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ARGUMENTO: “Los animales no pueden ni deben tener derechos legales”

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RESUMEN:¿Es posible dar derechos legales/jurídicos a quien no es humano? ¿es necesario comprender qué es un derecho y reclamarlo legalmente para tener derechos legales/jurídicos? ¿es necesario tener obligaciones y responsabilidades para tener derechos legales/jurídicos? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.
 
Los humanos pueden dar derechos legales a quienes no son humanos de la misma manera que se los dan a quienes son humanos: escribiéndolos sobre un papel y convirtiéndolos en derechos legales, pero algunas personas dicen que eso no debe ocurrir. Sin embargo, para tener derechos legales no es necesario comprender qué es un derecho, ni tener obligaciones y responsabilidades y tampoco es necesario tener la capacidad de emprender acciones legales para hacerlos valer. Existen millones de humanos, los mal llamados «casos marginales», que no comprenden qué es un derecho, que no tienen obligaciones ni responsabilidades y que tampoco tienen la capacidad de emprender acciones legales para hacerlos valer, y sin embargo se les protege mediante derechos legales: bebés, menores de edad, humanos con diversidad funcional intelectual significativa, humanos con enfermedades degenerativas del cerebro, etc. Para tener derechos legales sólo es necesario tener derechos éticos, y no sólo los humanos los tienen.

Palabras clave: derechos legales/jurídicos, fuerza de seguridad, obligaciones, responsabilidades

Algunas personas no conocen la diferencia entre derechos éticos y derechos legales. Estas personas hablan de «derechos», pero mezclan los «derechos éticos» con los «derechos legales», sin embargo no es lo mismo. Un derecho ético es un interés reconocido éticamente por tener una importancia relevante. Por ejemplo, el derecho esencial a la salud/vida remarca que, a priori, tenemos el deber de evitar que se atente contra la salud y la vida de las personas, independientemente de que dicho derecho esté o no esté reconocido legalmente. En cambio, un derecho legal es una ley que, mediante la amenaza del castigo[1], protege unos determinados intereses. Es un hecho que podemos dar derechos legales a cualquier ser sintiente (e incluso se les han concedido a «personas no físicas»): escribiéndolos sobre un papel e incorporándolos a la legislación. Por ejemplo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos es una ley de ámbito internacional cuya finalidad es proteger socialmente unos determinados intereses humanos. Sin embargo algunas personas dicen que, aunque podamos otorgar derechos legales a quienes no son humanos, no debemos hacerlo.

Algunas personas dicen que «tener derechos legales» significa «estar protegido legalmente». Las leyes que «protegen» a quienes no son humanos, por ejemplo aumentando el tamaño de la jaula donde están presos o aturdiéndoles antes de matarles en el matadero, no son derechos legales. Las cosas, como una obra de arte, pueden ser protegidas legalmente, pero no tienen derechos legales, pues los derechos los tienen las personas jurídicas. La legislación antropocentrista considera, contradicendo la realidad, que quienes no son humanos son cosas que pueden ser poseídas, por lo cual estos carecen de derechos legales, pues los derechos legales los tiene el propietario sobre su propiedad. Ésta es la razón por la que hay leyes que «protegen» a quienes no son humanos, pero no hay leyes que les otorgen derechos legales. Un derecho legal fundamental es el derecho a la salud/vida. A diferencia de una obra de arte, los humanos no están simplemente protegidos por la ley, sino que tienen derechos legales, es decir, son considerados legalmente como personas, y en eso mismo consiste reclamar derechos legales para quienes no son humanos. En el siguiente video podemos ver una presentación de Gary L. Francione sobre Derecho Animal.


Derecho Animal. Por Gary Francione (Link)

"Tal vez se nos podría objetar que nosotros defendemos que cada humano y cada animal tengan los mismos derechos, que los pollos tengan derecho al voto y que los cerdos tengan derecho a recibir clases de baile; pero obviamente nosotros no decimos esto. Lo que estamos diciendo es que esos animales y los seres humanos comparten un mismo derecho moral básico. El derecho a ser tratado con respeto.» Tom Regan, extracto de su discurso en el Royal Institute

Algunas personas dicen que «quien no comprende qué es un derecho no puede emprender acciones legales para hacerlos valer, y por lo tanto no debe tener derechos legales». Como quienes no son humanos no comprenden qué es un derecho entonces, según estas personas, ello implica lógicamente que no deben tener derechos legales. Asimismo, según dicho argumento, tampoco deberían tener derechos legales los mal llamados «casos marginales», es decir, los millones de humanos que no comprenden qué es un derecho: bebés, menores de edad, humanos con una diversidad funcional intelectual significativa, humanos con enfermedades degenerativas del cerebro, etc.[2]. Sin embargo, podemos comprobar que la legislación protege a dichos humanos con derechos legales, aunque no comprendan qué es un derecho. Quienes no son humanos deberían ser igualmente protegidos por la ley.

Algunas personas dicen que quien no asume obligaciones y responsabilidades no debe tener derechos legales. Por ejemplo, Roger Scruton en su libro «Animal Rights and Wrongs» dice lo siguiente: «si los animales tienen derechos, entonces han de tener también deberes, cosa que evidentemente no ocurre. Supongamos que se promulga una ley para garantizar los derechos de los pollos: ¿cómo lograríamos que el zorro cumpliese su deber de abstenerse de comérselos? Si se pudiera hacer cumplir tan absurda ley, la consecuencia sería que los zorros, depredadores por naturaleza, morirían de hambre. Llevado el argumento a sus últimas consecuencias, su falsedad resulta patente». Si para tener derechos legales fuera necesario asumir obligaciones y responsabilidades entonces millones de humanos, los mal llamados «casos marginales», no deberían tener derechos legales: bebés, menores de edad, humanos con una diversidad funcional intelectual significativa, humanos con enfermedades degenerativas del cerebro, etc. Para tener derechos legales sólo es necesario tener derechos éticos, y los derechos éticos los tienen todos aquellos seres que tienen una conciencia[3]. La conciencia permite sufrir y disfrutar, y por lo tanto tener intereses respecto a dichas experiencias que deben ser éticamente considerados[4].

Parece cierto que quienes no son humanos no pueden asumir obligaciones ni responsabilidades, pero el hecho es que se les exigen obligaciones y si no las cumplen se les castiga, casi siempre con la muerte. Así lo explica JF Cuéllar en su blog:

«Los humanos obligan a los animales a que cumplan las leyes; sobre todo, aquellas destinadas a garantizar la vida y las propiedades de las personas. Así pues, cuando un tiburón, por ejemplo, ataca a una persona, o cualquier animal roba alimentos o destroza propiedades, se les considera responsables de esos actos y son condenados a muerte; tanto él, como todos los de su especie, que estén por los alrededores. Cuando un humano muere a causa de un cable eléctrico no protegido, nadie responsabiliza al cable ni lo condena a muerte. Un cable no puede ser responsable de nada; al parecer, un animal sí. Los animales domésticos tienen aún más obligaciones: los perros de caza tienen la obligación de cazar, las vacas de superar un mínimo de litros de leche, los caballos de carreras de ganar. Y en todos los casos, cuando un animal de este tipo no cumple sus obligaciones, el castigo es la muerte. En España, todos los años mueren ahorcados cientos de galgos porque, han dejado de cumplir su obligación de ser los mejores cazando liebres. Si responsabilizamos a los animales de sus actos y los condenamos, nada menos que con la muerte, por dejar de cumplir con sus obligaciones, también deberíamos reconocerles sus derechos.»

El hecho de que depredadores violen los derechos éticos de sus presas es una dificultad para proteger dichos derechos mediante derechos legales, pero no impide que les sean reconocidos. La solución a la depredación pasa por buscar la manera de evitar dichas agresiones[5], mientras tanto millones de ellos serían protegidos de las agresiones que los humanos comenten sistemáticamente contra ellos en granjas y en mataderos.






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