasitismo, el mutualismo, el comensalismo y la descomposición. La idea de que los humanos deben alimentarse según lo que la cadena alimenticia describe tiene relación con el error de representar las cadenas alimenticias como una pirámide, en la que quienes están en su cima tienen supuestamente el poder, el derecho y la obligación de explotar y matar a quienes están por debajo de ellos en dicha pirámide.



Troy McClure, "La carne y tú, compañeros de la libertad" (Link)

Algunas personas dicen que los humanos deben comportarse hacia quienes no son humanos según nos lo describre la cadena alimenticia. Como la cadena alimenticia describe que los humanos se alimentan de quienes no son humanos entonces estas personas dicen que es éticamente correcto que los humanos exploten y maten a quienes no son humanos para alimentarse. Este argumento queda inmediátamente rebatido al tener en cuenta que la cadena alimenticia describe el flujo de nutrientes más frecuente entre especies de seres vivos, pero no dice cómo éstos deben comportarse, pues las normas las prescribe la Ética. Deducir conclusiones normativas a partir de premisas descriptivas es hacer uso de la falacia lógica[1].

Algunas personas que se dan cuenta de que el argumento de obedecer la cadena alimenticia es falaz, dicen que los humanos deben comer carne para evitar unas malas consecuencias. Generalmente dicen que la mala consecuencia es que se rompería el equilibrio de la naturaleza. La realidad es que si los humanos siguen una alimentación vegetariana no rompen ningún «equilibrio de la naturaleza»[2]. Otras veces estas personas afirman que la mala consecuencia es enfermar, pero la ciencia de la nutrición afirma que no es necesario que los humanos coman productos de origen animal para que estén sanos[3].

Las cadenas alimenticias no son fijas, cambian debido a la evolución biológica. Si una especie animal herbívora evoluciona porque algunos de sus miembros decidieron comer carne entonces dicha especie cambiaría su puesto en la cadena alimentaria, «subiendo un nivel». También puede ocurrir lo contrario, por ejemplo, los osos panda son animales carnívoros que han evolucionado para comer sólo bambú, pasando a ser consumidores primarios. Los humanos también pueden decidir ocupar otros niveles tróficos, alimentándose de la manera que ellos quieran, son libres para hacerlo. Si la mayoría de humanos decidieran ser consumidores primarios, es decir, ser vegetarianos estrictos entonces la cadena alimentaria sería actualizada para describir esta nueva realidad, pues esa es su función, no decirnos lo que debemos hacer.

Quien dice que "debe suceder aquello que describe la cadena alimentaria" no lo acepta cuando ésta describe que otros se alimentan de él. Durante miles de años, los humanos y sus antepasados fueron presas de leopardos, leones y de otros grandes depredadores. Este hecho cambió paulatinamente cuando los humanos pudieron defenderse de manera efectiva, modificando la «pirámide» alimenticia de aquellos tiempos.  Actualmente, los seres vivos que se alimentan de sangre (hematofagia) y de carne humana ocupan un nivel superior respecto a los humanos en la cadena alimentaria. Por lo tanto, quien defiende que debe suceder aquello que indica la cadena alimentaria está defendiendo que los mosquitos deben alimetarse de la sangre humana y que los humanos deben ser parasitados. Esta idea no es coherente con una ética racional, pues la realidad es que ninguna persona, humana o no humana, quiere que se frustre su interés de seguir viviendo sin sufrimiento. Los siguientes seres vivos son hematófagos: arador de la sarna, chinche, garrapata, jején, ladilla, lamprea, mosquito, piojo, pulga, sanguijuela, tábano, tenia, vampiro, etc. Además, hay que tener en cuenta que la mayor parte de los transmisores (vectores) de virus y bacterias son insectos hematófagos, debido a su contacto directo con la circulación sanguínea. A continuación enumeramos algunos seres vivos que ocupan una posición superior respecto a los humanos en la cadena alimentaria:






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