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EXPLOTACIÓN Y MATANZACaza y pesca

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Quien dice que «los humanos deben ser respetados porque son humanos» no está dando ninguna razón, está defendiendo una ética hueca, pues ya sabemos que «los humanos son humanos», «los blancos son blancos» y los «hombres son hombres». La razón por la que un humano debe ser respetado es porque tiene una conciencia[1] gracias a la cual puede sufrir y disfrutar, y por lo tanto tiene intereses respecto a dichas experiencias que deben ser éticamente considerados. Quienes no son humanos deben ser respetados exáctamente por esta misma razón. Discriminar a alguien porque es una determinada especie es especismo[2]. El especismo es una discriminación arbitraria que sigue el mismo patrón que siguen todas las discriminaciones arbitrarias, como lo son el racismo, el sexismo, etc.




1. Introducción a la caza y a la pesca

La caza, o para que suene más bonito "actividad cinegética", es la práctica que tiene como objetivo matar a quien no es humano en su hábitat (aunque la "caza" de humanos también es una práctica que está al orden del día). Los cazadores cosifican a sus víctimas llamándolas «piezas» o «trofeos».

Existen tres tipos de caza, pero todos ellos producen dolor, muerte y agonía: la caza mayor (corzo, cabra montesa, rebeco, argüí, muflón, jabalí, etc.), la caza menor (liebre, conejo, etc.) y la caza volátil (perdiz, codorniz, patos, etc.). En España, las víctimas más comunes de caza menor son la perdiz roja, el conejo y la liebre, y las víctimas más comunes de caza mayor son el venado, el jabalí y el corzo.

Algunos humanos cazan por supervivencia, ellos pertenecen a culturas primitivas o viven en paises pobres, pero con la ayuda de paises veganos podrían vivir de manera ética, respetando a quienes no son humanos. Los cazadores de los países desarrollados se divierten matando a quienes no son humanos, tanto que incluso pagan por ello. Este hecho demuestra que los cazadores, además de especistas, tienen una total falta de empatía hacia el sufrimiento de sus víctimas, comprobable también al leerles en sus foros de Internet. También es un hecho constatable que a los cazadores les gustan las armas y usarlas.

Algunos cazadores incluso dicen que cazar, es decir, matar a quienes no son humanos, es un deporte.

Otros cazadores dicen que es necesario cazar para gestionar las poblaciones de quienes no son humanos, lo cual no es cierto.

En España, más del 90% del territorio nacional es coto de caza. Algunas figuras públicas son o fueron cazadores, por ejemplo: Adolfo Suárez Illana (político), Baltazar Garzón (juez), Cayo Lara (político), Francisco Álvarez-Cascos (político), Jesulín de Ubrique (torero), Juan Carlos I (rey), Letizia Ortiz, Muamar el Gadafi, Norma Duval (vedette), Mariano Fdez. Bermejo (político), Manuel Fraga (político), Miguel Delives (novelista), Patxi Andión (cantante), etc. Conoce más aquí.

2. El sufrimiento que produce la caza.

Producir sufrimiento a alguien es éticamente incorrecto porque frustra su interés básico de no sufrir, lo cual lleva erróneamente a algunos a afirmar que «matar a alguien sin sufrimiento es éticamente correcto». Matar a alguien sin sufrimiento frustra su interés en disfrutar, por lo que también es éticamente incorrecto. La caza es una actividad que, además de matar, produce grandes sufrimientos a quienes son sus víctimas.

El ruido de los disparos ocasiona a quienes no son humanos un gran estrés y modifica su rutina alimenticia, necesaria para almacenar la grasa que necesitarán en invierno.

Es habitual que quienes son alcanzados por un disparo o por una flecha no mueran en el acto. Muchos animales heridos escapan por el bosque con el cuerpo destrozado, las vísceras colgando o los huesos rotos, huyendo de los cazadores. Con frecuencia terminan muriendo horas o días más tarde a consecuencia de las heridas. Un estudio británico sobre la caza de ciervos encontró que 11 por ciento de los venados matados por cazadores murió solamente después de recibir dos o más disparos, y que algunos ciervos heridos sufrieron durante más de 15 minutos antes de morir. Al veinte por ciento de los zorros heridos por cazadores se les dispara nuevamente, el 10 por ciento logra escapar, pero «la inanición es un destino probable» para ellos, de acuerdo con un veterinario. Un miembro de la Alianza Bowhunters de Maine estima que el 50 por ciento de los animales a los que se les caza con ballestas son heridos pero no matados. Un estudio de 80 venados de cola blanca identificados con un collar de radio marcaje, encontró que de los 22 ciervos a quienes les habían disparado con «equipos de arco y flecha tradicional», 11 resultaron heridos, pero no recobrados por los cazadores.



La caza produce un gran sufrimiento y matanza (Link)


Los cepos de caza están prohibidos en muchos países, pero aún siguen utilizándose. Cuando el cepo es activado éste se cierra rápidamente y con gran fuerza, atrapando la extremidad del animal, lo cual le causa graves daños e incluso su amputación cuando el animal intenta escapar [ver vídeo]. Las trampas llamadas de «atrape sin heridas» capturan a los animales con una caja que hace que las víctimas entren en pánico por el fuerte ruido y al verse encerradas en un pequeño espacio, entonces se mueven violentamente y se hieren a menudo de gravedad a causa de ello, pasan sed y hambre durante horas, a menudo durante días, a la espera de que un cazador les de muerte.

La caza tiene otras víctimas colaterales. Caballos, vacas, perros, gatos, excursionistas y otros cazadores son heridos e incluso mueren debido a los disparos de la caza.

3. La caza contamina el medio ambiente, perjudicando a quienes vivimos en él

Los sensocentristas defendemos el medio ambiente porque al contaminar o dañar el medio ambiente podemos perjudicar los intereses básicos de quienes viven en él. A continuación vamos a explicar cómo la caza contamina y daña el medio ambiente.

Los antropocentristas ecologistas defienden la caza. Un ejemplo de ello es la postura del partido ecosocialista Equo[1]:

"No, no pensamos abolir la caza, pero si perseguir prácticas muy dañinas como el uso de venenos, o de artes de caza no selectivas o las vallas cinegéticas."Juantxo López de Uralde, Equo

Para Jacques-Yves Cousteau, los cazadores son los enemigos del medio ambiente[7]:

"La cura real para nuestros problemas ambientales es entender que nuestra labor es salvar a la Madre Naturaleza. Nos enfrentamos a un formidable enemigo en este campo. Los cazadores... convencerlos de dejar sus armas en la pared va a ser muy difícil". Jacques-Yves Cousteau

El plomo es un metal pesado, por lo que puede permanecer en el medio ambiente durante cientos de años sin desintegrarse. Si el plomo es ingerido éste queda acumulado en el organismo, lo cual va produciendo una enfermedad llamada plumbismo o intoxicación por plomo. Los perdigones que contienen los cartuchos que disparan los cazadores son de plomo, por lo que estos se van acumulando en el suelo. Quienes más frecuentemente sufren el plumbismo son las aves acuáticas que viven en humedales en los que se lleva practicando la caza desde hace años. Los patos y gansos ingieren estos perdigones porque los confunden con los pequeños cantos que necesitan comer para facilitar la molturación y la digestión de los alimentos que consumen. Los perdigones se van degradando y el plomo se va absorviendo por el organismo, apareciendo como primeros síntomas los problemas digestivos que se asocian a diarreas que luego pasan a síntomas nerviosos como la pérdida de equilibrio, convulsiones, estado de coma y finalmente la muerte. Los animales intoxicados no suelen morir por el pumblismo, pues son presa fácil de zorros y rapaces, acumulándose de esta manera el plomo en la cadena alimenticia. Por esta razón el plumbismo es conocido como «la enfermedad invisible». En 2005 se publicó en la Revista Española de la Salud Pública un estudio titulado "¿Es el plomo empleado en deportes (caza, tiro y pesca deportiva) un problema de salud pública infravalorado?", de los investigadores Raimon Guitart y Vernon G. Thomas. Según el estudio, en España hay 1,5 millones de cazadores aproximadamente que disparan unos 200 millones de cartuchos disparados cada año, provocando la dispersión en el medio ambiente de cerca de 6.000 toneladas de plomo.

4. La caza es una excusa para adquirir armas de fuego

Algunas personas aprovechan la existencia de licencias de armas de caza para poder montar en su casa un pequeño polvorín.

- En España, las armas automáticas están prohibidas por considerarse armas de guerra al igual que ciertos calibres 223 win, .50 etc., pero algunas armas retiradas del servicio en las Fuerzas Armadas salen a la venta como armas deportivas. Un ejemplo de esto es el Cetme clase C. Es totalmente legal poseer un Cetme clase C, puede ser perfectamente guiable con licencia de caza y/o licencias tipo F y tipo E. El Cetme está recamerado en la factoría de Santa Barbara a 307 Win.(7.62x51) En lugar del 308 Win (el 7.62x53 NATO) ya que que el 308 solo está permitido su uso en rifles de acción manual, ni automáticos ni semi-automáticos.

- En 2009, se publicó en España un estudio acerca de la violencia hacia mujeres en ese país. El 58% de las víctimas habían sido atacadas o muertas por escopeta de caza, y los agresores -en su mayoría esposos o amantes- contaban con un permiso de caza.

La venta y posesión de armas de fuego para uso civil debería estar prohibida.



Excelente fragmento de la película Powder (Link)

"La piedad es siempre igual, ya se experimente por un hombre o por una mosca. En uno u otro caso, el hombre accesible a la piedad abandona el egoísmo y siente mejor las satisfacciones morales de la vida. He aquí por qué el hombre debe particularmente apreciar toda piedad que experimente por cualquier ser viviente. Apenas apunta este sentimiento por un motivo fútil, hay que dejarle crecer y no ahogarlo.

El hombre que comprende toda la importancia moral de la piedad, no retrocederá ante el temor de que sus manifestaciones puedan hacerle parecer ridículo a los ojos de los demás. Nada le importa que, soltando un ratón cogido en la ratonera, provoque las burlas o la desaprobación, puesto que sabe que no tan sólo ha salvado de la muerte a un animal que anhelaba vivir, sino que ha dejado manifestarse el sentimiento de la compasión, y ha dado así un paso hacia la era superior del amor universal que, no teniendo límites, le libra de la muerte y le identifica con la vida.

Los cazadores obran de un modo diametralmente opuesto; no una sola vez por casualidad, sino siempre, ahogando en sí el precioso sentimiento de la caridad. Es poco probable que entre los cazadores haya uno solo que no experimente, una vez por lo menos, algo de piedad por sus víctimas, pero siempre trata de dominar tal sentimiento considerándolo como una debilidad. Así se aplasta, apenas nacida, la flor de la piedad, que, creciendo, haría desarrollarse el sentimiento más elevado y perfecto del amor. En este constante suicidio moral estriba el mal peor de la caza.

Mírese como se quiera, la caza es un acto estúpido, cruel y pernicioso para el sentimiento moral. No es extraño, pues, que además de su maldad para con los animales, los cazadores manifiesten en sus mutuas relaciones sentimientos no menos egoístas: el amor propio exagerado, la vanidad, la mentira, la envidia, la malevolencia. Todo cazador que analice imparcialmente sus impresiones de caza, convendrá en ello."León Tolstói, filósofo y ex-cazador


"Jeffrey Dahmer contaría cómo, cuando iba de pesca con su padre, le gustaba abrir en canal a los peces y ver cómo morían. A los diez años empezó a torturar a todo tipo de animales que cazaba en el bosque cercano a su casa. Una vez muertos, coleccionaba sus huesos. Tenía en formol varios tipos de insectos."






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